Archivos de etiquetas: jorge dimitrov

A 99 años de la fundación de la Internacional Comunista

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

ANTECEDENTES

En 1864 nació en Londres, fundada entre otros por Karl Marx y Friedrich Engels, la Asociación Internacional de los Trabajadores o Primera Internacional, que por primera vez en la historia agrupaba a los trabajadores de distintos países. Esta se disolvió en 1876.
En 1889, Friedrich Engels promovió la creación de la Segunda Internacional, creada en París. Agrupó a los partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas, formando un amplio bloque internacional de partidos de izquierda, adheridos todos en mayor o menor grado a las doctrinas del socialismo.

LA TRAICIÓN DE LOS REFORMISTAS

Al comenzar la Primera Guerra Mundial en 1914, los dirigentes de la Segunda Internacional –traicionando los principios del internacionalismo proletario- llamaron a los trabajadores a defender su patria, es decir a matarse entre ellos en aras de los intereses de los capitalistas de sus respectivos países.

Los sectores revolucionarios celebraron la Conferencia de Zimmerwald en septiembre de 1915 y la Conferencia de Kienthal en abril de 1916. Ambas en Suiza. En estas conferencias las organizaciones revolucionarias manifestaron su ruptura con la Internacional Socialista y se convirtieron en la base de la III Internacional, construida por los partidos socialistas que se habían opuesto a la guerra.

SE CREAN CONDICIONES PARA UNA NUEVA INTERNACIONAL

La Revolución Rusa abrió una nueva época de la humanidad. Tras el triunfo de los bolcheviques, se inició una guerra civil, en la cual el poder soviético se defendió de los ejércitos de 14 países que invadieron el país de los soviets para intentar frenar la revolución.
Los capitalistas del mundo entero estaban alarmados por el hecho que la clase obrera y los campesinos se hubieran tomado el poder político por vía violenta y estuvieran construyendo una nueva sociedad. En todo el mundo el proletariado celebró este hecho.
En muchos lugares se desarrollaba el movimiento obrero: La revolución comenzó a avanzar en Europa. En Austria, venía desarrollándose el movimiento revolucionario. En Hungría, fue proclamada la República de los Soviets. La oleada revolucionaria hizo aparecer a los Partidos Comunistas en Europa. Esto creó una base real para la unificación de los Partidos Comunistas en la Tercera Internacional, en la Internacional Comunista.

SURGE LA INTERNACIONAL COMUNISTA

Convocado por Lenin, tuvo lugar en Moscú, entre el 2 y el 6 de marzo de 1919 el Primer Congreso de los Partidos Comunistas de varios países. Durante su desarrollo, el 4 de marzo de 1919, a iniciativa de Lenin y de los bolcheviques, fue fundada la Internacional Comunista o Tercera Internacional, también llamada Comintern. Aunque el bloqueo y las persecuciones de los imperialistas impidieron a muchos delegados llegar a Moscú, tomaron parte en este primer Congreso representantes de los más importantes países de Europa y América. El Congreso fue dirigido por Lenin.

LOS CONGRESOS DE LA INTERNACIONAL

La Internacional Comunista celebró siete congresos mundiales. En el ya mencionado Primer Congreso Mundial de la Internacional Comunista, se abordó el tema la “democracia burguesa y la dictadura del proletariado” y la necesidad de difundir el sistema de soviets. Se nombró al dirigente bolchevique ruso Grigori Zinoviev presidente del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC), que era la máxima autoridad de la III Internacional durante el periodo entre los congresos. En este primer Congreso se determinó la tajante separación entre comunistas y socialistas, y se definió el programa de “expansión revolucionaria” por el cual los delegados comunistas trabajarían para obtener el poder en sus respectivos países siguiendo el modelo de la Revolución Rusa.

El Segundo Congreso Mundial de la Internacional Comunista se reunió en Moscú, entre el 19 de julio y el 7 de agosto de 1920. En este congreso se insistió en la necesidad de propagar el sistema de soviets entre el proletariado y así formar grupos de militantes aptos para tomar el poder y ejercer funciones administrativas, dejando de lado la sola política partidaria. Debido a las numerosas organizaciones socialdemócratas que solicitaban el ingreso a la Internacional, se acordaron las 21 condiciones previas que debía cumplir todo partido político para la adhesión a la Internacional, y se aprobaron los primeros estatutos.

El Tercer Congreso Mundial de la Internacional Comunista se celebró entre el 22 de junio y el 12 de julio de 1921 en Moscú. En él, se combatieron las posturas ultraizquierdistas de algunos partidos comunistas. También se trató acerca de la importancia de incorporar a las mujeres trabajadoras al movimiento comunista.

El Cuarto Congreso Mundial de la Internacional Comunista tuvo lugar en Moscú, entre el 30 de noviembre y el 5 de diciembre de 1922. En él, se profundizó en las tácticas del llamado “frente único”.

El Quinto Congreso Mundial de la Internacional Comunista se celebró en Moscú, entre junio y julio de 1924, después de la muerte de Lenin.

El Sexto Congreso Mundial de la Internacional Comunista tuvo lugar entre julio y septiembre de 1928 en Moscú. Se aprobó la consigna de “clase contra clase”, que marcó el comienzo del llamado “Tercer Periodo”.

En 1934 el comunista búlgaro Georgi Dimitrov, residente en la URSS, fue elegido para dirigir la Internacional Comunista hasta su disolución.

EL SÉPTIMO CONGRESO DE LA INTERNACIONAL

Del 25 de julio al 20 de agosto de 1935 se realizó en Moscú el VII Congreso de la Internacional Comunista. Concurrieron 513 delegados de 65 partidos comunistas y organizaciones afines. Estuvieron presentes personalidades como Dolores Ibarruri, Ho Chi Ming, Palmiro Togliatti, Jorge Dimitrov. También Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile.
Ese importante evento mundial llamó a constituir amplios frentes antifascistas en todos los países, los frentes populares, y crear gobiernos de frente único antifascista.

ASÍ LO RECORDABA CARLOS CONTRERAS LABARCA

“Yo era entonces el Secretario General del Partido Comunista de Chile y en tal carácter participé oficialmente en las sesiones del VII Congreso de la Internacional. Fue una distinción muy grande para nuestro Partido, que venía saliendo del período de la dictadura de Ibáñez, que nos había causado mucho daño. Éramos un partido pequeño, pero muy activo, muy combativo, y fue seguramente a la luz de esos antecedentes que la Internacional Comunista consideró conveniente dar a los comunistas chilenos la oportunidad de presenciar y participar en un torneo de tan extraordinaria importancia, en el que se trataba de diseñar la estrategia y la táctica a seguir en la lucha contra el fascismo y el peligro de la guerra. Fue debido a eso, seguramente, que se me hizo el honor, con gran sorpresa de mi parte, de participar en la Comisión de Mandatos, comisión que, como se sabe, es la llave de un congreso, y se me ofreció luego, en sesión de asamblea, la posibilidad de hablar cerca de una hora, lo que es realmente excepcional en eventos como ése.
En el VII Congreso participaron 76 partidos y organizaciones, de los cuales sólo 22 eran de carácter legal. Los delegados eran en total 513. La Presidencia honoraria le fue conferida al héroe del pueblo alemán, dirigente de su Partido Comunista, Ernesto Thaelmann, y otro alemán, Wilheim Pieck, miembro del Comité Ejecutivo, tuvo a su cargo el informe general del trabajo de la Internacional Comunista. Después apareció en la tribuna el compañero Dimitrov”.

AUTODISOLUCIÓN DE LA INTERNACIONAL

La autodisolución fue acordada el 15 de mayo de 1943 por el Presidium de la Internacional Comunista. En resolución de esa fecha se señaló: “Disolver la Internacional Comunista como centro dirigente del movimiento obrero internacional, liberar a las Secciones de la Internacional Comunista de las obligaciones derivadas de los Estatutos y resoluciones de los Congresos de la Internacional Comunista” (Citado en “Principios” Nº 24, junio de 1943, página 4).

El incendio del Reichstag

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

El 27 de febrero de 1933 estalló en llamas el Reichstag (parlamento alemán) en Berlín. Fue una gran provocación planeada por los jerarcas nazis. Era la señal para empezar la más bárbara represión contra el movimiento obrero y popular de Alemania. El 9 de marzo fueron detenidos los dirigentes comunistas búlgaros Jorge Dimitrov, Vasil Tanev y Blagoi Popov. Se les acusó de haber participado en el incendio el Reichstag.

LA MADRE

Al conocer esta falsa acusación la madre de Dimitrov, Paraskeva Doseva, a pesar de su avanzada edad, se lanzó con todas sus energías a promover la campaña solidaria. Se trasladó a Lepzig y Berlín para presenciar el juicio. Después se dirigió a París, donde participó en una gran concentración exigiendo la libertad de los dirigentes comunistas búlgaros encarcelados en Alemania. Pronunció en esa ocasión un encendido y conmovedor discurso.
Y esa ejemplar mujer búlgara pudo comprobar que sus esfuerzos, unidos a los de millones de hombres de toda la tierra no fueron inútiles. Presenció cómo su hijo, de acusado se transformó en acusador, demolió los argumentos fascistas y puso a la hiena parda en el sillón de los acusados.

DE ACUSADO SE TRANSFORMA EN ACUSADOR

Jorge Dimitrov

El juicio del incendio del Reichstag, contra Jorge Dimitrov, fue conocido como el proceso de Leipzig, recogiendo el nombre de la ciudad en la que se desarrolló el juzgamiento.
En el proceso el camarada Dimitrov jugó un rol destacado, demostró la firmeza de las convicciones comunistas, la astucia y la inteligencia de los revolucionarios, el heroísmo y la rebeldía de los marxista leninistas, a la vez, convirtió al juicio en una tribuna en donde desenmascaró al fascismo y las intensiones políticas de Hitler, logró convertir al acusado en acusador y demostró la naturaleza de clase del gobierno alemán.
Jorge Dimitrov dijo en su discurso ante el Tribunal, pronunciado el 16 de diciembre de 1933: “Me defiendo a mí mismo, como comunista acusado. Defiendo mi honor personal de comunista, mi honor de revolucionario. Defiendo mis ideas, mis convicciones comunistas. Defiendo el sentido y el contenido de mi vida. Por esta razón, cada palabra pronunciada por mí ante el tribunal es, por decirlo así, sangre de mi sangre y carne de mi carne. Cada palabra mía es la expresión de mi indignación más profunda contra esta injusta acusación, contra el hecho de que se impute a los comunistas un crimen tan anticomunista.”

DERROTÓ A LOS FASCISTAS EN SU PROPIA CANCHA

Una tras otra fueron las artimañas de los nazis para doblegar el acero comunista, por meses Dimitrov fue aislado de sus familiares y camaradas, en varias ocasiones fue puesto grilletes en las manos y los pies, le impusieron abogados seguidores de Hitler, razón por la cual decidió impulsar su propia defensa señalando que “…decidí defenderme yo mismo. Puesto que no necesito de la miel, ni el veneno de la elocuencia del defensor que se me impuso, me he defendido todo el tiempo sin la ayuda del abogado”.
El 23 de diciembre de 1933, al terminar el juicio, Jorge Dimitrov, fue declarado inocente. Convirtiéndose este acontecimiento en la primera victoria de los comunistas contra el fascismo, a la vez, Jorge Dimitrov constituyó un ejemplo de temple y convicción para muchos revolucionarios.
Fue dejado en libertad, junto a Tanev y Popov el 27 de febrero de 1934. Ello ocurrió bajo la presión de la solidaridad de la Unión Soviética, quien les otorgó, estando en manos nazis, la ciudadanía soviética.

DIRIGENTE DE LA III INTERNACIONAL

Dimitrov permaneció en la URSS. Fue elegido para el Presídium de la Internacional Comunista. En su VII Congreso, inaugurado en Moscú el 23 de julio de 1935, Dimitrov fue elegido su Secretario General y el 2 de agosto leyó su histórico Informe “La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista”. Allí planteó que ante los peligros del fascismo y de la guerra, los comunistas debían organizar en todos los países los amplios frentes populares antifascistas.
Entre los 513 delegados en representación 65 partidos comunistas, estuvo Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile. Este país fue uno de las tres naciones de la tierra que no sólo constituyeron los frentes populares, sino que conquistaron con ellos el Gobierno. Los otros dos: España y Francia.
En el VII Congreso de la Internacional Comunista, Dimitrov fue elegido Secretario General
En 1937 fue electo diputado al Soviet Supremo de la URSS.
Escribió numerosos trabajos contra el fascismo y sus métodos. Por ejemplo, ‘El fascismo es la guerra’.

PRESIDENTE DE BULGARIA

Tras la Segunda Guerra Mundial y con el apoyo del Ejército Rojo los nazis fueron barridos de Bulgaria. Jorge Dimitrov retornó a su país. Resultó elegido diputado por el Frente Democrático, que ganó las elecciones por mayoría absoluta. En 1946 los búlgaros declararon en referéndum su deseo de establecer la república, poniendo fin a la monarquía de Simeón II. Al año siguiente el Partido Comunista Búlgaro (BKP) conquistó el poder, nacionalizando la economía.
Dimitrov fue elegido secretario general del PC Búlgaro y Presidente de Bulgaria.

Dimitrov en el Segundo Congreso del Frente de la Patria, Bulgaria, febrero de 1948

Tras una larga enfermedad, fue enviado a un hospital a la Unión Soviética, donde falleció el 2 de julio de 1949. En su honor fue construido un Mausoleo en Sofía, donde permaneció con todos los honores hasta la caída de la República Popular de Bulgaria en 1990.

SOFÍA, OCTUBRE DE 1986

Era a comienzos de octubre de 1986. Marcia y yo, culminábamos una visita a Bulgaria, invitados por el Partido de Dimitrov. Habíamos pasado unos días maravillosos en el balneario de Varna, a orillas del tranquilo Mar Negro. Después volamos a Sofía, la capital de ese hermoso país. Allí tuvimos la oportunidad de conocer la casa donde vivió Jorge Dimitrov, convertida en museo. Pero lo más emocionante e inolvidable de esa visita fue el momento en que depositamos una ofrenda floral en nombre de los combatientes antifascistas chilenos, en el mausoleo en homenaje a quien derrotó a los nazis en sus propios tribunales.

Mausoleo de Jorge Dimitrov, Sofía, Bulgaria