Archivos de etiquetas: plenario

A cuarenta años del Pleno de agosto de 1977 (III)

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Salvador Allende símbolo de la Unidad Popular

En el Informe entregado por Luis Corvalán, Secretario General del Partido Comunista, al Pleno de agosto de 1977, se dice:
“Finalmente, para cerrar este capítulo queremos referirnos a la figura del Presidente Allende, que encabezó este proceso y que ocupará en la historia un sitial preeminente por la magnitud de su obra y su lealtad.

Las relaciones de Allende con el Partido Comunista

En relación a la orientación del Gobierno de la Unidad Popular, se suele identificar la política del Partido Comunista con la política de Salvador Allende. Nuestro Partido consideró, desde el comienzo hasta el fin, un asunto esencial de su política la necesidad de afirmar el Gobierno del compañero Allende. Con él tuvimos siempre buenas relaciones, basadas en la amistad, la franqueza y el respeto mutuo. Pero, como es comprensible y natural, no teníamos las mismas concepciones, no siempre coincidíamos en todo. Disentimos, por ejemplo, de su criterio de que nuestra vía revolucionaria conformaría un segundo modelo de realización del socialismo que excluiría o haría innecesaria la dictadura del proletariado en un período de transición determinado. Se lo dijimos. De su lado, él nos expresó sus opiniones discrepantes cada vez que lo consideró necesario. Sin embargo, lo cierto es que, al margen de estas y otras diferencias, hubo una gran coincidencia en la línea gruesa, en cuanto al carácter de la Revolución, a sus etapas, a la política de alianzas, a la combinación de la presión de masas desde abajo con la actividad del Gobierno desde arriba para llevar adelante los cambios revolucionarios, a la aplicación irrestricta del programa.

Fue un revolucionario

La ultraizquierda acusó muchas veces a Allende de reformista. Nosotros dijimos alguna vez, que en el Gobierno había rasgos reformistas. Pero esto no era lo que caracterizaba al Gobierno. Era un Gobierno revolucionario y lo era también gracias a su personal contribución.
Por el conocimiento que de él tuvimos podemos decir que los actos de su vida estaban inspirados por un amor muy grande por su pueblo, nuestro pueblo. Su deseo de que los humildes, los desamparados, los humillados pudieran llevar una vida digna, guió su actividad política. Todo esto y, por qué no decirlo, su sentido de la historia y de su papel en ella, eran sentimientos tan fuertes que le daban capacidad para pasar por encima de cualquiera concepción idealista a la que hubiese adherido, y lo decidían llevar la Revolución hasta el fin.
Salvador Allende no tenía una formación marxista-leninista acabada. Pero era un hombre dispuesto a la lucha sin concesiones para que la clase obrera y el pueblo alcanzaran posiciones de Poder. En él pesaba fuertemente una espina del pueblo de Chile: las traiciones de que había sido objeto aquél por demagogos burgueses, las frustraciones que había experimentado tantas veces. No vacilaba para enfrentar con coraje a los enemigos. Lo que hizo y lo que no hizo estuvo ante todo determinado por el afán de dirigir los acontecimientos con miras al acceso del pueblo al Poder. En las últimas semanas cuando la subversión reaccionaria ponía en jaque al Gobierno y la insolencia de ‘El Mercurio’ llegaba a extremos inauditos, él sentía, por una parte, el deseo de aplastarla y, de otro lado, la impotencia en que ya se encontraba su Gobierno, por el deterioro de la correlación de fuerzas. Pero en esos momentos lo escuchamos exigir consecuencia a aquellos críticos de su Gobierno, a los que lo habían calificado más de una vez de reformista, diciéndoles: ‘Yo no puedo, no estoy en condiciones de hacer nada contra ‘El Mercurio’, pero háganlo ustedes’. Esto demuestra que en él primaban sus propósitos revolucionario, su gran propósito de hacer la Revolución, por encima de las concepciones de tolerancia, a las que nunca se atiene la burguesía, pero que habían formado parte de su ideario.

Luchador por la paz

Salvador Allende fue un consecuente luchador por la paz mundial, amigo del campo socialista, principalmente de la Unión Soviética, de Cuba, de Viet-Nam y de la República Democrática Alemana.
Fue un campeón de la unidad socialista-comunista, de la unidad de la clase obrera y de la unidad del pueblo y fue un gran educador de las masas populares, en las ideas de la transformación social.

Educador de masas

Durante un cuarto de siglo, por lo menos, con lenguaje sencillo, sembró las semillas de los grandes cambios que necesitaba el país, como la nacionalización del cobre y la reforma agraria. No fue el único. Y los partidos, ante todo el nuestro, hicimos en este sentido lo que era de nuestro deber. Pero, considerado como personaje histórico, nadie, después de Recabarren, ha sido un tan grande educador social.

Consecuente hasta la muerte

Su último servicio a Revolución fue su holocausto. Le ofrecieron salvar su vida, pero no aceptó tratos con los fascistas, ni siquiera para eso. Su sangre estigmatizó para siempre a los traidores.
Tenemos en alta estima, sentimos un gran orgullo de haber marchado por largos años en un acuerdo tan estrecho con él, en aras de asegurar el éxito del proceso revolucionario, del esfuerzo por conseguir su culminación victoriosa y lo estimamos como un gran símbolo de la unidad socialista-comunista y de la Unidad Popular. (Luis Corvalán: Informe al Pleno de agosto de 1977. Ediciones Colo-Colo. 1978, páginas 40, 41 y 42. Los subtítulos son nuestros)

¡DIGNO Y JUSTO HOMENAJE AL COMPAÑERO PRESIDENTE AL CUMPLIRSE 47 AÑOS DEL TRIUNFO POPULAR DEL 4 DE SEPTIEMBRE DE 1970!

Parte I de este artículo.

Parte II de este artículo.

A cuarenta años del Pleno de Agosto de 1977 (I)

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Hace cuarenta años, el 30 de agosto de 1977 se distribuyó en Ciudad de México un comunicado de prensa, que se iniciaba diciendo: “El Comité Central del Partido Comunista de Chile, a mediados de agosto, se reunió en sesión plenaria por primera vez después del golpe fascista y formuló un llamado al reencuentro de los chilenos, civiles y militares, aislando exclusivamente a los fascistas”.
Existe un folleto de Ediciones Colo-Colo, publicado en 1978, que contiene el Informe al Pleno y las intervenciones de 33 participantes. Estos materiales, en especial el Informe, son documentos dignos de leerse y estudiarlos.
Naturalmente, no pretendo en este trabajo referirme a todos los múltiples y valiosos aspectos allí tratados.

De los asistentes al Pleno

Luis Corvalán, Secretario General del PC d Chile, dio lectura al Informe al Pleno, que llevaba por título: “La Revolución Chilena, la dictadura fascista y la lucha por derribarla y crear una nueva democracia”.
Se inicia señalando que “este es el primer Pleno que realizamos después del golpe. Lo hacemos fuera de la patria”. Se celebró en Moscú, gracias a la solidaridad del Partido Comunista de la Unión Soviética.
A continuación explica que al Pleno concurren 41 miembros del Comité Central elegidos en el XVIII Congreso, efectuado del 23 al 29 de noviembre de de 1969, que 6 fueron fusilados por los fascistas, que 11 estaban en calidad de detenidos.-desaparecidos y 6 habían fallecidos. Se entrega una larga nómina de militantes y dirigentes del Partido y las Juventudes Comunistas asesinados por la dictadura. Y proclama: “Los que caen en la lucha por la libertad nunca mueren”.
Se informa que concurren al Pleno “como invitados 20 compañeros que han demostrado firmeza comunista, ímpetu revolucionario, capacidad política, actividad creadora”.

De los temas del Informe

“En este Pleno –señala el Informe- abordaremos materias de gran significación. El Informe está dirigido a trazar, mejor dicho a precisar y desarrollar la línea del Partido frente a la situación actual de nuestra patria, a la lucha por echar abajo a la dictadura fascista y a las tareas que vendrán después de lograr este objetivo. Pero el Informe abarca también las luchas, los problemas, las experiencias de todo el período que viene desde el XIV (en realidad XVIII. Nota del autor) Congreso que celebramos en 1969. Una parte substancial de este documento es el análisis de lo que significó la Revolución Chilena y de las causas de su derrota”.
Agrega el Informe: “La crítica y la autocrítica han sido siempre una herramienta indispensable en la construcción del Partido y en la elaboración de su línea. Creemos que el informe –que es naturalmente de elaboración colectiva- se esfuerza por hacer uso de esa herramienta, sin temor al reconocimiento abierto, público, de nuestros propios errores; pero, al mismo tiempo, sin perder de vista los méritos de nuestra Revolución y a lo que a ello aportó nuestro Partido”.

De los capítulos del Informe

-El país bajo el fascismo;
-La Revolución Chilena: sus grandes méritos y las causas de su derrota;
-Unidad y lucha para echar abajo al fascismo y construir una nueva democracia;
-Lo nuevo en el mundo que surgió con el Gran Octubre;
-El Partido Comunista indestructible y decisivo.

Sobre la Revolución Chilena

El Informe sostiene: “La Revolución Chilena fue un acontecimiento de importancia internacional. Fue la primera experiencia prolongada de desarrollo pacífico de la revolución nen la situación actual. En su gestación participaron distintas corrientes democráticas: marxistas, racionalistas y cristianas. Esta particularidad amplió su audiencia en el campo internacional.
En nuestro país, en la práctica, quedó demostrada la posibilidad de que la clase obrera y el pueblo llegaran al Poder –mejor dicho a una parte del Poder- por una vía no armada y de hacer realidad una serie de transformaciones revolucionarias por dicha vía”. (El Pleno de agosto de 1977 del Comité Central del Partido Comunista de Chile. Ediciones Colo-Colo, 1978, página 11)
Se entregan una serie de antecedentes que bien pudieran ser utilizados al conmemorarse los 47 años del triunfo del 4 de septiembre de 1970. Pero, al parecer, muy pocos están preocupados de conmemorar este hito estelar de la historia de Chile.

Defectos y errores del Partido Comunista

En el Informe se pregunta: “¿Qué se puede objetar de nuestro comportamiento del día 11?” Y se responde:
“Se pueden hacer algunas objeciones. Por ejemplo, ese día quedaron en evidencia defectos en nuestro aparato orgánico que produjeron cierto grado de desconexión y esto nos impidió promover siquiera algunas acciones de, resistencia con vista a que el repliegue se hiciera sin una brusca caída de la moral de las masas, en una forma más o menos consciente” (Obra citada, página 34)
Añade más adelanta: “Los errores de ‘izquierda’ derivaron básicamente de no haber abordado de modo correcto una serie de problemas que dicen relación con el papel de la clase obrera como fuerza motriz y dirigente de una alianza muy amplia y con la significación de las capas medias” (Obra citada, página 34)
“Nosotros –afirma el Informe- hicimos una buena elaboración de nuestra línea durante todo el período de lucha que condujo a la conquista del Gobierno y se puede agregar que también en el período inicial del mismo, pero no elaboramos suficientemente nuestra línea en relación a cómo resolver los problemas del tránsito de la conquista del Gobierno a la conquista de la totalidad del Poder, y del tránsito de una etapa a otra de la Revolución para llegar efectivamente al socialismo.
Por lo menos durante el último año de Gobierno trabajábamos alo día, atendiendo los problemas cotidianos, abrumados por tareas prácticas, en tanto la reacción tenía un plan bien proyectado. Tal situación condujo a la pérdida de la iniciativa lo que, unido a todos los errores y complicaciones ya descritas, hizo que la Revolución Chilena pasara a la defensiva y esto, se ha comprobado una vez más, termina inevitablemente en la derrota”. (Obra citada, página 36)

Una conclusión a tomar en cuenta

El Informe afirma: “De esto debemos sacar una conclusión. No fuimos capaces, como Partido Comunista, de llevar la Revolución Chilena junto a nuestros aliados hasta el fin.
Es claro, si nuestro Partido hubiese sido mucho más fuerte, mucho más capaz teórica, ideológica y políticamente hablando, la situación habría sido seguramente diferente, porque en tales condiciones habríamos podido, efectivamente, ser o convertirnos en esos días en la vanguardia reconocida de la clase obrera y del pueblo en general. Dicho sea de paso, ésta es tal vez una de las más grandes lecciones que debemos extraer con vistas a construir un Partido todavía más grande y cualitativamente mejor.” (Obra citada, página 38)

Parte II de este artículo.

Parte III de este artículo.