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Fidel proclama el carácter socialista de la Revolución Cubana

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

1961. En los círculos gobernantes de Estados Unidos cada día que pasaba crecía la preocupación por su “patio trasero”. El ejemplo cubano era un fantasma que recorría América Latina. La influencia de su revolución aumentaba en los pueblos del continente.
Ante este hecho, el imperialismo decidió actuar rápidamente. Por entonces, el presidente del imperio era John Kennedy. Joven y dinámico, su persona irradiaba simpatía. El 13 de marzo de 1961, propuso a las naciones de América la llamada “Alianza para el Progreso”. Consiste –afirmaba el político yanqui – en un nuevo trato hacia las naciones al sur de Río Grande (límite sureño de Estados Unidos). Nunca más intervenciones de los marines. El hermano mayor estaba decidido a contribuir al progreso de los hermanos que habitaban su “patio trasero”.

Del dicho al hecho…

Bellas palabras. Pero los hechos eran otros. En los mismos momentos en que hacía su generoso anuncio, John Kennedy daba luz verde a una acción que preparaban mercenarios cubanos, adiestrados, financiados y apoyados militarmente por Estados Unidos.

Sólo un mes y dos días después del anuncio de Kennedy sobre la Alianza, aviones norteamericanos, pintados con los colores de la aviación cubana, tripulados por mercenarios, bombardearon sorpresivamente aeropuertos de la isla. Fue el 15 de abril de 1961. Asesinaron y sembraron la destrucción.

Fidel Castro respondió a la agresión imperialista proclamando, por primera vez, el carácter socialista de la Revolución Cubana. Fue en las masivas y combativas honras fúnebres de las siete víctimas del bombardeo, frente al Cementerio Colón, realizadas el 16 de abril de 1961.

Habla Fidel

“En el día de ayer –señaló Fidel Castro-, como todo el mundo sabe, aviones de bombardeo divididos en tres grupos, a las 6 en punto de la de la mañana penetraron en el territorio nacional procedentes del extranjero y atacaron tres puntos del territorio nacional, en cada uno de esos tres puntos los hombres se defendieron heroicamente, en cada uno de esos puntos corrió la sangre valerosa de los defensores… La hazaña yanki que arma mercenarios y les paga para que vengan a asesinar jóvenes de 16 y 17 años en un ataque sorpresivo, artero y traicionero en tos los órdenes, contra u país al que se le puede perdonar su vergüenza, su dignidad, su valor. Porque lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonar los imperialistas es la dignidad, la entrega, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”.

Una Revolución Socialista

“Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!

Compañeros obreros y campesinos, esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por estas Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida…

Compañeros obreros y campesinos de la patria, el ataque de ayer fue el preludio de la agresión de los mercenarios, el ataque de ayer que costó siete vidas heroicas, tuvo el propósito de destruir nuestros aviones en tierra, mas fracasaron, sólo destruyeron tres aviones, y el grueso de los aviones del enemigo fue averiado o abatido”.

Finalizó su discurso diciendo: “Marchemos a nuestros respectivos batallones y allí esperemos órdenes, compañeros”.

Playa Girón

Tal como lo dijera Fidel, el ataque aéreo fue el preludio de una operación de mayor envergadura preparada por el imperialismo. A las 1,30 de la madrugada del 17 de abril de 1961, mercenarios cubanos –apoyados por Estados Unidos– invadieron Cuba por Playa Girón, ubicada en Bahía de Cochinos, al sur de la provincia de matanzas. Era la llamada Brigada 2506, la que reunía las características a una unidad de asalto anfibio de las fuerzas armadas de Estados Unidos y comprendía unos 1.500 hombres fuertemente armados, incluyendo tanques, artillería de campaña y 30 aviones.
El pueblo cubano, encabezado por Fidel Castro, respondió rápida y valerosamente. En 68 horas fue aplastada la agresión. Los invasores, que llegaron convencidos de vencer rápidamente, fracasaron. Algunos perdieron la vida. Los más, cayeron prisioneros.

Esta fue la primera derrota militar del imperialismo estadounidense en América Latina. No obtuvo éxito la estratagema de derrotar al Gobierno cubano con la mano del gato de los “gusanos” residentes en Miami.

Solidaridad… ¿recíproca?

Por Miguel Lawner

El huracán Irma golpeó severamente la costa norte de Cuba, provocando enormes daños en la infraestructura vial, eléctrica y portuaria, así como a la agricultura. El número de víctimas fue mínimo, gracias a la oportuna y eficiente evacuación de un millón de personas, la mayoría de las cuales recibió refugio en casas particulares, expresión conmovedora de los altos niveles de fraternidad alcanzados por una sociedad donde no se incentiva el consumismo ni el individualismo.

Los medios de comunicación chilenos compitieron en enviar corresponsales a cubrir el paso del huracán por Miami. Lo esperaron antes de su llegada, lo cubrieron durante horas y lo acompañaron en su recorrido por la península de Florida. En cambio, la información respecto a los daños originados en Cuba fue mínima o simplemente inexistente.

No escuché ninguna declaración oficial del gobierno expresando su solidaridad con el pueblo y el gobierno de Cuba. Ignoro si se ha
enviado alguna ayuda oficial a un país hermano golpeada por un desastre tan devastador, todo lo cual francamente me avergüenza.
Vamos a refrescar la memoria a quienes pueden haber olvidado la magnitud de la ayuda que Cuba nos envió con motivo del terremoto ocurrido en Chile el 27 de febrero de 2010.

Como es sabido, el sismo dejó graves daños en nuestras instalaciones hospitalarias. El presidente Piñera solicitó urgente ayuda al extranjero y varios países respondieron enviando hospitales de campaña: Brasil, España, Perú y Argentina, los cuales permanecieron prestando servicios entre uno a dos meses.
Cuba envió dos hospitales de campaña, que se instalaron en Rancagua y en Chillán. Fueron los primeros en arribar: el 2 de marzo, es decir una semana después de ocurrida la catástrofe y como podíamos suponerlo, fueron los últimos en irse: a fines de noviembre, por lo cual extendieron su ayuda por casi nueve meses.
Al despedir a la brigada rumbo a Chile, el presidente Fidel Castro – que aún estaba vivo- manifestó:

“Nuestra Patria se solidariza plenamente y apoya moralmente el esfuerzo material que la comunidad internacional está en el deber de ofrecerle a Chile. Si algo estuviera en nuestras manos, desde el punto de vista humano, por el hermano pueblo chileno, el pueblo de Cuba no vacilaría en hacerlo”. Añadió que “de no ser por la experiencia chilena frente a los terremotos, sus construcciones más sólidas y sus mayores recursos, el fenómeno natural habría costado la vida a decenas de miles o tal vez cientos de miles de personas”

Las brigadas médicas cubanas incluyeron 75 especialistas médicos que realizaron más de 134 mil exámenes, sobre 100 mil procedimientos de enfermería y unas 3 mil intervenciones quirúrgicas, beneficiando a 79.137 pacientes.
Su permanencia tan prolongada en Chile fue originada por el enorme aprecio que despertaron los médicos cubanos entre los habitantes de Rancagua y Chillán, tanto por la eficiencia de sus servicios profesionales, como por el trato cariñoso con sus pacientes.

Muchas personas que permanecían por años en listas de espera de cirugía, vieron resueltas rápidamente sus urgencias. La relación con el personal de enfermería o de servicio fue igualmente apreciada.
Al despedir a los médicos cubanos, el Director del Hospital Clínico de Chillán Dr. Rodrigo Avendaño, destacó así, el aporte de la brigada en momentos particularmente complejos:

“Despedimos a la Brigada Henry Reeve de Cuba, con mucho afecto, porque su colaboración fue fundamental. Primero en la importante labor asistencial realizada en los días posteriores al terremoto y luego, con su ayuda en la resolución de listas de espera de especialidades, realizando más de mil intervenciones quirúrgicas a usuarios y usuarias de Ñuble. Durante ocho meses interactuamos con un equipo de excepción, que nos permitió conocer más de su cultura y compartir conocimientos, en un ambiente de camaradería y de solidaridad que, por medio de estos representantes, demostró el Gobierno Cubano con nuestro país y en especial con Chillán”

Más aún, como consecuencia del aluvión ocurrido el 2015 en la Región de Atacama, la Brigada Médica Cubana retornó al país a prestar sus servicios con 15 profesionales de la salud, realizando atenciones en las comunidades de El Salado, Diego de Almagro y Alto del Carmen, beneficiando a casi 6 mil pacientes.

Una nueva tragedia golpeó ayer a otro pueblo hermano. Un terremoto en Ciudad de México. Esta vez, Michelle Bachelet envió un mensaje de solidaridad aprovechando su intervención en la Asamblea de las Naciones Unidas. También se conoció que una brigada de nuestros Topos, partió rumbo a México a colaborar en la urgente tarea de rescatar a las víctimas que aún pueden permanecer con vida aplastadas por los escombros.

Está muy bien. Así debe ser. El gobierno y el pueblo mexicano han sido tradicionalmente solidarios con nuestras catástrofes como lo atestiguan las bellas obras donadas con motivo de los terremotos de 1939 en Chillán y el de 1960 en Valdivia.

Pero con Cuba estamos hoy día en una gran e injustificada deuda. Me resulta inadmisible suponer que mezquinos prejuicios políticos pueden haber influido para una conducta tan reprochable de nuestro gobierno.

Confiamos. Más vale tarde que nunca.

Miguel Lawner

20.09.2017