Cap. XXI: ¿Con quiénes forjar la unidad para defender el litio?

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Iván Ljubetic Vargas, historiador

CAPÍTULO XXI: ¿CON QUIENES FORJAR LA UNIDAD PARA DEFENDER EL LITIO?

Después de conocer la brutal represión que esa policía verde -la misma donde se robaron más de 26 mil millones de pesos, la misma que según comprobó el Ministerio Público realizó un montaje con pruebas falsas en la Operación Huracán contra comuneros mapuches- perpetró contra una manifestación pacífica en defensa del litio.

Después de saber que la orden fue dada por el anticomunista Intendente democratacristiano de la región Metropolitana.

Luego de ver y escuchar a personeros de la Democracia Cristiana, del Partido Socialista, del Partido Radical y del PPD, defendiendo la increíble traición a los intereses de la patria por parte de la estatal CORFO, que extendió a la empresa privada y corrupta SOQUIMICH la explotación del litio hasta el año 2030, sextuplicándole la cuota de extracción.

Habiendo comprobado que ningún partido de la Nueva Mayoría, excepto el Partido Comunista, firmó la Convocatoria a la Marcha en Defensa del Litio.

Teniendo en cuenta que el litio, del cual Chile es uno de los pocos países del mundo que posee yacimientos, adquiere hoy una enorme importancia.

AYER EL SALITRE Y EL COBRE

Recordando la consecuente defensa del control del salitre por parte del Estado del gran estadista José Manuel Balmaceda, contra quien el imperialismo inglés financió la contrarrevolución de 1891 y le empujó al suicidio.

Evocando al ejemplar revolucionario Salvador Allende Gossens, que nacionalizó el cobre y contra quien el imperialismo estadounidense dirigió y financió el golpe de Estado fascista.

Rememorando como el compañero Presidente cayó combatiendo defendiendo la revolución chilena el 11 de septiembre de 1973.

AHORA EL LITIO

Hoy los comunistas, siguiendo el ejemplo de Luis Emilio Recabarren, que ya en 1920 proclamó la necesidad de nacionalizar todas nuestras riquezas naturales, estamos en la primera línea en la defensa del litio.

Y para lograr éxito en esta lucha, necesitamos buscar y encontrar aliados que, a igual que nosotros, estén por hacer de Chile nuestras riquezas naturales, por terminar con el envío al extranjero de materias primas y sentar en el país industrias que le den valor agregado. Y el litio puede ser precisamente una de las bases para ello.

EN TORNO A LOS COMPROMISOS

¿Quiénes pueden ser esos aliados?

Pensamos que un Congreso Nacional Extraordinario puede dar una justa respuesta a esa interrogante, teniendo muy en cuenta lo señalado por Lenin sobre los compromisos: “La conclusión es clara: rechazar los compromisos ‘por principio’, negar la legitimidad de todo compromiso en general, cualesquiera que sea, constituye una puerilidad que incluso es difícil tomar en serio.

“Hay compromisos y compromisos. Es preciso saber analizar la situación y las circunstancias concretas de cada compromiso o de cada variedad de compromiso. En política, esto dista mucho de ser siempre tan fácil. Pero sería sencillamente un charlatán quien pretendiera inventar para los obreros una receta que diese por adelantado soluciones adecuadas para todas las circunstancias de la vida o prometiera que en la política del proletariado revolucionario no han de surgir nunca dificultades, ni situaciones embrolladas”.(Lenin: “La enfermedad del ‘izquierdismo en el comunismo” en Lenin Obras Escogidas en tres tomos. Tomo 3, página 365).

CUMPLIR SIEMPRE CON LOS PRINCIPIOS

Lenin se preocupó ya antes de este tema. El 3 de septiembre de 1917 escribió su trabajo “Acerca de los compromisos”, donde señaló:

“El deber de un partido auténticamente revolucionario consiste en saber cumplir fielmente a través de todos los compromisos con sus principios, su clase, su misión revolucionaria, su obra de preparar la revolución y de educar a las masas populares para triunfar en la revolución”. (Lenin: “Acerca de los compromisos” en Lenin Obras Escogidas en tres tomos. Tomo 2, página 229).

El Partido Comunista de Chile tiene, como gloriosa herencia de Luis Emilio Recabarren, una histórica vocación unitaria y una rica experiencia práctica en cuanto a las alianzas. Aprendamos de ellas para defender el litio.

Tercera Escuela de Verano CEILER 2018

Iván Ljubetic Vargas, historiador del CEILER

Con el título de Introducción al Leninismo, y con gran éxito, tuvo lugar los días 16, 17 y 19 de enero de 2018 la Tercera Escuela de Verano organizada por el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER.

Treinta alumnos participaron en las tres clases con que contó la Escuela, que abordaron los temas: Biografía e importancia de Lenin, las Normas leninistas de Organización y Funcionamiento, Concepto leninista de Revolución.

Cada clase estuvo organizada en 45 minutos de exposición del tema, una pausa con colación, y 45 minutos de preguntas opiniones. Ello permitió que reinara un ambiente de fraternidad y de sana confrontación de ideas.

La Tercera Escuela de Verano estuvo caracterizada, además, por una perfecta organización, el puntual cumplimiento de los horarios y la participación de muchos jóvenes.

El interés por tomar parte en esta Escuela quedó demostrado por haberse completado el cupo de 30 alumnos, y por el número de personas que solicitaron ser alumnos y no pudieron serlo, debido a que se limitó el número de participantes.

La Escuela -que tuvo como Director a Marcelo Urra, siendo expositores además de él, Carlota Espina e Iván Ljubetic, y que contó con el apoyo del resto de directores del CEILER- finalizó con una emotiva ceremonia de entrega de Diplomas de Participación a todos los alumnos.

La Tercera Escuela de Verano fue una rica experiencia y una nueva contribución del CEILER a la recabarrenista tarea de educarse para educar.

Hace 70 años: 15 de enero de 1948

(Dos apartados del capítulo Primero de “Siguiendo la Roja Estrella. Recuerdos” de Iván Ljubetic Vargas)

II.- Descubriendo un nuevo mundo

Terminado el año escolar 1947 me quedé en Llo-Lleo. Estaba lleno de veraneantes. Estos y también nosotros, los del lugar, cumplíamos el rito estival: ir en la mañana y después de almuerzo a la playa; pasadas las 18 horas, a la plaza, a dar vueltas incansablemente hasta las 20 horas, cuando todos íbamos por Inmaculada Concepción a la estación ferroviaria a esperar el tren que venía de Santiago (corría sólo dos veces al día, el otro llegaba cerca de las 11 horas, cuando era tiempo de estar en la playa). La verdad es que la inmensa mayoría de los que repletábamos la estación no iba a esperar a nadie. Una vez que el convoy partía rumbo a Barrancas, San Antonio y Cartagena, regresábamos a la plaza. Había música a través de `parlantes. Algunos bailaban en el centro de ella. Otros se sentaban a conversar, pero la mayoría daba las tradicionales vueltas. Todos admirábamos lo hermoso de la plaza: los jardines, un pino en forma de casa, los prados, el árbol de la vida. Cuidaba esa plaza el “maestro” Armando Vidal, que pololeaba con nuestra nana Carmen.

Aparentemente, la vida transcurría idílicamente en Llo-Lleo y en todo Chile. Pero en esos mismos momentos cientos de comunistas estaban en la cárcel o en Pisagua; miles eran perseguidos, expulsados de su trabajo.

También en esos días, miles de revolucionarios trabajaban en la clandestinidad.

Pero ni lo uno ni lo otro lo sabía o le importaba a la mayoría de aquellos que iban a la playa, daban vueltas en la plaza o recibían el tren de la noche.

Yo me encontraba entre esos ignorantes y despreocupados chilenos que vivían en las nubes. Pero algo maduraba en mí. Alguna huella había dejado el comprobar la forma en que se calumniaba a los comunistas. Sentía simpatía, solidaridad hacia ellos, esto de un punto meramente humanitario. Me sentía un buen samaritano, deseoso de ayudar al hermano perseguido.

Supe que un sastre de Llo-Lleo, llamado Ramón Urzúa, estaba relegado en Pisagua. Conversé con sus vecinos. Todos hablaron muy bien de él.

Observé que algunos comunistas, a los que conocía de vista, se paseaban solos. La gente, incluso sus amigos, temía que los vieran con ellos.

Ello me indignó. Fue como un desafío para mí. Me dije que yo haría lo que otros no se atrevían a hacer. No tenía miedo. Me sentía ingenuamente protegido. Pensaba que el hecho de ser dirigente de la Juventud Católica, presidente del Estrella, hijo del dueño del almacén de la esquina o estar a las puertas de la Universidad, me daba una especie de fuero.

Era fines de diciembre de 1947. Una noche estando en la estación vi a un joven obrero de la construcción, conocido comunista, Armando Alarcón Piña, que se paseaba solo. Me acerqué a él y lo saludé. Contestó con una naturalidad, que me desconcertó un tanto, pues esperaba que mi actitud lo sorprendiera. Me conocía y sabía quién era. La gente había abandonado el lugar. Nos sentamos en un banco junto a la cabina de la Estación. Luego de hablar sobre el tiempo, tema apropiado para iniciar una conversación, le hice varias preguntas, que respondió ampliamente: ¿Qué eran los comunistas? ¿Por qué luchaban? ¿Por qué los perseguían?

La conversación de esa noche de verano comenzó a abrirme las puertas hacia un mundo hasta entonces desconocido para mí, que me maravilló desde el primer momento. Fue también el inicio de una gran amistad.

Nos juntábamos todas las tardes. Armando me hablaba de Luis Emilio Recabarren, de una historia muy distinta a la que había aprendido en el liceo, de Lenin, de la Revolución Rusa, de la Unión Soviética, de la traición de González Videla.

Me parecía increíble que un obrero, que debió abandonar la escuela para entrar a trabajar cuando aún era un niño, supiera tanto.

Ante una pregunta, me respondió lleno de orgullo:

-El Partido me ha educado. En sus filas he aprendido todo lo que sé.

Esta afirmación me conmovió. Pensé: un Partido que forma esta clase de jóvenes no puede ser malo.

Recuerdo que un día, cuando se acercaba la mitad de enero, Armando, así de frentón, siempre con su característica sonrisa, me propuso que me hiciera comunista y que le ayudara a reorganizar las Juventudes Comunistas de Llo-Lleo, desaparecidas a causa de la represión del traidor. Me contó que quedaban sólo dos: él y otro joven de la construcción de apellido Huala, y que para constituir la Jota se necesitaban a lo menos tres. Y me planteó: tú puedes ser el tercero. ¿Qué te parece?

Me pilló de sorpresa. Yo simpatizaba a esas alturas totalmente con los comunistas, pero no había pensado siquiera en la posibilidad de incorporarme a la lucha. No me encontraba con pasta de revolucionario.

Dos sentimientos experimenté ante la proposición de Armando. Felicidad por la confianza depositaba en mí por él (que después supe que detrás de ella estaba la opinión positiva del Partido). Por otro lado, miedo. No a la represión, porque ni pensaba en ello, sino a no poder cumplir y defraudar a los compañeros.

Respondí: podría intentarlo con tu ayuda y si me es permitido poner tres condiciones: que me permitan seguir creyendo en Dios, que no se me obligue a ser dirigente ni a hablar en público.

Armando, inteligente y sin sectarismo alguno, me explicó que no había problema alguno. Que esas tres cosas las debía decidir yo personalmente.

Acepté. El compañero me abrazó emocionado.

III.- Una tarde de verano cerca del mar

15 de enero de 1948. Nos juntamos en la esquina de Providencia con Canelo de la plaza de Llo-Lleo. Eran las 18 horas y la gente comenzaba a cumplir con el ritual de las vueltas. Armando llegó con el compañero Fernando Huala. Caminamos por avenida Providencia en dirección a Tejas Verdes.

Armando había propuesto reunirnos al aire libre, pues era más seguro. Parecíamos tres amigos dando un inocente paseo. Pero se trataba de una sesión solemne y de profundo contenido revolucionario. Armando explicó que se acostumbraba en las reuniones de la Jota a designar un presidente. Decidimos que presidiera el compañero Huala.

Armando abordó asuntos internacionales, la situación en Chile y las tareas que debíamos efectuar en Llo-Lleo. Era el informe político.

Varias cosas no entendí y sobre las cuales pregunté más adelante.

Se aprobó mi ingreso a las Juventudes Comunistas y se eligió el secretariado de la base. A la cabeza, como secretario político, quedó Armando. Fernando fue designado encargado de organización.

Entonces, Armando me dijo:

-Compañero Iván (en adelante me llamaría José Soto, nombre de batalla que elegí) necesitamos alguien que se encargue de cobrar las cotizaciones mensuales y controle los carnés (éste era una tarjeta doblada en dos). En su portada se leía en color azul: “Club Deportivo Camilo Henríquez”, en el interior doce cuadritos, uno para cada mes del año, donde se debía colocar la estampilla correspondiente. En la contraportada, se indicaban los tres deberes fundamentales de un “socio”: asistir a reuniones, pagar mensualmente las cuotas y cumplir las tareas asignadas.

De acuerdo, dije, sin darme cuenta que desde el primer día ocupaba un puesto de dirigente, pues había aceptado ser el encargado de finanzas de la base, pasando yo mismo por encima de una de las tres condiciones que había puesto para ingresar a la Jota.

Ese 15 de enero de 1948 se constituyó en el día más importante de mi vida. Esa tarde de verano, cerca del mar, me hice miembro de la gran familia comunista.

En ese día se iniciaba, también, un nuevo capítulo en la historia de la Joven Guardia de la Comuna de San Antonio. Se constituía el núcleo inicial de lo que sería, en pocos años más, un ejemplo de organización juvenil revolucionaria.

Esa noche, antes de dormir, me hice una promesa. Me dije: tal vez no tenga pasta para ser un verdadero comunista, pero a lo menos en tres cosas estoy seguro que jamás fallaré: fidelidad al Partido y a la Jota, responsabilidad para cumplir toda tarea que se me entregue y puntualidad.

Han pasado 70 años de ese inolvidable día del verano de 1948 y sigo siendo un joven combatiente, que sólo anhela contribuir, ahora desde mi célula Julieta Campusano de Ñuñoa, a hacer realidad lo soñado por Marx, Engels, Lenin, Recabarren, Julieta Campusano, Luis Corvalán, Sola Sierra y millones de comunistas.

Cap. VIII: “El todo o nada, es igual a nada”

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Iván Ljubetic Vargas, historiador

No hacerse el harakiri,
pero tampoco hacerse el leso.

CAPÍTULO VIII: “EL TODO O NADA, ES IGUAL A NADA”

El Frente Amplio es una coalición de 14 entidades políticas unidas por una ideología pequeño-burguesa, que se expresa en la práctica con la formula “del todo o nada”.

En su breve visita a Chile para entregar su apoyo al candidato Guillier, el ex Presidente y actual senador uruguayo José “Pepe” Mujica, fundador del Frente Amplio de ese país, expresó con su tradicional sabiduría: “El todo o nada, es igual a nada”.

El Frente Amplio criollo, luego que su líder Beatriz Sánchez obtuviera un sorpresivo 20,27% de los votos en la primera vuelta presidencial del 19 de noviembre de 2017, y sumara 20 diputados y un senador en las parlamentarías de ese mismo domingo, entró en un profundo proceso de reflexión para decidir qué hacer ante la segunda vuelta del domingo 17 de diciembre de 2017.

El jueves 30 de noviembre de 2017, las 14 organizaciones que forman el Frente Amplio entregaron, a través de la ex candidata Beatriz Sánchez, una declaración en que esa coaliciónno expresó un apoyo directo a Alejandro Guillier:

“Nuestro primer llamado es a cada uno de nuestros votantes a reflexionar y a expresarse en las urnas en esta segunda vuelta de acuerdo a sus propias convicciones y análisis”. Eso sí, en la declaración afirmó que Sebastián Piñera es “un retroceso”.

Además, pidieron mayor claridad al oficialismo respecto a planteamientos como el fin de las AFP y el fin al lucro en la educación.

“Aquí no cabe una negociación. No buscamos cargos, no buscamos cupos ni un co-gobierno (…) no se trata de dialogar con nosotros, sino de hacerlo con las personas que apoyan estos cambios en la sociedad”, sostuvo Beatriz Sánchez.

No tardaron los agradecidos aplausos de la reacción criolla. El Comando de Sebastián Piñera, alborozado, calificó como un “rotundo fracaso político” para la Nueva Mayoría la resolución del Frente Amplio de no entregar un apoyo explícito a Guillier en la segunda vuelta., a pocos minutos de haber sido comunicada, y agregaron que “el FA ha dejado herida en el ala la candidatura de Alejandro Guillier“.

“El apoyo no se ha producido y se expresaron las diferencias políticas de fondo que mantienen con la candidatura de Alejandro Guillier. Para el Frente Amplio la candidatura de Guillier es desde el punto de vista programático ambigua, que no se ha hecho cargo de las demandas del Frente Amplio”, dijo Andrés Allamand (RN), vocero de la campaña.

Jaime Bellolio (UDI), por su parte, aseguró que desde el conglomerado “saben que Guillier va a perder” y tildó de tibia la resolución, y además bromeó señalando que “quizá cambien el color de su logo y lo pongan todo amarillo”.

Este episodio de la política chilena me recordó otro, ocurrido en el Parlamento alemán. Augusto Bebel (1840-1913), destacado dirigente de la socialdemocracia pronunciaba un discurso. De pronto la derecha lo aplaudió. Entonces Bebel detuvo sus palabras y él mismo se preguntó: “¿Qué has dicho, viejo imbécil, que la canalla te aplaude?”.

Pero la pequeña burguesía no es revolucionaria. Por tanto, no se puede esperar de ella una actitud autocrítica. No es como el viejo Bebel.

Posteriormente, parlamentarios electos y dirigentes del Frente Amplio comunicaron que votarían contra Piñera y que, para ello, marcarían preferencia a Guillier. Todos lanzando dardos contra éste. Verdaderos salvavidas de plomo.

No hay dudas que una parte de los que votaron por Beatriz Sánchez lo hicieron por Guillier en la segunda vuelta. La líder de Frente Amplio afirmó: “Hubo un traspaso de 70% a 80% de los votos frenteamplistas a la candidatura de Alejandro Guillier”.

Pero, si los dirigentes y parlamentarios del Frente Amplio hubiesen puesto los intereses de Chile por encima de sus intereses partidarios y personales, Piñera habría sido derrotado. Así se habría abierto el camino para llevar a cabo sus postulados. Esa actitud ambigua y vacilante es otra muestra de su sello pequeño-burgués.

Lenin en su obra “La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo”, escribió:

“El pequeño burgués ‘enfurecido’ por los horrores del capitalismo es, como el anarquismo, un fenómeno social propio de todos los países capitalistas. Son del dominio público la inconstancia de estas veleidades revolucionarias, su esterilidad y la facilidad con que se transforman rápidamente en sumisión, en apatía, en fantasías, incluso en un entusiasmo ‘furioso’ por tal o cual corriente burguesa ‘de moda’.” (Lenin: Obras Escogidas en tres tomos. T. III, p. 360)

Gabriel Boric, diputado reelecto por Magallanes del Movimiento Autonomista, con su singular prepotencia, tuiteó el lunes 15 de diciembre de 2017: “El Frente Amplio no es balón de oxígeno de la Nueva Mayoría”. Las patitas del magallánico. Es bueno que alguien le informe, aunque sea por tuiter, que la Nueva Mayoría no necesita de balón de oxígeno alguno. Menos el Partido Comunista, que después de las elecciones, goza de muy buena salud.

Lo que Chile requiere es la unidad más amplia, unidad en la diversidad, para enfrentar los intentos regresivos del gobierno de Piñera. Unidad desde los revolucionarios, socialdemócratas, cristianos, hasta pequeñoburgueses. ¡Todos unidos por un Chile mejor!

El mismo diputado Boric llamó también la atención por otras declaraciones: Frente al Gobierno de Piñera señaló “hay temas en que más allá de diferencias, tenemos la obligación de ponernos de acuerdo”.

¡Atención! Un diputado del Frente Amplio, que se autoproclama un movimiento “nuevo”, llama a utilizar el “viejo” y fracasado sistema de los “consensos”, que siempre ha favorecido a la derecha. ¿No es caso ésta, otra veleidad pequeñaburguesa?

Cap. VI: La candidatura de la fuerza de la mayoría

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Iván Ljubetic Vargas, historiador

No hacerse el harakiri,
pero tampoco hacerse el leso.

CAPÍTULO VI: LA CANDIDATURA DE LA FUERZA DE LA MAYORÍA

Alejandro Guillier Álvarez postuló en calidad de candidato independiente a la Presidencia de la República, contando con el apoyo de los partidos Radical, Socialista, PPD y Comunista. Mostró un enorme valor al ponerse a la cabeza de una coalición que estaba dividida y con serios problemas. Jugó con gran responsabilidad su rol de candidato de la centro-izquierda. Recorrió el país. Tomó contacto con la gente, recogiendo problemas y anhelos para ir forjando su programa.

Formó un Comando constituido por independientes y militantes de los cuatro partidos que estaban con él, pero aminoró el papel de éstos.

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 19 de noviembre de 2017 obtuvo el 22,70% de los votos válidamente emitidos, menos de lo esperado. Sin embargo, logró pasar al balotaje.

Tanto en las campañas de primera y segunda vuelta tuvieron lugar grandes concentraciones en la capital. En la segunda, viajó a Chile el ex Presidente y actual senador uruguayo José “Pepe” Mujica.

Una de las debilidades de la candidatura de la Fuerza de la Mayoría fue no captar las necesidades más urgentes de la población (por ejemplo, precariedad del trabajo, bajos salarios, miserables pensiones, la seguridad) y tomarlas con claridad y decisión.

Igualmente negativa fue la participación del candidato en la última confrontación televisiva. Se le vio inseguro en temas de importancia como el CAE, las AFP.

Muy bien aprovechadas por el candidato de la derecha y los medios de comunicación fueron las absurdas contradicciones entre las declaraciones de Guillier y miembros de su Comando, así como la torpe posición del Ministro de Hacienda y militante del PPD, Nicolás Eyzaguirre, con respecto al financiamiento del CAE. Todos estos hechos pasaron, sin duda, la cuenta el domingo 17 de diciembre de 2017.

Desde el interior de la Fuerza de la Mayoría surgieron personas que no contribuyeron al éxito de la campaña presidencial. Uno de ellas, fue el ex presidente Ricardo Lagos. Una vez que el PS decidió apoyar la candidatura de Guillier, se vio obligado a renunciar a su postulación. Hizo mutis por el foro. Y como un viejo dios griego comenzó, desde el Olimpo, a lanzar su apoyo a candidatos al Parlamento. En lo referente a las candidaturas presidenciales en la primera vuelta, su posición fue tan equívoca que, tanto Goic como Guillier, aseguraban contar con su respaldo. Se dejaba querer don Ricardo.

Sólo en la campaña para el balotaje hizo una tardía y desabrida declaración respaldando la candidatura de la Fuerza de la Mayoría. En ningún momento se acercó al Comando ni conversó con Guillier. Posteriormente intentó justificar esta actitud sosteniendo que nunca lo habían invitado.

Con quien conversó inmediatamente después del balotaje, fue con Piñera, poniéndose al servicio del programa del vencedor.

Tanto Michelle Bachelet como Alejandro Guillier tuvieron una correcta conducta frente al triunfo del candidato de la derecha.

Guillier informó que: “Llamé (a Piñera) para felicitarlo por su impecable y macizo triunfo”.

Que fue macizo el triunfo de Piñera, lo fue. Pero jamás “Impecable”. Todos fuimos testigos de algunas razones de su triunfo: la compra de conciencias a gran escala, la campaña del terror en base al anticomunismo, las mentiras mil veces repetidas, el apropiarse de las banderas de la izquierda.

Por otra parte, me llamó la atención y preocuparon las instrucciones de la Presidenta Bachelet para que algunos ministros realizaran reuniones de trabajo con Piñera.

Cap. V: Un bandera pirata recorre Chile, es la bandera del anticomunismo

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017 (V)

Iván Ljubetic Vargas, historiador

No hacerse el harakiri,
pero tampoco hacerse el leso.

CAPÍTULO V: UNA BANDERA PIRATA RECORRE CHILE, ES LA BANDERA DEL ANTICOMUNISMO

Pocas veces en su historia, Chile vivió un período con un anticomunismo tan perverso como en las elecciones de noviembre-diciembre de 2017.

Desde “Chile Vamos” pasando por sectores de la Nueva Mayoría (PDC, PPD, PR y PS) hasta entidades pequeño-burguesas -“Punto Final” incluido-, se unieron en una Santa Alianza anticomunista.

Los medios de comunicación en manos de los grandes patrones pronosticaron el terrible futuro que esperaba a nuestro país si ganaba el candidato de la centro-izquierda, cuyo gobierno estaría en manos de los comunistas y otros extremistas.

Se inventó el término “Chilezuela”. Utilizando la sucia propaganda del imperialismo contra Venezuela, se le caracterizó como un país comunista. Cuando en verdad, se trata de un régimen que dentro del capitalismo, ha realizado importantes medidas a favor del pueblo y que éste lo ha apoyado en más de 20 elecciones, las tres últimas efectuadas hacia fines del año 2017. Y por increíble que parezca, Telesur, con sede en Caracas, capital de la “comunista” Venezuela, desde el inicio de la campaña estuvo contra la candidatura de Guillier, apoyando decididamente al Frente Amplio. Ello a través de los “ultrones” corresponsales que tiene en Chile y de despistados comentaristas.

Por su parte el Partido Comunista de Chile, no enfrentó con decisión y fuerza el anticomunismo. Optó por no mostrarse muy revolucionario, para no perjudicar la candidatura Guillier. Por ejemplo, en vez efectuar una concentración de masas para reivindicar el gran significado de la Revolución Socialista de Octubre, efectuó un pequeño y desabrido acto el 9 de noviembre de 2017.

Esta “cuidadosa” actitud del PC, de no mostrarse tal como es, un partido revolucionario, le ha restado ante los trabajadores el arrastre y prestigio que tenía hace algunos años. Participando en una heterogénea coalición, no ha sido capaz de mostrarse con sus naturales diferencias con las otras colectividades. Mucha gente lo ve iguales a los otros. Hay que tomar en serio eso de la unidad en la diversidad.

Es innegable el heroico y efectivo aporte de los comunistas a la campaña de Guillier. Pero éste habría sido mayor y mejor si el Partido Comunista hubiera utilizado uno de los aspectos que lo diferencian de las otras colectividades: las normas leninistas de organización y funcionamiento (centralismo democrático, dirección colectiva, la célula como el órgano más importante). Métodos que, como hemos denunciado reiteradamente, se han ido dejando de lado.

Ello lo he comprobado en Ñuñoa, comuna en que milito. Durante la campaña electoral, por ejemplo, prácticamente la Dirección Comunal ha sido reemplazada por dos compañeros; se ha privilegiado la situación a pocos efectivos ampliados, en vez del funcionamiento celular.

Los anticomunistas de todos los pelajes son oportunistas y unos frescos. Intentan pedirles cuenta a los comunistas chilenos de lo que ocurre en países como Cuba, pero ellos jamás dan una explicación de la miseria, las injusticias, los crímenes contra los trabajadores, que son el pan de cada día en países en que los hermana el anticomunismo, como Estados Unidos, Alemania, Italia, Colombia, Perú, México.

Cap. 4: No echarle la culpa al empredrado. El factor DC

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017 (IV)

Iván Ljubetic Vargas, historiador

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CAPÍTULO IV: NO ECHARLE LA CULPA AL EMPEDRADO. EL FACTOR DC.

En todo fenómeno, son los factores internos los que determinan su desarrollo; los externos, lo condicionan. Por tanto, la principal causa de la derrota de la centro-izquierda la debemos buscar en la Nueva Mayoría. Y dentro de ella, fue determinante el factor DC. El rol jugado por su sector derechista, biológicamente anticomunista, que le impuso el suicida “camino propio”.

Esto obligó a la Nueva Mayoría a dar dividida la campaña presidencial y a no realizar primarias. Al enfrentarse a esta situación, los otros partidos de la coalición, entre ellos el Partido Comunista, fueron incapaces de adoptar, con agilidad e inteligencia, alguna medida para realizar las necesarias primarias. Recordando lo ocurrido en 1969-70 con la Unidad Popular y la designación del candidato único, echamos de menos a don Lucho Corvalán.

La no realización de primarias de la Nueva Mayoría constituyó un primer duro golpe para la candidatura de Alejandro Guillier. Esto fue aprovechado por los medios de comunicación en manos de la derecha para hacerla desaparecer durante un buen tiempo.

Por otro lado, los partidos e independientes que estaban por Guillier debieron dedicar esfuerzos y tiempo a la tarea de reunir las firmas para que éste se presentara como candidato independiente. Ello retrasó el inicio de la campaña propiamente tal.

A esto se debe agregar el erróneo acuerdo de la Nueva Mayoría, al que se opuso el PC, de presentar dos listas a las elecciones parlamentarias a efectuarse el domingo 19 de noviembre de 2017: “La Fuerza de la Mayoría” (PS, PPD, PR y PC) y “Convergencia Democrática” (PDC, MAS Región e Izquierda Ciudadana).

Durante el desarrollo de la campaña, Carolina Goic, candidata de la DC fue adoptando cada vez más agresiva postura contra el PC. Este afiebrado anticomunismo, condujo a la Democracia Cristiana al peor momento de su historia. Ello fue formulado muy gráficamente por Gabriel Silber, diputado de esa colectividad: “Perdimos el Gobierno, 10 diputados, 2 senadores, 6% en la Presidencial, la peor derrota en la historia de la DC y le echamos la culpa a los comunistas…qué sigue responsabilizar a los marcianos?”

La derecha de la DC se la jugó contra las reformas del Gobieno de Bachelet. Trabajó contra la candidatura de Guillier. Si hubiera alguna duda al respecto, están las declaraciones de Mariana Aylwin en una entrevista en “Radio Infinita” del jueves 21 de diciembre de 2017. Luego de reconocer haber anulado el voto en el balotaje, se refirió a la posición de la fracción derechista del PDC “Progresismo con Progreso”. Dijo: “No votamos por Guillier por no estar de acuerdo con la continuidad de la Nueva Mayoría… Hubo muchos democratacristianos que no votaron por él, algunos anularon y otros directamente votaron por Piñera”. Y agregó desafiante:”Yo hoy me siento más identificada con las posturas de Chile Vamos que con las de la Nueva Mayoría y con un alianza con Chile Vamos que con la Nueva Mayoría y el Frente Amplio”.

Finalmente, el viernes 5 de enero de 2018, la ex ministra Mariana Aylwin oficializó su renuncia a la Democracia Cristiana junto a otros 30 militantes cercanos al grupo “Progresismo con Progreso”. A través de una carta enviada a la mesa nacional de la DC, informaron que “con mucho pesar hemos decidido renunciar a nuestra condición de militantes del PDC, lo que hemos sido por muchos años o décadas…Nos mueve el haber llegado a la dolorosa conclusión que la Democracia Cristiana ha tomado un rumbo que -a nuestro juicio- se aleja de una visión propia de la sociedad, desdibujando su identidad. La Nueva Mayoría dejó de ser una alianza de centro izquierda al estar bajo una clara hegemonía de una izquierda refundacional”.

Entre quienes firmaron el escrito y, junto a Mariana Aylwin también renunciaron a la colectividad, se encuentran el ex subsecretario Clemente Pérez, el ex ministro Hugo Lavados y el ex superintendente Álvaro Clarke.

Cap 3. La principal causa del triunfo electoral de la derecha

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017 (III)

Iván Ljubetic Vargas, historiador

No hacerse el harakiri,
pero tampoco hacerse el leso

CAPÍTULO III: LA PRINCIPAL CAUSA DEL TRIUNFO ELECTORAL DE LA DERECHA

El candidato de la Centro-Izquierda fue derrotado porque no contamos en la actualidad con un Movimiento Obrero poderoso en cantidad y calidad.

¿Qué es Movimiento Obrero?

En la Introducción de los Estatutos del Partido Comunista de Chile, titulada “Principios Básicos” se señala: El Partido Comunista de Chile… “es un Partido revolucionario, que lucha por el socialismo y reconoce el papel motriz de la clase obrera, de los trabajadores y trabajadoras, en el progreso y transformación social”.

En mi opinión, es necesario precisar el concepto de fuerza motriz.

UNA CLASE EN SÍ

En el desarrollo de la clase obrera, Carlos Marx distinguió dos etapas. Una de ellas es cuando tiene la categoría de una clase en sí, en que los trabajadores tienen existencia objetiva, pero carecen de conciencia de clase y organizaciones propias en lo político y en lo sindical.

Esta fue la condición en que existió la clase obrera chilena desde el surgimiento de sus primeros destacamentos en la región de Atacama en los años 20 del siglo XIX hasta el segundo decenio del siglo XX.

La clase obrera chilena nació combatiendo. La primera huelga tuvo lugar en el mineral de plata de Chañarcillo en 1834 (uno de los cuatro primeros movimientos reivindicativos obreros del mundo, y 14 años antes que apareciera el “Manifiesto del Partido Comunista” de Marx y Engels, en febrero de 1848). En el siglo XIX llevó a cabo 110 huelgas. Pero fue una clase en sí.

RECABARREN: UNA CLASE PARA SÍ

Dos condiciones permitieron el salto de calidad del proletariado chileno de una clase en sí y su transformación en una clase para sí.

Una objetiva: la existencia de una clase obrera numerosa y combativa. Otra subjetiva: la extraordinaria labor realizada por Luis Emilio Recabarren.

Éste comprendió que no bastaba la combatividad de los obreros. Con mucha dedicación, esfuerzos y sacrificios, entregó a los trabajadores chilenos los tres elementos que le permitirían jugar un papel importante en los acontecimientos nacionales:

1.- Conciencia de Clase

Luis Emilio Recabarren es el más grande educador de masas de la historia de Chile. Fue incansable en la lucha ideológica, con el fin de ganar a los obreros para las posiciones revolucionarias. Fundó 11 periódicos, escribió en cerca de cincuenta. Educó con sus discursos, conferencias, polémicas públicas, obras de teatro, con sus conversaciones personales. Escribió varios libros. En 1910 publicó tres folletos: “La huelga de Iquique de 1907”, “Ricos y pobres a través de un siglo de vida republicana” y “Mi juramente”. Son las primeras obras marxistas escritas en Chile.

Fue así como forjó conciencia de clase en amplios sectores obreros, a través de la educación y de su ejemplo. Tener conciencia de clase es tener una conciencia real o verdadera,

2.- Partido revolucionario de la clase obrera

Recabarren no sólo jugó el rol de educador de masas, fue, además, un extraordinario organizador.

El 4 de junio de 1912, treinta revolucionarios, convocados por Recabarren, fundaron en Iquique el Partido Comunista de Chile en el local de “El Despertar de los Trabajadores”

3.- Movimiento sindical clasista

Recabarren reconstruyó el movimiento sindical clasista. Este había surgido en enero de 1900 con las Mancomunales, las que desaparecieron con la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, perpetrada el sábado 21 de diciembre de 1907. Sus esfuerzos culminaron con la formación de la Federación Obrera de Chile, la gloriosa FOCH, el 25 de diciembre de 1919.

EL MOVIMIENTO OBRERO CHILENO, FUERZA MOTRIZ DE NUESTRA HISTORIA

Fue al cumplirse estas tres condiciones, que la clase obrera chilena superó la categoría de una clase en sí, para alcanzar la de una clase para sí. En ese momento nació el movimiento obrero chileno, la fuerza motriz de nuestra historia. Ello ocurrió en la segunda década del siglo XX.

A Luis Emilio Recabarren, con toda justicia, se le llama padre del Movimiento Obrero chileno.

El concepto de Movimiento Obrero ha sido poco estudiado y mal comprendido. Se le confunde con clase obrera o con movimiento sindical.

El Movimiento Obrero se puede definir como la clase trabajadora que ha alcanzado la categoría de una clase para sí. Con madurez ideológica, es decir, que tiene conciencia de clase; que cuenta con un partido revolucionario y un movimiento sindical clasista.

EL PUEBLO UNIDO

Hacia fines de los años 60 del siglo XX existía un poderoso Movimiento Obrero. En torno a él se unieron amplios sectores de la población. Fue así como triunfó el 4 de septiembre de 1970 y conquistó el Gobierno Popular el 3 de noviembre de ese año, la más grande conquista lograda hasta ahora por el Movimiento Obrero chileno.

Fue entonces, cuando los trabajadores jugaron el papel de la fuerza motriz del desarrollo social. Lo pudieron hacer porque eran una clase para sí: con conciencia de clase, con un poderoso partido revolucionario y una potente CUT.

LA GRAN DERROTA

El 11 de septiembre de 1973 el imperialismo y la reacción criolla emplearon la forma más violenta y cruel de golpe de estado, un golpe fascista. El asalto a sangre y fuego del poder; la destrucción de toda forma de democracia, el exterminio físico de los revolucionarios, comenzando por el heroico compañero Presidente.

El golpe fascista fue la respuesta de la burguesía más reaccionaria a los avances logrados por el movimiento obrero, creado por Luis Emilio Recabarren.

Los fascistas no reemplazaron un gobierno por otro, sino destruyeron el proceso revolucionario que llevaba a cabo la Unidad Popular e impusieron por la fuerza un régimen neoliberal, el capitalismo salvaje. Para lograrlo emplearon el terrorismo de estado, perpetrando el genocidio del pueblo chileno.

Su objetivo era cambiar a Chile en todos sus aspectos. Y, desgraciadamente, en 17 años lo lograron.

EL MOVIMIENTO OBRERO POS DICTADURA

Actualmente, el movimiento obrero chileno aún no logra superar las graves heridas que le propinó el fascismo. La conciencia de clase sólo existe en pequeños sectores de trabajadores; sus organizaciones sindicales son débiles y el partido revolucionario es reducido.

En estas difíciles circunstancias la lucha ideológica adquiere un rol decisivo.

La ideología burguesa y la pequeña burguesa, difundidas a través de los poderosos medios de comunicación que poseen las clases dominantes, forja en amplios sectores de trabajadores lo que se llama una conciencia falsa. Es decir, estos no comprenden cuáles son sus verdaderos intereses de clase. Viven como pobres, pero piensan como ricos. Entonces actúan inconscientemente, contra sus propios intereses.

RECONSTRUIR UN PODEROSO MOVIMIENTO OBRERO

La gran tarea, entonces, es forjar entre los trabajadores la conciencia de clase. Es decir una conciencia real. Y ello se logra a través de la educación política, de la educación revolucionaria. Solamente al tener una conciencia real, una interpretación consecuente de sus intereses de clase, pueden los trabajadores ser constructores conscientes de la historia.

Esto nos enseñó Recabarren, el más grande educador de masas de la historia de Chile

Por otra parte, es imprescindible fortalecer el movimiento sindical y el Partido de la clase obrera.

NO BASTA SER TRABAJADOR

No basta ser obrero, trabajador, para jugar el rol de fuerza motriz de la historia. ¿Lo juega hoy la mayoría de la clase trabajadora cuando tiene conciencia falsa, cuando priman en su cabeza los conceptos ideológicos de la burguesía o pequeña burguesía? ¿Cuándo en vez de su carné de socio sindical o militante revolucionario exhibe la tarjeta de crédito? ¿Cuándo en vez de la solidaridad de clase prima en él una posición individualista, egoísta?

POR ESO…

Es necesario precisar que el papel motriz en el progreso y la transformación social lo juega la clase trabajadora en su condición de clase para sí, es decir como Movimiento Obrero.

El no contar con una poderosa fuerza motriz, con un potente Movimiento Obrero, abrió el camino para el triunfo de la derecha sediciosa, golpista, genocida y corrupta en las elecciones presidenciales de 2017.

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembr ede 2017 (II)

Iván Ljubetic Vargas, historiador

No hay que hacerse el harakiri,
pero tampoco hacerse el leso.

CAPÍTULO II: ALGUNAS CIFRAS DE LA PRIMERA Y SEGUNDA VUELTA PRESIDENCIAL 2017

Resultados de elecciones presidenciales:

Primera vuelta:

Sebastián Piñera: 2.416.054 votos (36,64%)

Alejandro Guillier: 1.496.560 “ (22,70%)

Beatriz Sánchez: 1.336.622 “ (20,27%)

José A. Kast: 522.946 “ (7,93%)

Carolina Goic: 387.666 “ (5,88%)

Marco Enríquez: 376.406 “ (5,71%)

Eduardo Artés 33.755 “ (0,51%)

Alejandro Navarro 24.015 “ (0,36%)

Si sumamos votos del “progresismo” (Guillier, Sánchez, Goic, Enríquez y Navarro) son: 3.621.269 votos

Derecha (Piñera y Kast): son 2.939.000 votos.

Segunda vuelta:

Votaron: 7.024.222 electores (49% del total de inscritos), 319.626 personas más que en la primera vuelta.

Sebastián Piñera: 3.795.896 votos (856.896 votos más

que la derecha en primera vuelta)

Alejandro Guillier: 3.160.225 votos (461.044 votos

menos que la suma de los

“progresistas” en la primera vuelta)

EN LA MAYORÍA DE LAS COMUNAS POPULARES DE LA PERIFERIA DEL GRAN SANTIAGO TRIUNFÓ GUILLIER

Por ejemplo, San Joaquín: 57,61% contra 42,39%;

San Miguel: 57,61% contra 42,39%;

La Florida: 57,61% contra 42,39%;

La Pintana: 56,42% contra 43,58%;

La Granja: 56,28% contra 43,72%;

Renca: 56,04% contra 43,96%;

Lo Prado: 55,52% contra 44,48%;

Pudahuel: 54,01% contra 45,99%;

Quinta Normal: 53,10% contra 64,90%;

Maipú: 52,14% contra 47,86%;

Recoleta: 51,76% contra 48,24%;

Padre Hurtado: 50,41% contra 49,59%;

Peñalolén: 50,26% contra 49,74%.

EL PUERTO ROJO CUMPLIÓ (La más dura derrota de Piñera)

Comuna de San Antonio: Guillier: 61,87%

Piñera: 38,13%.

COMUNAS EN QUE MÁS CRECIÓ LA DERECHA EN LA SEGUNDA VUELTA NE COMPARACIÓN CON LA PRIMERA:

1. Puente Alto 43,0%

2. Los Ángeles 38,6%

3. La Florida 35,9%

4. Maipú 34,6%

5. Rancagua 34,3%

6. Temuco 33,1%

7. Santiago 30,7%

8. Antofagasta 26,6%

9. Viña del Mar 25,6%

10. Las Condes 17,8%

(En Puente Alto y Santiago Beatriz Sánchez alcanzó gran votación en primera vuelta)

COMUNAS EN QUE MÁS DISMINUYÓ EL “PROGRESISMO” EN LA SEGUNDA VUELTA CON RESPECTO A LA PRIMERA:

Maipú 20.000 votos

Valparaíso 12.000 votos

Viña del Mar 11.000 votos

(Valparaíso es el fuerte de Frente Amplio)

REGIONES EN SEGUNDA VUELTA

Piñera ganó en todas las regiones, con excepción de Aysén y Magallanes

VOTACIÓN EN EL EXTERIOR EN SEGUNDA VUELTA

Guillier: 12.760 votos (60,66%)

Piñera: 8.277 “ (39,34%)

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017 (I)

Iván Ljubetic Vargas, historiador

 

No hay que hacerse el harakiri
pero tampoco hacerse el leso

CAPÍTULO I: UNA PALIZA DURA E INESPERADA

La derrota sufrida por la centro-izquierda el domingo 17 de diciembre de 2017 fue terrible. Significó un retroceso enorme para nuestro país. Vuelve a la Presidencia de la República la derecha sediciosa, golpista, genocida y corrupta y, por segunda vez después de la dictadura, a través del voto.

Lo primero que salta a la vista es que como centro-izquierda y como Partido Comunista se requiere hacer un serio análisis crítico y sobre todo autocrítico. Cara al pueblo. Sincero. Llamando la cosas por su nombre, sin eufemismos. Duela a quien duela. Es lo que yo llamo una autopsia a la derrota.

Los factores que influyeron en la derrota del 17 son muchos, de distintos aspectos, con variadas responsabilidades.

Hay mucha tela que cortar. Trataremos de entregar nuestra modesta contribución en sucesivos capítulos, teniendo en cuenta que no se trata de llorar sobre la leche derramada, sino que, a través de un análisis correcto, superar nuestros errores y avanzar hacia futuras victorias, para las que no esperaremos cuatro años. La pelea la iniciamos ahora mismo. A llevar a cabo nuevas reformas en la línea de destruir los antidemocráticos amarres dejados por la dictadura fascista de Pinochet. A prepararnos para defenderlas a partir del 11 de marzo de 2018.

Estas reflexiones las escribe un militante que este 15 de enero de 2018 cumple 70 años en las filas comunistas.

CEILER