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Marcelo Urra

Cap. XVI: Lo adecuado sería un congreso nacional extraordinario del Partido Comunista

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Iván Ljubetic Vargas, historiador

CAPÍTULO XVI: LO ADECUADO SERÍA UN CONGRESO NACIONAL EXTRAORDINARIO DEL PARTIDO COMUNISTA

La gravedad de la derrota de diciembre de 2017 es tan severa, el peligro del retroceso del país es tan evidente, la situación de Chile es tan compleja, el poder de la burguesía es tan enorme, la necesidad de dar un vuelco al funcionamiento del Partido es tan urgente, un análisis crítico y autocrítico a fondo del papel jugado por todos los órganos partidarios es tan imprescindible, que lo que se necesita es la realización de un Congreso Nacional Extraordinario de los comunistas chilenos.

Un Congreso en que se adopten las resoluciones que, en base al marxismo y a las normas leninistas de organización y de funcionamiento, el Partido de Recabarren se renueve como partido revolucionario.

UN CONGRESO ESCUELA DE EDUCACIÓN DE MASAS

Un Congreso realizado cara al pueblo, con asambleas celulares abiertas, invitando a todos los que deseen concurrir y entregar su opinión sin restricción. Así haríamos una formidable campaña de educación de masas y libraríamos una significativa lucha ideológica.

A propósito de un Congreso cara al pueblo, recordemos lo escrito por el compañero Luis Corvalán Lépez, en nuestra opinión el más grande dirigente comunista chileno después de Recabarren:

“Los trabajadores y los pueblos conocen y aprecian a los comunistas por lo que hacen, por su lucha abnegada, por su entrega desinteresada a la causa de su emancipación, por su disciplina, por su honestidad. Pero nuestros partidos no son conocidos por dentro. Ello se debe, en gran parte, a nuestra propia manera de ser. No hablamos de nosotros mismos. Esto tiene sus méritos, pero también sus inconvenientes. Nuestro inolvidable Elías Lafertte solía decir en plenos y congresos del Partido: ‘Me gustaría que las murallas de esta sala fueran de vidrio, para que todos pudieran ver cómo discutimos, cómo nos preocupamos de los problemas de la gente y cuán unidos y fraternales somos’. De todo esto y muchas otras cosas vale la pena escribir” (Luis Corvalán: “Santiago-Moscú-Santiago”. Página 9)

Luego en asambleas internas librar la fraternal y certera lucha ideológica, en que se enfrenten las nuevas y viejas concepciones, en que se discuta las formas para ser un partido realmente revolucionario. Esto, teniendo en cuenta que rigen en nuestro Partido y no puede ser de otra manera, las leyes del materialismo dialéctico, entre ellas la Ley de la Unidad y Lucha de contrarios.

LEY DE LA UNIDAD Y LUCHA DE CONTRARIOS

La ley de la unidad y lucha de contrarios es la médula y esencia de la dialéctica materialista. Por oposición a la metafísica, la dialéctica parte del criterio de que las cosas y los fenómenos de la Naturaleza y de la Sociedad humana llevan implícitas contradicciones internas, que son la fuente del proceso de desarrollo.

En la Naturaleza siempre hay algo que nace y se desarrolla, y algo que muere y caduca. La lucha entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que muere y lo que nace, entre lo caduco y lo que se desarrolla, constituye la ley del proceso de evolución. Lenin llamaba a esta ley la médula de la dialéctica, puesto que descubre la fuente del automovimiento y del desarrollo de la materia, y puesto que estudiando los aspectos contradictorios de los objetos, las tendencias de desarrollo de esas contradicciones, conocemos los fenómenos en su nacimiento, evolución y muerte. La unidad de los aspectos contrapuestos no es una unidad inmóvil, sino sujeta a una lucha interna. Lenin señaló, que la unidad de los contrarios es una unidad condicional, temporal, relativa, y la lucha entre ellos, absoluta, como absoluto es el desarrollo, el movimiento. La unidad de los contrarios es al mismo tiempo su conexión interna, su penetración y su exclusión recíprocas, la negación mutua, la lucha. Los contrarios se excluyen y se penetran mutuamente en un solo y mismo tiempo.

Ambos polos de cualquier contraposición –lo positivo y lo negativo– son tan inseparables uno del otro como contrapuestos, y… no obstante todo su carácter contrapuesto, se penetran mutuamente” (Engels).

El proletariado y la burguesía son generados por el modo capitalista de producción, en cuyos marcos están a tal extremo relacionados entre sí que sin alguna de estas clases no es posible el modo capitalista de producción; pero a la vez se excluyen uno al otro, llevan una lucha intransigente.

NO TEMER A HACER PÚBLICOS NUESTROS ERRORES

Algunos compañeros podrán argumentar que no es adecuado hacer públicos nuestros errores y defectos. Lenin en 1904 ya respondió a esas preocupaciones:

“Unas palabras más sobre los adversarios de la socialdemocracia. Se refocilan con malicia de nuestras discusiones, haciendo muecas de alegría; procurarán, claro es, entresacar para sus fines algunos pasajes sueltos de mi folleto, consagrado a los defectos y deficiencias de nuestro Partido. Los socialdemócratas rusos están ya bastante fogueados en la brega para no dejarse cohibir por semejantes afilerazos y para continuar, pese a ellos, su labor de autocrítica, poniendo al descubierto sin piedad sus propias deficiencias, que a la fuerza serán inexorablemente allanadas por el desarrollo del movimiento obrero. ¡Y que prueben lo señores adversarios a describirnos un cuadro de la situación efectiva de sus “partidos” que tenga aunque sólo sea un lejano parecido con el que ofrecen las actas de nuestro II Congreso! MAYO DE 1904”. (Lenin: Prólogo de “Un paso adelante, dos pasos atrás. (Una crisis en nuestro Partido). ”Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, página 275).

Cap. XV: ¿No quieren nombrar la soga en casa del ahorcado?

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Ivan Ljubetic Vargas, historiador

CAPÍTULO XV: ¿NO QUIEREN NOMBRAR LA SOGA EN CASA DEL AHORCADO?

Es curioso que en un Pleno del Comité Central, que tiene por tema analizar y sacar conclusiones de una derrota que tiene tan graves consecuencias para el pueblo, no se mencione el estado orgánico y funcionamiento del Partido. ¿Acaso los participantes de esa reunión que forman la Dirección Nacional no conocen la realidad de ello? ¿Tal vez no consideran que una causa de la derrota fue que el Partido de la clase obrera no estuvo en condiciones de jugar el rol de vanguardia en esa decisiva lucha por ganar el Ejecutivo, que en nuestro país tiene un sobredimensionado poder? ¿No entienden que sólo un Partido con todas sus células vivas, con organismos de dirección activos y capaces, puede jugar un papel decisivo y no ser un elemento secundario?

Lenin explicó que “el partido revolucionario, como destacamento de vanguardia de la clase, debe estar lo más organizado posible y sólo tiene que aceptar en su seno a aquellos elementos que admitan un mínimo de organización”. (Los subrayados son de Lenin). (Lenin: “Un paso adelante, dos pasos atrás”. Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, páginas 316-317)

Sobre el mismo tema agrega Lenin: “Para ser de verdad intérprete consciente, el Partido debe saber establecer unas relaciones de organización que aseguren determinado nivel de conciencia y eleven sistemáticamente este nivel… Ya que nos hemos agrupado en un partido para una trabajo metódico, debemos preocuparnos de asegurar que sea metódico” (Ídem. Tomo I, páginas 342 y 343)

Lenin advierte: “El retraso de la organización del trabajo, en comparación con su contenido, es nuestro punto flaco… El estado rudimentario y efímero de la forma no permite seguir haciendo progresos serios en el desarrollo del contenido, provoca una estancamiento vergonzoso, lleva a malgastar las fuerzas y hace que los actos no correspondan a las palabras”. (Ídem. Tomo I, página 431)

Aquellos que hablan bonito dicen que no se puede tapar el sol con un dedo. También que no podemos ocultar la verdad metiendo la cabeza en la arena. Pero en estos momentos en lo que refiere a nosotros, sobran dedos y tenemos un desierto de Atacama cubriendo con su arena toda la geografía de nuestro Partido.

Correos y conversaciones con compañeros nos dejan el alma dolida. La mayoría se quejan del mal funcionamiento de las células y de los organismos intermedios, también de las comisiones nacionales, incluso del Comité Central. Lo que ocurre en muchos comunales es igual a lo que pasa en el de Ñuñoa, donde milito. Acá, sin ningún sentido autocrítico, le echan la culpa a “los de arriba”.

Razones hay demás para que el tema de la organización y funcionamiento del Partido, de la aplicación consecuente de las normas leninistas, ocupen un lugar importante en la próxima Conferencia Nacional, que sea la culminación de un proceso que se inicie desde las bases partidarias mismas.

De una vez por todas nombremos la soga en casa del ahorcado. Y en base, a una sana crítica y una sincera autocrítica, enmendemos los pasos por la senda de Lenin y Recabarren, de la cual nunca debiéramos apartarnos.

Cap. XIV: Que todos los órganos del Partido participen en el debate

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Iván Ljubetic Vargas, historiador

CAPÍTULO XIV: QUE TODOS LOS ÓRGANOS DEL PARTIDO PARTICIPEN EN EL DEBATE

En el Informe al IX Pleno se señala: “Cada organismo, sector y militante del Partido debe hacer este análisis crítico y autocrítico, que difícilmente se podrá hacer en este Pleno, pero sí debemos dejar establecidas directrices claras para su realización. De lo profundo que sea este análisis surgirán muchas medidas de carácter político, orgánico, de cuadros y de otra índole necesarias de realizar en un corto período, para que den sustento a una Conferencia Nacional, que proponemos realizar en los próximos meses, teniendo también elementos más concretos de como fluctúa el acontecer político en los primeros meses del Gobierno de Piñera”.

También se dice en ese Informe: “Cuando hablamos del papel del Partido, las más de las veces lo hacemos en términos generales. Es el Partido el que hace o no hace bien las cosas. Pasamos muchas veces por alto que el Partido lo constituimos todos nosotros, organizados en una estructura que nos confiere determinada autoridad y derechos, pero por sobre todo deberes con los cuales cumplir”.

UN PROCESO QUE SE INICIE EN LAS CÉLULAS

Estamos absolutamente de acuerdo con estas afirmaciones. Por ello, estimamos que es imprescindible que la anunciada Conferencia Nacional sea precedida por la discusión de toda la militancia comenzando por las células, los órganos más importantes del Partido. Esto, partiendo por lo planteado por Lenin en su obra “La socialdemocracia y las elecciones a la Duma”. Allí escribió: “Todos los asuntos del Partido deben ser manejados –directamente por medio de representantes- por todos los miembros del Partido en un plano de igualdad de derechos, sin excepción”. (Lenin: Obras Completas, tomo 14, p. 253, citado por Otto Kussiner y otros en “Comunismo Científico. Diccionario”, Editorial Progreso. Moscú, 1981, p. 122)

Basado en lo anterior, en los Estatutos del PC de Chile se establece: “La democracia interna se expresa en que todos los militantes comunistas, directamente o a través de sus órganos regulares o en las reuniones políticas y programáticas, participan en la definición de los diversos asuntos del Partido con plena igualdad de derechos”.

RECURRIR A LAS BASES DEL PARTIDO

Incorporar a todos los órganos del Partido en el debate en torno a la derrota de diciembre de 2017, seguiremos el ejemplo de Recabarren, practicaremos la necesaria democracia interna y, al mismo tiempo, tendremos una escuela de educación a nivel nacional.

Hemos citado a Recabarren, evocando lo ocurrido en nuestro Partido en el año 1924. Recordemos:

Los días 18 y 19 de septiembre de 1924 tuvo lugar, en la ciudad de Viña del Mar, el Sexto Congreso Nacional del Partido Comunista de Chile. Tal vez uno de los torneos nacionales más conflictivos.

Un grupo fraccional, que actuaba en el interior del Partido en Santiago, logró una temporal y precaria mayoría en la Sección de la capital eligiendo sus delegados al Sexto Congreso. Ya en el desarrollo del evento nacional, en un golpe de audacia y aprovechándose que los delegados de las otras 17 secciones del país no conocían su proceder, obtuvieron cuatro de los siete miembros del Comité Ejecutivo Nacional. A Luis Emilio Recabarren lo dejaron en la minoría.

El fundador del PC reaccionó rápida, enérgica y audazmente para condenar la maniobra de la fracción. En nota publicada el día 6 de octubre de 1924, en el período “Justicia”, que tituló “No acepto la designación”. Se dirigió a las secciones del país, informó sobre lo ocurrido en el Sexto Congreso y señaló que: “Siendo la mayoría de este Comité (elegido en ese torneo) compuesto por personas que carecen de antecedentes y competencia para afrontar las responsabilidades de este cargo, aviso a las secciones que no acepto el cargo para que me ha designado el Congreso y creo que las secciones deben provocar un voto general para resolver esta situación creada por el Congreso”.

A partir del 12 de octubre se desató una polémica pública entre Recabarren y miembros de la fracción.

La discusión promovida por Recabarren y su justa posición de recurrir a las bases del Partido dieron resultado. El 13 de diciembre de 1924, los militantes de todas las secciones del país votaron eligiendo un nuevo Comité Ejecutivo Nacional. Fueron siete probados revolucionarios, encabezados por Recabarren. Pero éste nunca lo supo. Los resultados de esta votación sólo fueron conocidos después de la muerte de Recabarren, quien se suicidó el viernes 19 de diciembre de 1924.

Debemos seguir el ejemplo de Recabarren. Cuando ocurre un acontecimiento que conmueve al país y al Partido, se debe recurrir a la inteligencia colectiva que constituye la militancia comunista.

CRÍTICA Y AUTOCRÍTICA

Tenemos que educar a militantes y dirigentes para enfrentar los acontecimientos con un adecuado y valiente espíritu crítico. Al respecto, Lenin escribió: “La actitud de un partido político ante sus errores es uno de los criterios más importantes y más seguros para juzgar la seriedad de ese partido y del cumplimiento efectivo de sus deberes para con su clase y para con las masas trabajadoras… Reconocer abiertamente un error, poner al desnudo las causas, analizar la situación que lo ha engendrado y discutir atentamente los medios de corregirlo; eso es lo que caracteriza a un partido serio; en eso consiste el cumplimiento de sus deberes; eso es educar e instruir a la clase y, después, a las masas”. (Lenin: “La enfermedad infantil del ‘izquierdismo’ en el comunismo”. Obras Escogida en tres tomos. T. III, p. 382)

Como se supone que todo dirigente milita en una célula, allí podrá contribuir a la discusión empleando correctamente las formidables armas de la crítica y la autocrítica.

INCLUSO EN LA PRENSA PARTIDARIA

En los Estatutos del Partido Comunista se señala: “La discusión previa a los congresos y conferencias del Partido, debe ser organizada de modo que garantice la más amplia participación democrática y la mayor información. Cuando el debate tenga carácter de discusión general, de trascendencia para todo el Partido, podrá ser llevado a conocimiento público a través de la prensa partidaria, cuidando contribuir al prestigio y unidad de acción del Partido y su capacidad de servir al pueblo”.

No hay dudas de que el debate en torno a la derrota de diciembre de 2017 tiene enorme trascendencia. ¿Dará la prensa partidaria espacio para desarrollar un constructivo y fructífero debate?

Cap. XIII: ¿Lenin o Martov?

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Ljubetic Vargas, historiador

CAPÍTULO XIII: ¿LENIN O MARTOV?

Respondiendo a un artículo sobre Lenin, el compañero Leo Fonseca me envió una de sus acostumbradas y siempre certeras observaciones: Escribió, refiriéndose a Lenin: “Dentro de todo el gigantesco aporte de su labor revolucionaria, destaca hoy en día como tarea comunista la defensa del Artículo 1. Saludos. Leo”. Y tiene toda, absolutamente toda, la razón.

Cuando en el Partido Comunista aparecen intentos directos o disimulados por pasarse a llevar los métodos leninistas, como por ejemplo se plantean en el Informe y Resoluciones del IX Pleno del Comité Central, es bueno volver a estudiar a quien puso las bases para el funcionamiento y organización del partido revolucionario moderno. En el tomo tres de las Obras Escogidas de Lenin, encontramos su obra “Un paso adelante, dos pasos atrás (una crisis en nuestro Partido)”, escrita en febrero-mayo de 1904.

“UN PASO ADELANTE…”

En este libro, uno de los tesoros del marxismo-leninismo, se refiere Lenin a los hechos ocurridos en el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) realizado del 17 (30) de julio al 10 (23) de agosto de 1903 y reunido primero en Bruselas y después en Londres. Este Congreso aprobó un Programa revolucionario y los Estatutos elaborados por Lenin, con la sola excepción del punto o artículo primero, en que los oportunistas en cuestiones de organización lograron que se aprobara el proyecto formulado por Martov.

Yuli Mártov, Julius Mártov o L. Mártov (Ма́ртов, su nombre real era Yuli Ósipovich Zederbaum) había nacido el 24 de noviembre de 1873 en Constantinopla, en el seno de una familia judía de clase media. Fue un revolucionario socialdemócrata ruso, que llegó a ser el líder de la fracción menchevique en el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Falleció el 4 de abril de 1934.

EL ARTÍCULO PRIMERO DE MARTOV

El punto uno de Martov señalaba: “Se considerará perteneciente al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia a todo el que, aceptando su Programa, trabaje activamente para llevar a la práctica sus tareas bajo el control y dirección de los órganos(¡sic!) del partido”. (Lenin: Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, página 306)

Comenta Lenin: “La idea del artículo primero de Martov sólo aparece al plantearse la cuestión de si pueden los órganos del partido llevar a la práctica su dirección respecto a aquellos miembros del mismo que no forman parte de ninguna de las organizaciones del partido”. (Lenin: Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, página 306)

EL ARTÍCULO PRIMERO DE LENIN

La proposición del artículo primero de Lenin (que fue aprobado después en el III Congreso del POSDR realizado en 1905) señala: “Se considerará miembro del Partido todo el que acepte su Programa y apoye al Partido tanto con recursos materiales, como con su participación personal en una de las organizaciones del mismo” (Lenin: Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, página 316.

Refiriéndose siempre al artículo primero de los Estatutos, Lenin escribió en la obra ya citada: “Cuanto más fuertes sean nuestras organizaciones del Partido, integradas por socialdemócratas efectivos, cuanto menos vacilación e inconstancia haya dentro del Partido, tanto más amplia y polifacética, tanto más rica y fructuosa será influencia del Partido en los elementos de las masas obreras que lo rodean y que él dirige. Porque, en verdad, no se puede confundir al Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera con toda la clase” (Lenin: Obras Escogidas en tres tomos. Tomo I, páginas 318- 319. Los subrayados son de Lenin).

UN PLANTEAMIENTO MARTOVIANO

En el Partido Comunista de Chile han habido (y existen) diversos intentos por “flexibilizar” a Lenin y los Estatutos. Por ejemplo, en una entrevista publicada en “El Siglo” en su edición de la semana del 8 al 13 de abril de 1995, Oscar Azócar señaló: “En el Pleno vimos que era fundamental desarrollar métodos de trabajo más flexibles para incorporar a otros compañeros. Lo fundamental para medir al militante, es que trabaje con las orientaciones del Partido, que contribuya en forma concreta para ponerlas en práctica. Lo más importante es la actividad que cada militante desarrolla, y la célula tiene que ser capaz de llegar hasta estos compañeros”. (El subrayado es nuestro)

¿No es verdad, que estos planteamientos están más cerca de Martov que de Lenin?

A DEFENDER EL CONCEPTO LENINISTA DE MILITANTE

Debemos defender el concepto leninista de militante. Sus tres condiciones fundamentales: Estar de acuerdo con el Programa, participar efectivamente en una célula y pagar mensualmente su cotización. Nada de flexibilizarlas. Quien no milita en una célula no es militante y, por tanto, no puede ser dirigente, ministro, parlamentario, alcalde ni concejal comunista. Tampoco tener otro cargo alguno de representación del Partido. Esto también vale para estar de acuerdo con el Programa y cancelar su cotización.

Y aquí corresponde lo que planteaba Lenin sobre el control revolucionario, control desde capitán a paje.

Cap. XII: En la defensa del leninismo

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Ljubetic Vargas, historiador

No hacerse el harakiri,
pero tampoco hacerse el leso

CAPÍTULO XII: EN LA DEFENSA DEL LENINISMO

En una de las primeras informaciones en torno al esperado IX Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Chile, realizado los días viernes 12 y sábado 13 de enero de 2018, el compañero Presidente del Partido, diputado Guillermo Teillier señaló: “realizaremos una conferencia nacional a mediados de año con 300, 400 dirigentes, donde vamos a tomar medidas muy concretas como cuáles serán las propuestas programáticas que vamos a priorizar, cómo vamos a organizar el partido, miraremos las medidas del gobierno de Piñera y cómo avanzamos en la unidad de las fuerzas políticas y sociales”.

En verdad nos llamó la atención y nos preocupó un tanto la frase “cómo vamos a organizar el partido” entre las “medidas muy concretas” que se tomarán en esa Conferencia Nacional, porque nos pareció una medida positiva pero, a la vez, muy ambigua. ¿Qué significa eso de “cómo vamos a organizar el partido”?

Por ello esperábamos con sumo interés el Informe y las Resoluciones del IX Pleno para aclararnos el significado de esa frase.

Con enorme satisfacción leímos tanto el Informe como las Resoluciones del IX Pleno. Son dos serios y valiosos documentos, que deben servir de base para una profunda discusión en todos los órganos del Partido. Pero, al leerlos no encontramos la respuesta a nuestra inquietud sobre la frase del compañero Teillier. Aún más observamos una total ausencia sobre el estado y funcionamiento orgánico del Partido. ¿Es que no preocupa a los miembros del Comité Central la situación orgánica del Partido? ¿Cómo anda su militancia en una célula?

En el Informe sólo encontramos en torno a nuestra preocupación lo siguiente: “El Partido puede y debe jugar un importante papel en el periodo y proceso que se abre, a condición de readecuar sus cuadros y estructuras, en función de los conflictos y contradicciones sociales más relevantes de esta etapa. Ir más allá de esquemas internistas, entender los problemas orgánicos, como esencialmente políticos. Su resolución es la conformación de estructuras acordes con los aspectos centrales de nuestra línea política, estos es, en función de nuestras definiciones del carácter del período y de su más posible superación”.

En las Resoluciones se dice al respecto: “El pleno del Comité Central ha resuelto convocar a una Conferencia Nacional del Partido Comunista de Chile para el primer semestre del 2018, con objeto de reafirmar nuestra oposición activa al gobierno de Sebastián Piñera, de defensa de las reformas hechas, de crear condiciones para la recuperación del gobierno y profundización de la democracia en nuestro país, actualizando nuestro programa y nuestras propuestas al país.

También nos proponemos readecuar el partido como herramienta de las transformaciones sociales, tanto en el funcionamiento de las estructuras de dirección como en la educación y formación de cuadros del partido”.

Nuevas frases que no explican su real significado: “Readecuar sus cuadros y estructuras”, “readecuar el partido como herramienta de las transformaciones sociales”, “Ir más allá de esquemas internistas, entender los problemas orgánicos, como esencialmente políticos”.

En el seno de un partido, como en todo objeto o fenómeno, existe –como lo constata el materialismo dialéctico- la lucha de contrarios, la lucha de tendencias.

Lenin, colocó como epígrafe de su obra “¿Qué hacer?”, la frase de una carta de Lassalle a Carlos Marx, de fecha 24 de junio de 1852, que decía: “…La lucha interna da al partido fuerzas y vitalidad; la prueba más grande de la debilidad de un partido es la amorfía y la ausencia de fronteras bien delimitadas; el partido se fortalece depurándose…” (Lenin: “¿Qué hacer?” en Obras Escogidas en tres tomos Tomo I, página 115).

Como hemos denunciado en varias oportunidades, en los últimos años, han surgido en el seno del Comité Central del Partido Comunista de Chile tendencias socialdemócratas, antileninistas; intentos por “flexibilizar” a Lenin.

Por ejemplo, en una entrevista publicada en “El Siglo” en su edición de la semana del 8 al 13 de abril de 1995, Oscar Azócar, entonces Encargado de Nacional de Organización, señaló: “En el Pleno vimos que era fundamental desarrollar métodos de trabajo más flexibles para incorporar a otros compañeros. Lo fundamental para medir al militante, es que trabaje con las orientaciones del Partido, que contribuya en forma concreta para ponerlas en práctica. Lo más importante es la actividad que cada militante desarrolla, y la célula tiene que ser capaz de llegar hasta estos compañeros”. Y -¡atención!- agregaba más adelante: “Buscar otras formas, además de la célula, para incorporarse a la actividad”.

Era clara en ese momento, a lo menos en la mayoría del Comité Central, una posición idéntica a la de Martov, que tanto combatió Lenin. Es conocida la polémica entre Lenin y Martov en los marcos del II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia de 1903.

La práctica mostró que hubo “flexibilización” de los métodos leninistas de organización y funcionamiento partidario, pero que no ha habido crecimiento de nuestras filas de nuestro Partido. Su estado orgánico es cada vez peor.

Cuando se preparaba el XXV Congreso Nacional del Partido volvieron a campear por su fuero las tendencias antileninistas.

Por ejemplo, en la Hoja Informativa Nº 630, correspondiente a Octubre de 2015, de la Comisión Nacional de Organización, se plantean conceptos sobre la organización del Partido que no son leninistas.

Por ejemplo: al referirse al trabajo orgánico del Partido se dice que “hay que cambiar todo lo que se necesite, para dar paso a formas orgánicas que, efectivamente, den prioridad a estos ámbitos de la lucha política e ideológica”. No indica los límites que tiene “todo lo que se necesite”.

Pero no sólo en la Comisión de Organización se daban intentos por “flexibilizar” a Lenin. Esta tendencia también existía en el Comité Central. Prueba de ello, la tenemos en la Convocatoria al XXV Congreso, convocatoria aprobada, desde luego, por el Comité Central.

En dicho documento de señala textualmente en el apartado “El necesario crecimiento del Partido”:

“Esta tarea, debemos ubicarla en el contexto político y en la perspectiva de los desafíos que nos hemos planteado. Se trata de un crecimiento cuantitativo, ojalá en el menor tiempo posible, en el espesor del seno de las masas, tal como realmente son, reduciendo al máximo las “exigencias” para su adhesión, militancia y compromiso partidario.

“No tenemos otra opción. Las formas orgánicas para incorporar a este contingente deben ser las adecuadas a sus niveles de conciencia. No hay otra “exigencia” ante quienes dan el paso de incorporarse a esta bella tarea, pero que también es compleja y difícil” (Página 15)

“El Partido debe reordenar sus formas de trabajo político para dar prioridad a estos aspectos de la realización de su política.

“Esto necesariamente se debe reflejar en el trabajo orgánico del Partido, en todos sus niveles. Hay que cambiar todo lo que se necesite, para dar paso a nuevas formas orgánicas que, efectivamente, den prioridad a estos ámbitos de la lucha política e ideológica”. (Página 16) Todos los subrayados son nuestros.

Es necesario que de una vez por todas el CC defina con claridad su posición ante la organización y funcionamiento del Partido. ¿Está por aplicar las normas leninistas, o considera que hay que “superarlas” con “nuevas formas orgánicas”? ¿Somos un Partido leninista o nos acercamos a Martov?

Es necesario plantear esto sin eufemismos, para que cada militante en todas las células lo estudie y saque las conclusiones. Por nuestra parte, levantamos en alto las banderas del leninismo.

Lenin en su obra “La socialdemocracia y las elecciones a la Duma”, escribió:

“Todos los asuntos del Partido deben ser manejados –directamente por medio de representantes- por todos los miembros del Partido en un plano de igualdad de derechos, sin excepción”. (Lenin: Obras Completas, tomo 14, p. 253, citado por Otto Kussiner y otros en “Comunismo Científico. Diccionario”, Editorial Progreso. Moscú, 1981, p. 122)

Una vez más, como lo hizo Luis Emilio Recabarren en 1924, se debe recurrir a la militancia comunista.