Surge el Frente Popular en Chile

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Entre 1929 y 1933 el capitalismo entró en una crisis sin precedentes. En Estados Unidos, país en que se había iniciado en 1929, la producción industrial se derrumbó y los cesantes sumaban 16 millones. La crisis alcanzó a todo el mundo capitalista. Sólo la Unión Soviética se vio libre de ella.

La crisis agudizó la lucha de clases. Los conflictos sociales se intensificaron. Se produjo el ascenso del movimiento obrero internacional, lo que unido a la atracción que ejercía la Unión Soviética sobre las masas populares, obligó a la burguesía a buscar un nuevo sistema político. La democracia parlamentaria no servía para contener las aspiraciones de los trabajadores. Se necesitaba otra forma de dominación que destruyera las organizaciones obreras, que impidiese la existencia de éstas y que controlara férreamente a los trabajadores. Esta forma de dominación fue el fascismo.

A DETENER EL FASCISMO Y LA GUERRA

En 1922 llegó al poder el fascista Benito Mussolini en Italia. El 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado Canciller en Alemania y en seis meses implantó la dictadura nacionalsocialista en ese país. Se impuso la sangrienta represión contra los trabajadores y todos los que se opusieran al Tercer Reich. Al mismo tiempo, se hicieron evidentes los peligros de una guerra mundial.

Del 25 de julio al 20 de agosto de 1935 se realizó en Moscú el VII Congreso de la Internacional Comunista. Concurrieron 513 delegados de 65 partidos comunistas y organizaciones afines. Estuvieron presentes personalidades como Dolores Ibarruri, Ho Chi Ming, Palmiro Togliatti, Jorge Dimitrov. También Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile.
Ese importante evento mundial llamó a constituir amplios frentes antifascistas en todos los países, los frentes populares, y crear gobiernos de frente único antifascista.

EN CHILE FINES DE 1935

En Chile, los comunistas invitaron a los partidos del bloque de Izquierda a formar el Frente Popular. No hubo respuesta alguna.
Mejor recibimiento tuvo la proposición comunista entre otras colectividades. Relata Elías Lafertte, en “Vida de una Comunista”:
“Algunos políticos de diferentes partidos, acogieron la idea con enorme entusiasmo, como Rossetti, Justiniano Sotomayor y, sobre todo, Juan Antonio Ríos, que era Presidente del Partido Radical. Ríos nos ayudó mucho en las gestiones preliminares para formar el Frente Popular. Hubo ocasiones en que el Secretario General del PC tenía que sostener entrevistas con otros políticos a escondidas de la policía. Pues bien, muchas de estas conversaciones se desarrollaban en el automóvil de Juan Antonio Ríos, manejado por él mismo”.

LA UNIDAD SURGE DESDE LA BASE

El 3 de febrero de 1936 estalló una huelga ferroviaria. Los trabajadores protestaban contra la arbitraria medida del gobierno de Alessandri de negarse a pagar una gratificación que obreros y empleados de esos servicios habían conquistado dos años atrás.
Las tres organizaciones sindicales del sector -la Federación Santiago Watt, la Federación Ferroviaria de Chile y la Federación de Empleados Zona Sur- se unieron y constituyeron un comando único para dirigir la lucha.

Este paro fue uno de los movimientos más importantes de esos años. Durante diez días los trenes de carga y pasajeros de la primera y segunda zona ferroviaria paralizaron, aunque no totalmente. Pero la huelga fue total en la tercera zona, que comprendía desde Talca a Puerto Montt.

Arturo Alessandri, entonces Presidente de la República, reprimió a los huelguistas. Detuvo, encarceló y relegó a dirigentes sindicales y políticos. Entre ellos a personeros del PR. Elías Lafertte fue de¬portado a México.

Derrotado el movimiento de los ferroviarios, 680 obreros y empleados fueron lanzados a la cesantía.

La represión no detuvo el proceso unitario. Al contrario, lo aceleró. Nuevos sectores entraron al combate contra el gobierno. Se inició una potente campaña por las libertades públicas. Su primera victoria fue lograr liberar a los presos y el retorno de los relegados.
En la solidaridad con la huelga y las luchas por las libertades se fue forjando la unidad por la base. Allí estaban juntos comunistas, socialistas, radicales-socialistas, radicales, demócratas, independientes. Los hechos, las acciones comunes, fueron mostrando la necesidad y la posibilidad del Frente Popular.

LOS COMUNISTAS Y EL FRENTE POPULAR

En febrero de 1936, Carlos Contreras Labarca expuso el pensamiento comunista sobre el Frente Popular:

“…Es un bloque de partidos, es un frente de clases para la lucha por el Programa de Liberación Nacional. Cada Partido y organización que ingresa en él conserva su fisonomía y estructura propia. Ninguno renuncia a sus principios doctrinarios ni a su organización interna. Se comprometen a no atacarse recíprocamente, siempre que se cumplan las decisiones, el programa y las bases del Frente Popular, conservando plenamente la libertad de crítica; se someten a las decisiones democráticamente aprobadas y respetan la disciplina del Frente Popular. El Frente Popular es la unidad de acción, pero no la disolución de los partidos”.

Dentro del PS fue ganando adeptos la idea del Frente Popular. Pero la aceptación no era unánime en el PS. En el III Congreso de enero de 1936, aparecieron dos posiciones claramente opuestas: una a favor de la unidad; otra en contra.

NACE EL FRENTE POPULAR

En la tarde del 26 de marzo de 1936, concurrieron a las oficinas del diario “La Opinión” -que estaban ubicadas en la Alameda frente a la calle Estado- dirigentes del Partido Comunista, del Partido Socialista, del Partido Democrático, del Partido Radical-Socialista y del Partido Radical. En la oficina de su Director, Juan Bautista Rosetti, firmaron el pacto que da vida al Frente Popular (FP).
El 8 de abril, los mismos personeros suscribieron el Programa del Frente Popular, “esencialmente democrático, antiimperialista y antioligárquico”, que constaba de tres partes; en verdad tres programas. Uno de orden general; otro, que comprendía las tareas inmediatas del gobierno, una vez triunfante el Frente Popular. Finalmente, un programa destinado específicamente a la juventud”.
También en ese mes de abril, tuvieron lugar elecciones complementarias para elegir un senador por las provincias de Bio-Bio, Malleco y Cautín, en reemplazo del fallecido parlamentario del Partido Democrático, Artemio Gutiérrez. El Frente Popular pre¬sentó como candidato al latifundista de la zona, miembro del ala derechista del radicalismo y uno de los más enconados opo¬sitores a la formación del Frente Popular, Cristóbal Sáenz. Triunfó la coalición de la izquierda, ganando su primera confrontación electoral.
Este éxito mostró la vigencia e importancia del Frente, constituido apenas un mes atrás.

En octubre de 1936, el Partido Comunista inició la publicación del periódico “Frente Popular”, el que -según el periodista y dirigente comunista, Rodrigo Rojas- jugó “importante papel en la tarea de agrupar a los sectores democráticos del país a fin de cerrar el paso al fascismo, e impulsar toda una serie de realizaciones que posibilitaran la creación de la ba¬se material y técnica para el ulterior desarrollo económico-industrial de Chile”.

SURGE LA CTCH

El 25 de diciembre, se inició el Congreso de Unidad Sindical en el que participaron la FOCH, la que -a pesar de la represión sufrida- continuaba siendo la central sindical más poderosa del país, la Confederación Nacional Sindical, CNS, y la Confederación Nacional de Trabajadores, CNT; estas dos últimas controladas por el PS. Estas tres centrales se unieron en ese Congreso, dando nacimiento a la Confederaci6n de Trabajadores de Chile, CTCH.
Esta nueva central reunía, al momento de su fundación, más de 100 mil afiliados. Uno de sus primeros acuerdos fue incorporarse al Frente Popular.

La CTCH tuvo un vigoroso desarrollo. En 1938, contaba con 116 mil miembros; en 1939, con 173 mil y en 1941, con 200 mil.

ELECCIONES PARLAMENTARIAS DE 1937

En marzo de 1937 tuvieron lugar elecciones Parlamentarias. Los partidos que formaban el Frente Popular alcanzaron un total de 140.153 sufragios, un 33,99 % del total. La derecha obtuvo 173.360 votos, el 41,05 %.

Dentro del FP, la colectividad más fuerte era el Partido Radical.
El PC eligió en esa oportunidad a Elías Lafertte como senador por Tarapacá y Antofagasta. Éste se encontraba desterrado en México desde 1936, condena aplicada por el gobierno de Arturo Alessandri debido a su participación en la huelga ferroviaria de comienzos de ese año. Su elección le permitió retornar a la patria en gloria y majestad.

Los comunistas obtuvieron también siete diputados: Carlos Contreras Labarca, José Vega Díaz, Juan Guerra, Andrés Escobar, Marcos Chamúdez, Amador Pairoa y Oscar Baeza.

El 10 de abril de 1938 se inició en Santiago el Décimo Congreso Nacional del Partido Comunista, llamado el “Congreso de la Victoria”.

El 14 de abril de 1938, el Congreso del PC suspendió su desarrollo, para permitir la participación de los delega¬dos en la Convención Presidencial del Frente Popular.

LA CONVENCIÓN PRESIDENCIAL DEL FRENTE POPULAR

La coalición izquierdista acordó que su candidato sería elegido en una Convención Nacional.

Esta se inauguró en Santiago, el 14 de Abril de 1938, como un homenaje y señal de solidaridad con la lucha de los demócratas hispanos, por cumplirse justamente ese día el aniversario de la proclamación de la República Española.

“La inauguración –relata Elías Lafertte, en “Vida de un Comunista” – tuvo lugar en el Caupolicán, lleno de bote a bote y las sesiones de trabajo se hicieron en el Congreso. El reglamento de la convención –agrega- establecía que para la elección del candidato presidencial serían necesarios dos tercios de los votos de los mil doscientos participantes, que estaban distribuidos así: Partido Radical 450; Partido Socialista 350; Partido Comunista 120; Partido Democrático 120. Participaba también en la convención con 60 votos la Confederación de Trabajadores de Chile, que acababan de constituirse en reemplazo de la vieja y heroica FOCH, cuyas combativas huestes se habían enrolado en la nueva Central. De estos 60 votos, 30 eran comunistas y 30 socialistas”.

En las primeras ruedas, cada partido votó por su propio candidato: los radicales por Pedro Aguirre Cerda, los socialistas y la mitad de la CTCH por Marmaduke Grove, los democráticos por Juan Pradenas Muñoz y los comunistas y media CTCH por Elías Lafertte.

Cuando ya habían tenido lugar catorce votaciones, en la mañana del domingo, Pedro Aguirre Cerda fue proclamado, sin votación, por unanimidad, candidato del Frente Popular.

PEDRO AGUIRRE CERDA

Según Elías Lafertte, “Aguirre Cerda era un viejo y experimentado político radical, con un pasado parlamentario y ministerial que le permitía afrontar esta elección. Profesor secundario y universitario, había observado una tranquila oposición a la dictadura de Ibáñez, por lo cual había debido expatriarse. Sus libros sobre los más candentes problemas nacionales lo presentaban como un político estudioso, comprensivo de nuestra realidad nacional. Sucarácter era alegre, socarrón a veces y creo que su aspecto de roto chileno, con los bigotes caídos en los extremos y los ojos “achinados” lo ayudó mucho a ganar la simpatía popular. No era orador fogoso, pero indudablemente sabía decir las cosas. Las largas giras políticas y electorales en que me tocó acompañarlo me dieron la oportunidad de conocerlo”.

La designación del candidato del Frente Popular obligó a los partidos de derecha a apresurarse a nombrar su abanderado. El 23 de abril de 1938, una Convención Presidencial de la Derecha, proclamó como postulante a La Moneda a Gustavo Ross Santa María, ex ministro de Hacienda de Arturo Alessandri Palma.

LA CAMPAÑA DE 1938

Se inició la campaña presidencial del Frente Popular. El PC designó a Elías Lafertte para formar par¬te de la comitiva de Pedro Aguirre Cerda.

No fue una campaña fácil. Los resultados de las elecciones parlamentarias de 1937 habían arrojado una clara mayoría para la derecha. Ésta controlaba gran parte de la prensa, la que llevaba adelante una verdadera campaña del terror contra el candidato popular. El FP realizaba esforzadas acciones. Una de ellas y de vital importancia, fue la gira presidencial, que según recuerda Elías Lafertte, fue “muy larga y detallada, una de las giras electorales más completas que candidato alguno haya realizado a través del país, pues abarcó desde Arica a Chiloé, comprendiendo más de ciento cincuenta ciudades, pueblos, aldeas y lugares. Don Pedro hablaba en las proclamaciones y banquetes. Oradores obligados en todos los actos éramos Grove y yo”.

El 5 de ese mes ocurrió un trágico hecho. Alrededor de las 12 horas, un grupo de jóvenes que había asistido el día anterior a la proclamación de Carlos Ibáñez por la Alianza Popular Libertadora, penetró al edificio del Seguro Obrero Obligatorio, ubicado en Morandé esquina con Moneda. Un carabinero intentó detenerlos. Los muchachos le dieron muerte. Se apoderaron del séptimo piso; se les unieron otros jóvenes que habían ingresado poco antes al edificio.

A esa misma hora, otro grupo entró en la Casa Central de la Universidad de Chile, cerró sus puertas y secuestró en su interior al personal que estaba en funciones.

Apenas conocida la noticia, se reunieron en La Moneda el Presidente Alessandri con altos jefes militares y de la policía. Se resolvío aplastar de inmediato la sublevación.

Llegaron a la Plaza de la Constitución efectivos del Regimiento Tacna, que emplazaron cureñas contra el edificio del Seguro y contra la Casa Central de la Universidad. Derribaron la puerta de es¬ta última a cañonazos. Fuerzas conjuntas del Ejército y de Carabineros se lanzaron al asalto. Murieron allí seis jóvenes. El resto, cerca de 30, fue tomado prisionero y los llevaron hacia el Seguro, que seguía resistiendo. Luego de enconados ataques, que duraron una hora, donde murió uno de los jóvenes, éstos se rindieron. Bajaron con las manos en alto, encañonados por carabineros. De pronto llegó un oficial desde La Moneda, mandó detenerse a los prisioneros en la escalera del sexto piso y ordenó dispararles fríamente. Los que continuaban vivos, fueron rematados.

Igual suerte corrieron los muchachos traídos desde la Casa Central de la Universidad. Quedan 61 cadáveres en las escaleras del Seguro. Todos jóvenes, cuya edad promedio era de 22 años. Sobrevivieron tres. Se salvaron de morir, aunque quedaron gravemente heridos, debido a que estaban bajo los cuerpos de sus camaradas.

Esta matanza indignó al país. Tuvo un efecto inmediato: Carlos Ibáñez retiró su candidatura presidencial. Muchos de sus partidarios decidieron votar contra los asesinos, sufragando por Pedro Aguirre Cerda.

EL TRIUNFO DEL FRENTE POPULAR

El 25 de octubre de 1938 tuvo lugar las elecciones. Triunfó el candidato del Frente Popular. Obtuvo 222.720 preferencias. Gustavo Ross Santa María, 218.609. La diferencia fue sólo de 4.111 votos. “Pero tales resultados -como sostiene Luis Corvalán- sólo reflejaron muy pálidamente la voluntad del pueblo, pues el sistema electoral permitía las más groseras de¬formaciones de los verdaderos sentimientos ciudadanos… Abundaban las dobles inscripciones, votaban los muertos de la derecha, se robaban las urnas, se compraba y vendía votos”.

Corvalán relata que, para ese 25 de octubre, la candidatura de Ross organizó “las encerronas de elementos venales a fin de llevarlos a votar, mediante el sistema del acarreo, para asegurarse así que no iban a fallar. También hubo -agrega- encerronas de obreros conscientes”.

Al analizarse los resultados de esos comicios se aprecia claramente que fueron las zonas proletarias -las del salitre, cobre y carbón- las que decidieron la victoria del abanderado de la izquierda.

El pueblo celebró en las calles el triunfo. “Estalló -recuerda Volodia Teitelboím- una algarabía frenética. Fueron horas de vítores y gritería. Los hombres aprovecharon para besar a las mujeres. Y ellas se dejaron besar. También tomaron la iniciativa. Todo estaba permitido, incluso la alegría. Se sucedieron los oradores, los cantantes, los bailarines. La fiesta continuaba. La gente no se quería dispersar”.

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