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Lenin, un ejemplo de revolucionario

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Hace 94 años, el 21 de enero de 1924, a las 18,50 horas, en el pueblo de Gorki, a10 kilómetros al sur de Moscú, dejó de latir el corazón de Vladimir Ilich Ulianov, Lenin. La causa de su fallecimiento fue un infarto cerebral.

Sus comienzos

Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, nació en la ciudad de Simbirk el 22 de abril de 1870. Su padre, Ilya, era profesor y llegó a ser director de la enseñanza primaria de la provincia de Simbirk. Su madre se llamaba María Blank.

Eran seis hermanos. El mayor de ellos, Alejandro, participó en un atentado terrorista contra el zar Alejandro III en marzo de 1887. El zar sobrevivió, pero los participantes en la acción fueron fusilados el 5 de mayo de ese año. Vladimir quería mucho a su hermano Alejandro. Su muerte significó un duro golpe para él. Pero expresó en esos terribles momentos: “Nosotros iremos por otro camino”.
Y así fue. El 4 de diciembre de 1887, Lenin encabezó, una huelga de estudiantes en la Universidad de Kazán. Cumplía los 17 años y ocho meses. Fue detenido, expulsado de la Universidad y relegado a la ciudad de Kokuchkino.

Se inicia en la lucha revolucionaria

En 1888 comenzó su labor revolucionaria. Tenía 18 años de edad. Se incorporó a un círculo marxista. Sufrió la persecución de la policía zarista. Lo detuvieron y enviaron a la cárcel y luego fue desterrado a Siberia Oriental entre 1896 y 1899. Allí conoció a quien sería su compañera de toda la vida Nadiezhda Krupskaia.

En 1900 salió al exilio. En el extranjero trabajó organizando el Partido y creando las condiciones para la fundación de un periódico revolucionario. El primer número de éste, con nombre Iskra (La Chispa), apareció el 24 de diciembre de 1900. Llegaba el Iskra a muchos puntos de Rusia, gracias a una red de agentes que el propio Lenin organizó antes de salir del país. Permaneció en Zurich (Suiza) y Munich (Alemania).

“¿Qué hacer?”

A fines de 1901 y comienzos de 1902 Lenin escribió “¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento”. Apareció en Stuttgart, a comienzos de marzo de 1902.

Tiene el siguiente epígrafe: “… La lucha interna da al partido fuerzas y vitalidad: la prueba más grande de la debilidad de un partido es la amorfía y la ausencia de fronteras bien delimitadas; el partido se fortalece depurándose…” (De una carta de Lasalle a Marx, 24 de junio de 1852).

Este libro desempeñó un papel relevante en la creación de un partido marxista revolucionario de la clase obrera de Rusia.
En 1902 – 1903 fue difundido ampliamente en las organizaciones socialdemócratas En Kiev, Moscú, Petersburgo, Nizhni Nóvgorod, Kazán, Odesa y otras ciudades.

“Un paso adelante, dos pasos atrás”

En 1903 organizo y tomó parte en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que se efectuó entre el 17 julio al 10 de agosto de 1903, primero con sede en Bruselas (Bélgica) y luego en Londres. En su desarrollo se produjo la división entre mencheviques (corriente oportunista) y bolcheviques revolucionarios), estos últimos encabezados por Lenin. Ese año de 1903, es la fecha fundacional del Partido Comunista de Rusia.
En febrero-mayo de 1904, escribió Lenin su obra “Un paso adelante, dos pasos atrás (una crisis en nuestro Partido)” Este libro es uno de los tesoros del marxismo-leninismo. En él se refiere Lenin en detalle a los hechos ocurridos en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR).

Sobre el artículo 1° de los Estatutos

Este Congreso aprobó un Programa revolucionario y los Estatutos elaborados por Lenin, con la sola excepción del punto o artículo primero, en que los oportunistas en cuestiones de organización lograron que se aprobara el proyecto formulado por Martov.
El punto uno de Martov señalaba: “Se considerará perteneciente al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia a todo el que, aceptando su Programa, trabaje activamente para llevar a la práctica sus tareas bajo el control y dirección de los órganos del partido”.
Comenta Lenin: “La idea del artículo primero de Martov sólo aparece al plantearse la cuestión de si pueden los órganos del partido llevar a la práctica su dirección respecto a aquellos miembros del mismo que no forman parte de ninguna de las organizaciones del partido”.

La proposición del artículo primero de Lenin (que fue aprobado después en el III Congreso del POSDR realizado en 1905) señala: “Se considerará miembro del Partido todo el que acepte su Programa y apoye al Partido tanto con recursos materiales, como con su participación personal en una de las organizaciones del mismo”
Refiriéndose siempre al artículo primero de los Estatutos, Lenin escribió en la obra ya citada: “Cuanto más fuertes sean nuestras organizaciones del Partido, integradas por socialdemócratas efectivos, cuanto menos vacilación e inconstancia haya dentro del Partido, tanto más amplia y polifacética, tanto más rica y fructuosa será la influencia del Partido en los elementos de las masas obreras que lo rodean y que él dirige. Porque, en verdad, no se puede confundir al Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera con toda la clase” (Los subrayados son de Lenin).

Las tesis de abril

Entre noviembre de 1905 y enero de 1908 permaneció en la patria, donde actuó clandestinamente. Salió de nuevo al exilio. En Ginebra (Suiza) logró que se reanudara la publicación de Iskra.
El 15 de marzo de 1917 conoció la noticia de la Revolución Rusa de Febrero. A fines de marzo, junto con otros 31 bolcheviques, partieron desde Suiza hacia la patria. Llegaron a Rusia el 3 de abril de 1917. Al día siguiente elaboró sus “Tesis de Abril”, donde planteó la transformación de Revolución Democrático-burguesa en Socialista, a través de la conquista de los soviets. O sea, por una vía pacífica.

Pero en junio, el Gobierno Provisional de Kerenski desató una sangrienta represión contra los bolcheviques. Lenin debió ocultarse en Finlandia.

Desde Finlandia

En julio-agosto de 1917, el Sexto Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia aprobó la tesis de Lenin de la insurrección armada inmediata, pero eligió un Comité Central, en que la mayoría de sus miembros estaban contra esa línea.

En agosto de 1917, los bolcheviques conquistaron los soviets de Petrogrado y Moscú.

En septiembre, Lenin, escribió desde Finlandia varias cartas al Comité Central, exigiendo el cumplimiento de lo acordado en el Sexto Congreso. No recibió respuesta alguna sobre el tema, pero le ordenaron que, por “razones de seguridad” debiera permanecer en Finlandia.

Lenin seguía desde lejos los acontecimientos en un estado febril. El Comité Central no lo autorizaba retornar a Rusia por razones de seguridad.

Escribía cartas y documentos que enviaba al Comité Central, que ni siquiera eran discutidos. Cuando eran conocidos en las reuniones, no había pronunciamiento alguno.

Lenin insistía: “Los bolcheviques deben tomarse el poder”. “La demora se convierte absolutamente en un crimen” … “Hay que ir a la insurrección inmediatamente”.

No tenía respuesta alguna. También planteó la necesidad de retornar a San Petersburgo. El Comité Central se lo prohibió.

Retorno a Rusia

Lenin desobedeció la arbitraria orden del Comité Central. Arriesgando ser detenido por la policía de Kerenski, ayudado por Rahia, un fiel amigo, y otro bolchevique, cruzó clandestinamente la frontera, ingresando a Rusia el 2 de octubre.

Nadezda Krupskaia, su compañera, le buscó un refugio seguro, desde donde escribió varios documentos. En uno de ellos planteó: “La revolución está perdida si el gobierno de Kerensky no es derribado en el futuro próximo”.

Por fin se reunió con el Comité Central el 10 de octubre. Logró que se aprobara una nueva resolución sobre la insurrección armada, pero sin especificar fecha ni detalles.

Comprendió que debía recurrir a las bases del Partido.

Con ese fin participó en una Conferencia del Comité Central con representantes de las organizaciones bolcheviques de San Petersburgo. Asistieron 24 dirigentes, de los cuales sólo 9 eran del Comité Central.

La Conferencia aprobó la preparación inmediata de la insurrección por 19 votos, contra 2 y 3 abstenciones.

El 21 de octubre se reunió con los dirigentes de San Petersburgo. Allí planteó: “la insurrección debe llevarse a cabo el 25; el 24 sería prematuro y el 26 muy tarde”.

La genialidad de un líder

En el Instituto Smolny se vivían horas agitadas. Ahí estaba el centro revolucionario. Lenin planteó al Comité Central la necesidad de estar allí presente. Se lo prohibieron. Al caer la noche del 24 de octubre, Lenin decidió trasladarse clandestinamente al Smolny y tomar en sus manos la dirección de la insurrección, cumpliendo la resolución del Sexto Congreso del Partido.

Disfrazado y acompañado del camarada Rahia, luego de caminar varias horas, llegó poco antes de la medianoche al Smolny. No se dirigió a la sala donde sesionaba el Comité Central. Envió a Rahia a buscar a Stalin. Ambos se reunieron en una sala vacía y pusieron en marcha a las fuerzas insurreccionales que tenía listas el Comité Militar Revolucionario, pero que no se atrevía a lanzar todavía a la toma del poder.

Lenin convocó a los jefes militares de fábricas y regimientos. Decenas de motociclistas se lanzaron hacia los suburbios…
A partir de la una de la madrugada del 25 de octubre, destacamentos de soldados salieron de los cuarteles; grupos de obreros armados abandonaron las fábricas. Iban a apoderarse de los puentes, las estaciones ferroviarias, los edificios públicos…

“La revolución se ha realizado…”

Eran los 14 y 35 minutos del 25 de octubre de 1917. Se inició la sesión extraordinaria del Soviet de San Petersburgo. Presidía León Trotski, que anunció a Lenin. Cuando la tempestuosa ovación se calmó, éste dijo: “Camaradas: la revolución obrera y campesina, de cuya necesidad han hablado los bolcheviques, se ha realizado.
A las 22,45 de ese mismo día 25 de octubre, se inició el Segundo Congreso de los Soviets de toda Rusia. Hubo acaloradas discusiones. Se eligió un nuevo comité ejecutivo para reemplazar al elegido en el Primer Congreso, efectuado en junio, en que tenían mayoría los eseristas (social-revolucionarios) y los mencheviques. Ahora ganaron los bolcheviques. Obtuvieron 14 miembros del consejo contra 11.

Eran los 3 y 10 minutos de la madrugada del 26 de octubre, cuando el presidente del Congreso anunció que el Palacio de Invierno acababa de ser tomado por los revolucionarios.

Había triunfado la revolución socialista en Rusia. Según el moderno calendario, esa gloriosa fecha corresponde al 7 de noviembre de 1917.

A la cabeza del Primer Estado Socialista

En medio de difíciles condiciones, el Gobierno de obreros y campesinos, dirigido por Lenin logró vencer la contrarrevolución interna y la intervención de 14 países.

El Séptimo Congreso, 26 de marzo de 1918, cambió el nombre del partido por Partido Comunista de Rusia, reconociendo en 1903 como su año de fundación.

El viernes 30 de agosto de 1918, Lenin habló en un mitin en una fábrica de Moscú. Finalizado el acto se dirigió al auto que lo esperaba para conducirlo a la reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo, que debía iniciarse a las 21 horas. Caminaba rodeado por una multitud. De pronto una mujer -miembro de un grupo terrorista de los eseristas- le disparó tres balazos, dos de los cuales lo hirieron gravemente. Una le penetró en el tórax comprometiendo la parte superior del pulmón izquierdo; la otra, se le alojó en el cuello muy cerca de la espina dorsal.

Se recuperó. El 18 de septiembre participó en la reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo. Pero su salud comenzó a empeorar.
Desde 1922 la salud de Lenin era muy precaria. El intolerable estrés de encabezar la revolución, la guerra civil y la construcción de una nueva sociedad, le afectó seriamente. A esto hay agregar las secuelas del atentado de 1918, pues debió vivir con una bala en el cuello, peligrosamente cerca de la espina dorsal.

Gravemente enfermo

En mayo de 1922, sufrió un primer infarto cerebral, que lo dejó parcialmente paralizado en su lado derecho. Debió disminuir su papel en el Gobierno.

En diciembre de 1922, le sobrevino un segundo infarto. A pesar de ello, siguió trabajando teóricamente. Lo hizo hasta febrero de 1923.
Durante este período dictó una serie de importantes artículos que se conocen como su “testamento político”. En estos trató diferentes temas como el de la dirección colectiva en el Partido. En uno, dictado el 24 de diciembre de 1922, advertía sobre los peligros que involucraría poner a la cabeza del Partido y del gobierno soviético a Stalin o Trotski.

En mayo de 1923, luego de tener el tercer infarto, quedó postrado en cama, imposibilitado de hablar.

La herencia teórica leninista

En los 35 años de labor teórica y práctica, entre 1888 y 1923, Lenin escribió más de 30 mil libros, folletos, cartas y documentos. Unos 9 mil de ellos figuran en los 55 tomos de su Obras Completas, editadas entre 1958 y 1965.

Citamos sólo algunas de sus obras: “Sobre la cuestión de los mercados” (1893),

“El desarrollo del capitalismo en Rusia” (1899), “Anarquismo y socialismo” (1901),

“¿Qué hacer?” (1902),

“Las tareas de la juventud revolucionaria” (1903),

“Un paso adelante, dos atrás” (1904),

“Dos tácticas de la socialdemocracia en la Revolución Democrática” (1905),

“Materialismo y empiriocriticismo” (1908),

“Carlos Marx” (1914),

“La quiebra de la Segunda Internacional” (1915),

“El imperialismo, etapa superior del capitalismo” (1915),

“El programa militar de la revolución proletaria” (1916),

“El Estado y la Revolución” (1917),

“La revolución proletaria y el renegado Kautsky” (1918),

“La Tercera Internacional y su lugar en la historia” (1919),

“El ‘izquierdismo’ enfermedad infantil del comunismo” (1920),

“La crisis del Partido” (1921),

“Carta al Congreso” (1922),

“Sobre las Cooperativas” (1923),

“Nuestra Revolución” (1923),

“Más vale poco y bueno” (1923).

Lenin el dirigente

Quienes militaron y trabajaron con él coinciden en señalar varias cualidades del líder ruso.

A Lenin siempre le eran propios el realismo político y la capacidad de apreciar objetivamente la situación, ver todas las posibilidades que se ofrecían en tal o cual momento. El realismo político de Lenin permitía evitar el falso optimismo o pesimismo en los bruscos virajes de la historia. Al sufrir derrotas no se dejaba llevar por el pesimismo e infundía confianza en los otros. Sabía extraer lecciones hasta de las batallas perdidas.

En base al análisis científico de la realidad, Lenin elaboraba planes audaces de construcción de una nueva sociedad. Una gran eficacia caracterizaba también su actividad como estadista. Determinaba con extraordinaria rapidez las tareas más importantes del momento, pero no olvidaba las secundarias.

Lenin consideraba de enorme trascendencia la oportuna reacción del Partido ante los cambios de la situación política.

El estilo leninista de trabajo y la propia personalidad de Lenin ha dejado una profunda huella en la conciencia de la humanidad y en la cultura.

Lenin, el ser humano

Todos los que conocieron de cerca a Lenin destacan su excepcional modestia en los asuntos concernientes a su persona. Después de ser herido en agosto de 1918 criticó el tono de las publicaciones aparecidas en los periódicos. Escribió: “Soy como los demás… Toda la vida luchamos, en el plano ideológico, contra la admiración excesiva de las virtudes de una sola persona, resolvimos ya hace mucho la cuestión de los héroes, ¡y he aquí otra vez el culto a la personalidad!”
El modo de vida de Lenin no se diferenciaba de la vida espartana de sus contemporáneos.

“Lenin compartía todas las privaciones de aquellos días cuando escaseaba el combustible, las viviendas y hasta los alimentos”, recuerda G. Lausbury, uno de los dirigentes del partido laborista inglés que visitó la Rusia soviética.

Lenin siempre se preocupaba de los demás. A pesar de sus muchas actividades diarias como estadista, encontraba tiempo para escribir centenares de recados, dar órdenes verbales para ayudar a unos y otros camaradas, de mandarles a descansar, a curarse, de proporcionarles viviendas, etc.

Lenin odiaba a las clases explotadoras, pero no tenía enemigos personales.

El heroísmo de Lenin

Máximo Gorki, el gran intelectual ruso, tiene una obra llamada “Lenin en 1922”. En ella escribió:

“Su heroísmo, casi enteramente desprovisto de relumbrón exterior, la abnegación modesta, ascética, frecuente en el intelectual ruso, en el revolucionario que cree sinceramente en la posibilidad de la justicia sobre la tierra; era el heroísmo del hombre que ha renunciado a todas las alegrías del universo para trabajar duramente por la felicidad de los hombres… Cuando murió Lenin, reconocieron lealmente hasta sus más encarnizados enemigos que con él había perdido el mundo al hombre ‘que era la más viva encarnación del genio entre los grandes hombres contemporáneos’.

“Para mí, Lenin, es un héroe de leyenda; es un hombre que ha arrancado de su pecho el corazón ardiente para alumbrar con su llama el camino que conducirá a los hombres lejos del abyecto caos contemporáneo.”

El Segundo Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

En 1903, Lenin organizo y tomó parte en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que se efectuó entre el 17 julio al 10 de agosto de 1903, primero con sede en Bruselas (Bélgica) y luego en Londres. Asistieron un total 43 delegados con 51 votos en representación de 26 organizaciones. Los «iskristas» contaban con 33 votos, 24 de los cuales eran «leninistas». Los «antiiskristas» tenían 8 votos y el «centro» tenía 10 votos.
En su desarrollo se produjo la división entre mencheviques (corriente oportunista) y bolcheviques (revolucionarios), estos últimos encabezados por Lenin. Ese año de 1903, se considera como la fecha fundacional del Partido Comunista de Rusia.

En febrero-mayo de 1904, escribió Lenin su obra “Un paso adelante, dos pasos atrás (una crisis en nuestro Partido)” Este libro es uno de los tesoros del marxismo-leninismo. En él se refiere Lenin en detalle a los hechos ocurridos en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR).

Este Congreso aprobó un Programa revolucionario y los Estatutos elaborados por Lenin, con la sola excepción del punto o artículo primero, en que los oportunistas en cuestiones de organización lograron que se aprobara el proyecto formulado por Martov.

El artículo primero de Martov

El punto uno de Martov señalaba: “Se considerará perteneciente al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia a todo el que, aceptando su Programa, trabaje activamente para llevar a la práctica sus tareas bajo el control y dirección de los órganos(¡sic!) del partido”. (Lenin: “Un paso adelante, dos pasos atrás.(Una crisis en nuestro partido)” Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, página 306).

Comenta Lenin: “La idea del artículo primero de Martov sólo aparece al plantearse la cuestión de si pueden los órganos del partido llevar a la práctica su dirección respecto a aquellos miembros del mismo que no forman parte de ninguna de las organizaciones del partido”. ( Idem. Tomo I, página 306).

Yuli Martov

Lenin sobre el artículo primero de Martov

La proposición del artículo primero de Lenin (que fue aprobado después en el III Congreso del POSDR realizado en 1905) señala: “Se considerará miembro del Partido todo el que acepte su Programa y apoye al Partido tanto con recursos materiales, como con su participación personal en una de las organizaciones del mismo” (Lenin : Idem. Tomo I, página 316).

Refiriéndose siempre al artículo primero de los Estatutos, Lenin escribió en la obra ya citada: “Cuanto más fuertes sean nuestras organizaciones del Partido, integradas por socialdemócratas efectivos, cuanto menos vacilación e inconstancia haya dentro del Partido, tanto más amplia y polifacética, tanto más rica y fructuosa será influencia del Partido en los elementos de las masas obreras que lo rodean y que él dirige. Porque, en verdad, no se puede confundir al Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera con toda la clase” (Lenin: Idem. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, páginas 318- 319. Los subrayados son de Lenin).

No al secretismo

En el prólogo escribió Lenin: “Todo militante que quiera participar conscientemente en los asuntos de su partido está obligado a estudiar con detenimiento nuestro congreso; y repito que a estudiar, porque la mera lectura del montón de escritos desordenados, como son las actas, no basta para dar un cuadro del congreso. Sólo mediante un estudio minucioso e individual puede conseguirse (y debe conseguirse) que los breves resúmenes de los discursos y las pequeñas escaramuzas por pequeñas (pequeñas al parecer) cuestiones converjan en un todo para que los miembros del partido vean alzarse viva la figura de cada orador destacado y que de clara toda la fisonomía política década grupo de delegados al congreso. El que escribe estas líneas dará por bien empleado su trabajo si consigue al menos impulsar el estudio amplio e individual de las actas del congreso del partido”.(Lenin: Ídem. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, página 375).

Así concebía Lenin al partido revolucionario, con militantes estudiando los detalles de un congreso. En cambio, en nuestro Partido no tenemos actas de los congresos. Y los militantes que no participan de un evento nacional no tienen la menor idea del comportamiento de los delegados. Otro tanto ocurre con los plenos del Comité Central.

No pierde actualidad

I. Lenin empleó varios meses en la preparación del libro “Un paso adelante, dos pasos atrás (Una crisis en nuestro Partido)”. Estudió detalladamente las actas de las sesiones y las resoluciones del II Congreso de P.O.S.D.R., las intervenciones de cada delegado, los agrupamientos políticos que se habían formado en el Congreso y los documentos de Comité Central y del Consejo del Partido.

El libro provocó una tremenda furia de los mencheviques. Plejanov exigió que el Comité Central proclamase su desacuerdo con la obra de Lenin. Los conciliadores en el seno del C.C. trataron de impedir su publicación y difusión. Un paso adelante, dos pasos atrás, publicado en el extranjero, se propagó ampliamente entre los obreros avanzados de Rusia. Las autoridades zaristas se incautaban del libro durante los registros y las detenciones en Moscú, Petersburgo, Riga, Sarátov, Tula, Otiol, Ufá, Perm, Kostromá, Schigri, Shavlí (de la provincia, de Kovno), etc. La obra fue reeditada por Lenin en la recopilación 12 años en 1907 (en el título figuraba el año 1908).

La lucha ideológica emprendida por Lenin contra las posiciones oportunistas, a comienzos del siglo XX, sigue siendo válida en sus puntos esenciales. En especial en el concepto de militante del Partido revolucionario y el de la célula como órgano fundamental.

“Un paso adelante, dos pasos atrás”, es una obra que debemos estudiar precisamente cuando nuestro Partido se prepara para realizar una Conferencia Nacional en agosto de este año. Esperamos que en ella imperen las posiciones leninistas.

Los seres concientes forjan la historia (XLVI)

Iván Ljubetic Vargas, historiador del CEILER

CAPÍTULO XLVI: Expectación por aportes a la historia de la Unión Soviética de un pensador chileno

El Centenario de la Revolución Socialista de Octubre de 1917 ha dado motivo a importantes eventos en el mundo y en nuestro país. En Chile el primer acto en homenaje a tan significativo evento lo realizó en Santiago el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER.

Precisamente el día en que se cumplía un siglo de la Revolución Socialista de Octubre, el 7 de noviembre de 2017, en los marcos del último debate organizado por Anatel con los ocho candidatos a la Presidencia de la República, Pillín Piñera mostro sus profundos conocimientos de la historia rusa al recordar una famosa frase. “Lenin dijo: ‘Miente, miente que algo queda’.

Otra muestra de la ignorancia de quien pretende ser por segunda vez Presidente de Chile. El candidato Eduardo Artés, le enmendó la plana, aclarando que la cita no era precisamente del dirigente soviético, sino del ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels.

Pero el pensador criollo no descansa en entregar sus aportes. En una entrevista en Radio Agricultura el martes 24 de noviembre de 2017, afirmó: “Es muy conocida la frase de Stalin: No importan los que votan, sí son importantes los que cuentan los votos”

Qué patética su ignorancia. Y cuánta frialdad para mentir, Inventó esta frase, que jamás pronunció Stalin. Pillín lo sostuvo cuando denunciaba que en la elección del domingo 19 de noviembre de 2017 le habían robado muchos votos. Ello para justificar la derrota que tuvo al sacar el 36,66% de los votos y no el 45% que esperaba.


Ver:

Chile celebró los 100 años de la Revolución Socialista de Octubre

Con gran presencia de público, pleno de emociones y combatividad, dirigido por el compañero Alfonso Murúa, el martes 7 de noviembre de 2017, en el salón Camilo Guzmán Sandoval del ICHIL, se llevó a cabo el acto del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, en homenaje a los Cien años de la Revolución Socialista de Octubre de 1917.

Lo inició el Coro Rojo con dos hermosas y aplaudidas interpretaciones.

El presidente del CEILER, Max Berrú, en emotivas palabras saludó a los asistentes y subrayó la especial importancia que tiene para el Centro la Revolución llevada a cabo por los obreros, soldados y campesinos hace justamente un siglo atrás.

A continuación se entregó una visión histórica preparada por el historiador Iván Ljubetic Vargas, leída por el autor y la Secretaria Ejecutiva del CEILER, Carlota Espina.

Saludaron, con vibrantes palabras, Rosaura Campusano, presidenta de la Asociación de Egresados de los Países Socialistas, y José Santos, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Construcción y Consejero Nacional de la CUT.

Eduardo Conteras, abogado y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile, se refirió en una interesante intervención a la importancia de la Revolución Socialista de Octubre y la unió con los acontecimientos actuales.

El Himno de los trabajadores del mundo fue cantada por el numeroso público presente. No pocos levantaron su puño en homenajes a los combatientes de hace cien años. Se brindó con vodka por ellos.

La hermosa actividad finalizó con un refrigerio, en medio de un ambiente de sana convivencia y confraternidad.

 

Temuco: Dos eventos ejemplares

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Cuando descendió el avión en el Aeropuerto La Araucanía, en Temuco brillaba el sol y la temperatura era agradable.
Eran las 13,30 horas del viernes 25 de agosto de 2017. Me esperaba el compañero Héctor, Secretario del Comité Regional Alberto Molina del Partido Comunista de Chile. Somos camaradas y amigos desde hace más de 40 años. Fue mi alumno cuando yo ejercía como Profesor de Historia en la Universidad de Chile, sede Temuco.
Ahora, llegaba a esa ciudad, invitado por una Comisión encabezada por la compañera Karla, Encargada de Educación adjunta al CR; e integrada por el compañero Héctor, la compañera Julia, Encargada de Finanzas del CR y el siempre activo compañero Eduardo. Esta Comisión contó con la decisiva colaboración de las Juventudes Comunistas.

Acto público

El viernes 25 de agosto, a las 18,30 se inició puntualmente en la Sala DICREP, el acto convocado por el Centro Cultural Nuevo Amanecer y la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Temuco. Ante un público de alrededor de 50 personas, expuse sobre el tema “Triunfo de un proceso histórico: 4 de septiembre de 1970. La UP al poder”. Al finalizar hubo interesantes preguntas.

Tercera Escuela de Cuadros

El sábado 26 de agosto, a las 9,30 horas se dio inicio a la Tercera Escuela de Cuadros Ricardo Sanhueza, que se desarrolló en el Colegio Carlos Condell de la Haza, en una sala calefaccionada y con todos los elementos necesarios. La organización, perfecta. Con 44 atentos y activos alumnos. De ellos 15 militantes de las Juventudes Comunistas; el resto profesores, trabajadores del Partido.

El legado de Luis Emilio Recabarren

En la mañana, desde las 9,30 horas, en dos etapas separadas por una pausa con colación, tratamos el tema “El legado de Luis Emilio Recabarren”: su vida, obra, pensamiento y sus enseñanzas.
Utilizamos el método de combinar lecturas, realizadas por alumnos, con explicaciones e intervenciones. Resultó motivador y activo. Conclusiones: dar a Recabarren el lugar que le corresponde; seguir su ejemplo: estudiar, librar la lucha ideológica, ponerse de lleno en la campaña electoral por Alejandro Guillier y los candidatos comunistas en la Araucanía.

A las 12,30: almuerzo.

En torno a las normas leninistas

Por la tarde se trabajó en tres etapas, con dos pausas, una con colación. El tema fue: “Normas leninistas de organización y funcionamiento”. Se abordó: Centralismo Democrático, Dirección Colectiva, la Célula o Base, la crítica y la autocrítica. Se utilizó el mismo método de la mañana. A través de una activa y creadora discusión fueron surgiendo algunos de los logros obtenidos en la Región. Los jóvenes comunistas, con justificado orgullo, hablaron del reciente triunfo en la Universidad Católica de Temuco, donde ganaron la Federación de Estudiantes. Los compañeros de Loncoche (de donde concurrieron 12 alumnos: dos de las JJ CC y 10 del Partido) relataron de sus avances logrados en esa Comuna; una compañera que vino desde Pucón contó el excelente trabajo unitario efectuado, que les ha dado enorme prestigio y ha permitido un importante crecimiento en la militancia; se destacó el ejemplar desempeño del compañero Pedro, concejal comunista en la Comuna de Padre Las Casas.

Ceremonia final

Culminó la Escuela a las 18 horas, con una emotiva ceremonia de entrega de Certificados de Asistencia. Dirigió, como lo hizo en toda la actividad, la compañera Karla. Participaron todos los alumnos, que se quedaron hasta el final (este hecho también es digno de destacarse).
El compañero Héctor, Secretario del CR Alberto Molina, intervino destacando la importancia de la escuela y señalando las principales tareas del momento.
Pasaron adelante grupos de cinco alumnos. El compañero Eduardo y yo éramos los encargados de entregarles los Certificados. Abrazos, alegría, fotos. Aplausos, muchos aplausos.
Cuando salimos al patio a sacarnos más fotos, cayeron unas débiles gotitas de lluvia. Por la noche llovió intensamente. Cuando llegó el domingo 27, el compañero Eduardo me llevó al Aeropuerto, no llovía.

La fuerza del ejemplo

Después de un fuerte abrazo con el compañero Eduardo, entré a buscar la salida 3 por donde debía embarcar. A las 10,05 emprendimos vuelo. Durante el viaje recordaba los dos exitosos eventos. En especial la Escuela de Cuadros, su ejemplar desarrollo, que se debió al trabajo preparatorio de la Comisión, en especial de la compañera Karla, que visitó célula por célula informando y matriculando para la Escuela. Otro tanto hizo con las Juventudes Comunistas, las que fueron factor importante en los logros alcanzados.
Hubo una eficaz preparación y un brillante desarrollo.
Escribo esta crónica, recordando lo señalado tantas veces por Lenin
sobre la fuerza del ejemplo.

Respondiendo a Don Sebastián Drago

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Hemos conocido la opinión –legítima opinión- que a través de su Facebook entregó Sebastián Drago en torno al Foro-Panel realizado por el CEILER el jueves 17 de agosto de 2017: “En el centenario del “Estado y la Revolución” de Vladimir Ilich Lenin”.
Nos alegra que Sebastián Drago haya estado entre la “nutrida concurrencia” del Foro-Panel y que tuvo la deferencia de entregar su opinión sobre las exposiciones allí entregadas.
Una primera cosa que nos llamó la atención es el título que colocó a su opinión: “Un largo y urgente-, Camino por transitar”. Nos llamó la atención, porque leyendo lo que escribió, no hay una sola palabra sobre una propuesta de ese camino largo y urgente por el cual se debería caminar.

Soy uno de los “tres hombres mayores de 30 años” a que se refiere el señor Drago. Tengo 86 años y, quizás, hemos militado en el mismo partido “por años, décadas atrás”.
Su fuere así, quiere decir, que ambos hemos gozado la alegría de las victorias y hemos sufrido la amargura de las derrotas. Pero la vida –diríamos- nos separó. Uno se fue espantado ante los “eventos inesperados”. Otro quedó en el Partido Comunista de Chile, un partido de “cuño marxista tradicional”, que jamás ha traicionado al pueblo ni a sus ideales.

Como es sabido este Foro-Panel fue convocado por el Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, un grupo de recabarrenistas, que realiza múltiples actividades, siguiendo el legado del padre del Movimiento Obrero chileno y fundador del Partido Comunista. Organizamos encuentros que pueden ser “desalentadores” y causar “tristeza” a ex revolucionarios, pero que encuentran notable eco en amplios sectores.
No somos de los que se quedan mirando los acontecimientos desde el balcón. Actuamos. El fuerte viento de los “eventos inesperados” podrá doblarnos, pero jamás quebrarnos. Y después de cada tormenta nos volvemos a levantar, orgullosos de lo que somos y de lo que hacemos.

Volviendo a lo expresado por Sebastián Drago, me entristece que alguien que confiesa haber militado “por años, décadas atrás” en el Partido Comunista llegue a utilizar las mismas monsergas que utilizan los reaccionarios más recalcitrantes. Por ejemplo: “las sagradas verdades del credo staliniano marxista-leninista de la era soviética”. Precisamente obras como “Estado y la Revolución” mantienen plena actualidad. ¿Acaso está pasada de moda la concepción leninista sobre el Estado?

En cuanto al Partido Comunista de Chile, a pesar de las represiones de todo tipo, está vivo y peleando. No “continuamos atados en el mundo de 1960” sino al año 1912, a los principios que nos legaran los fundadores, con Recabarren a la cabeza.
Con todos los defectos que pudieran achacarles, y con los errores que naturalmente se cometen, somos una fuerza política que ha sido capaz de alcanzar victorias tan grandes como el Gobierno Popular. Que hoy, en el complejo y difícil
momento que vive Chile y el mundo, no pierde la brújula: lleva adelante una correcta línea estratégica y una leninista política de alianzas. Une teoría y práctica. Contribuye paso a paso a forjar un Chile más democrático y se ha transformado en el partido con más militantes y adherentes del país.

Opiniones como las de Sebastián Drago -independientemente de sus intenciones- nos ayudan. Utilizando nuestra poderosa herramienta de la crítica y la autocrítica, pretendemos ser cada día mejores combatientes por un mundo mejor
Ah! Y esperamos anhelantes su camino largo y urgente por el cual, según él debemos transitar.