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Marcelo Urra

Juan Vargas Puebla: En la marcha del hambre

El jueves 23 de julio de 1951, millares de trabajadores de todas las industrias y servicios del Estado, mujeres, pobladores y estudiantes concurrieron a la Marcha del Hambre, considerada la más grande movilización del pueblo en los últimos años. Desde diversos sectores de la capital y comunas suburbanas convergieron largas y combativas columnas de manifestantes hasta la Avenida Bernardo O’ Higgins frente a la Universidad de Chile”. En ese lugar intervinieron varios oradores.

Juan Vargas dice: “Esta gigantesca manifestación no tiene el objetivo de reunir a los trabajadores sólo para escuchar discursos floridos, sino para notificar al Gobierno que él ya no representa los intereses del pueblo chileno, pues ha seguido una política de despiadada persecución y carestía … Reclamamos el cambio del equipo de Gobierno por uno que responda a los intereses del pueblo”.  (“Democracia”, Santiago, viernes 24 de julio de 1951).

Finalizados los discursos en la Alameda, se efectuó un masivo desfile que llena Ahumada y llega hasta la Plaza de Artesanos, junto al río Mapocho. Allí otros dirigentes hicieron uso de la palabra.

Yo había concurrido junto con muchos compañeros del Pedagógico. Al término del acto, una compañera del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile -Gloria Rodríguez – me presentó a Juan Vargas Puebla. Fue así, como en esa tarde del invierno de 1951, conocí al hermano de mi madre, al cual ya hacía algunos años admiraba.

La Marcha del Hambre señaló un momento de ascenso de las luchas populares contra el régimen de González Videla.

Invitación

El CEILER, la Embajada de Nicaragua, la Confederación Nacional de la Construcción y el Sindicato de la Construcción, excavadores-Alcantarilleros, te invitan al acto “Juan Vargas Puebla, el internacionalista, estaría hoy con Nicaragua”.

Jueves 9 de agosto, a las 19,30 horas, en el salón Camilo Guzmán Sandoval del ICHIL (Brasil 153)

Aviso: los asistentes a este acto tendrán la oportunidad de adquirir el libro “Juan Vargas Puebla, hijo de la clase obrera chilena” al precio rebajado de sólo ,$ 3,500 pesos.

¿Guerra “antiterrorista” en la Araucanía?

¿Guerra “antiterrorista” en la Araucanía?

Iván Ljubetic Vargas, Investigación del
Centro de Extensión e
Luis Emilio Recabarren, CEILER

En septiembre de 2008 se supo que Piñera había recibido información oficial de vínculos entre grupos extremistas mapuches y las FARC.

Esta fábula fue presentada ante tribunales por el senador de Renovación Nacional Alberto Espina. Quien habría recibido esta información durante un viaje que realizó a Colombia en julio de ese año, de manos de un “alto funcionario de Gobierno colombiano”. Ella se basaba en correos electrónicos recuperados del computador portátil del líder de las FARC Raúl Reyes, abatido en febrero de 2008. Ésta habría sido desclasificada con la intención de presionar al Gobierno chileno para que tomara medidas en el asunto.
Pero le salió el tiro por la culata al momio senador. El entonces ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, y el director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), Gustavo Villalobos, declararon ante la Cámara de Diputados que Piñera habría sido víctima de una operación de inteligencia del Gobierno colombiano, y que los datos que le entregaron habían sido recibidos por la ANI en mayo de 2008, que no informaron a los tribunales porque “los mails (sic) en sí mismos no valen nada judicialmente”, y porque se estaba realizando una investigación de inteligencia, en las que “se tiene que buscar [la información] con mucha delicadeza”.

En febrero de 2009 Sabas Chahuán, el Fiscal Nacional de Chile, descartó cualquier vinculación de chilenos con las FARC, según la información recibida por el Ministerio Público.

Se recordará el eco que le dieron los medios de comunicación al “apoyo de las FARC a los combatientes mapuches”. Naturalmente metieron en el baile al Partido Comunista. Incluso se dieron nombres de comunistas chilenos involucrados en esos hechos. Muchos se tragaron esas ruedas de carreta. “Objetivos” periodistas y opinólogos dieron por cierto el cuento de Piñera y Espina.
Pasaron diez años. En Colombia los “terribles” guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) ya no combaten con armas. Se transformaron en un partido político que mantiene sus iniciales FARC, pero que ahora significan: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Y su símbolo es una rosa roja (curiosamente el mismo símbolo del Partido Socialista Obrero de España y del Partido Socialista francés), con la diferencia que al centro de la rosa de la FARC hay una estrella roja de cinco puntas (que representan “los cinco puntales de la lucha revolucionaria internacional”).

En Chile, se sufre el segundo gobierno de Sebastián Piñera que, fiel a la política de la derecha, se dedica a perjudicar a todos los sectores populares, entre ellos, al pueblo mapuche. Su plan es derrotarlo militarmente. Para ello, sigue con su discurso del “terrorismo” en La Araucanía. Y por tanto, recurrió a formar el llamado “Comando Jungla”. Se trata de 80 carabineros, integrantes del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE), que fueron a Colombia, a recibir en la selva, instrucciones de las fuerzas armadas que combatieron a las FARC, pero que no lograron derrotarlas.
El presidente Piñera presentó al “Comando Jungla” en Temuco el jueves 28 de junio de 2018. Fue una verdadera provocación: Piñera y sus 80 guardianes de los intereses de la burguesía, armados como para una guerra, con tanquetas y todo tipo de armamento. El “comandante de la jungla” dijo: “Hemos dado el inicio a un grupo especial de Carabineros, que ha sido preparado y formado para combatir con eficacia el terrorismo. Que cuenta con las mejores herramientas tecnológicas, como drones, sistema de comunicación, etc. para cumplir con eficacia su rol”. Ni más ni menos.

Esta noticia es terrible. Nos encontramos a las puertas de una nueva “pacificación de La Araucanía”. Y las reacciones son mínimas. Parece que muchos sectores siguen creyendo las declaraciones de las autoridades. ¿Por qué los medios de comunicación tratan con sordina esta noticia? ¿Jubilaron todos los periodistas, los “opinólogos”, que tanto cacarearon en 2008?
Es necesario salir al paso a las intenciones de la derecha pinochetista. Denunciar sus pretensiones, oponernos a un nuevo genocidio.

El Siglo debe continuar publicándose en papel

ELIMINAR “EL SIGLO” DE PAPEL ES TRAICIONAR EL LEGADO DE  RECABARREN

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Luis Emilio Recabarren, venciendo enormes dificultades -persecución policial, destrucción de imprentas, prisión, un Partido muy débil, falta de recursos- fue capaz de fundar once periódicos. Esa herencia es un tesoro para los comunistas.

Siguiendo la senda recabarrenista, un grupo de revolucionarios, basándose en las fuerzas del Partido Comunista y en el apoyo del pueblo, sacó el 31 de agosto de 1940 el primer número de El Siglo.
Este hecho marcó el inicio de su primera etapa, que finalizó con el cese de su publicación el 14 de julio de 1948 como consecuencia de la Ley Maldita. Para reemplazarlo, sacó el 10 de septiembre de 1949 el periódico Democracia, que circuló sin explicitar que era comunista para evitar ser clausurado. El reconocimiento como órgano del PC se produjo en su última edición, en 1952.

La segunda etapa abarca desde el 25 de octubre de 1952, cuando reapareció ocho días antes de que terminara el gobierno de González Videla hasta el golpe fascista de 1973.
Fue en esa etapa cuando inicié a colaborar con nuestro periódico.

Gracias al diputado obrero Medel…

El de 1957 fue un invierno muy crudo. Las torrenciales lluvias hicieron subir el caudal de los ríos de la provincia, provocando grandes inundaciones. Especialmente desastrosas resultaron las crecidas del Cautín y del Imperial. Este último anegó vastas zonas desde Nueva Imperial hasta la costa, dejando damnificadas a gran cantidad de comunidades mapuches.

De Concepción al sur, no teníamos parlamentario comunista. Debido a ello, el Comité Central designó al diputado por Concepción, camarada Santos Leoncio Medel, para que visitara y atendiera, desde el punto de vista parlamentario, el sur del país.

El compañero Medel era un minero del carbón, que no siendo de edad avanzada tenía el pelo totalmente blanco. Hablaba con voz ronca, en forma pausada; era extraordinariamente amable y cordial; entusiasta y apasionado como un joven, optimista y alegre; sencillo y modesto (Mucho después vine a saber que ya por entonces su organismo estaba gravemente afectado por la silicosis, la terrible enfermedad que ataca mortalmente los pulmones de los mineros).
Viajó a Cautín a recoger antecedentes de las secuelas de las lluvias caídas. Me correspondió acompañarlo en su minuciosa gira desde Temuco hasta Puerto Saavedra. Visitamos comunidades mapuches, el barrio Estación de Carahue, la zona costera del Pacífico. Por todas partes desolación y muestras de la indolencia y despreocupación de las penurias del pueblo de parte de las autoridades. Gobernaba el ex dictador Carlos Ibáñez del Campo.

En nuestra casa, mientras tomábamos una taza de té, el compañero Medel me dijo:

– Camarada Iván, le deseo pedir un favor. Resulta que debo escribir algo para el diario, pero como hemos andado los dos juntos y usted es mejor para la pluma que yo, he pensado que usted podría redactar una informacioncita de lo que vimos y de lo que hicimos. No pude negarme. Escribí de inmediato el artículo, poniendo todo mi empeño. Lo corregí varias veces. Después se lo pasé al diputado. Pensé que iba a proponer correcciones. Lo leyó en voz alta y me dijo:

– Muy bien compañero. Le quedó excelente. Mañana en la mañana, apenas llegue a Santiago, lo llevaré a “El Siglo”. Y si usted no tiene inconveniente para ello, lo publicaremos con su nombre.

Acepté feliz, Se hacía realidad un viejo anhelo de escribir en el diario del Partido.

Fue así como, al diputado obrero Santos Leoncio Medel, apareció mi primer artículo en “El Siglo”.

Colaborando durante 40 años

En abril de 1958 escribí un artículo sobre las Juventudes Comunistas con el nombre de José Soto.

En 1959 en mi viaje como delegado al Festival de la Juventud y de los Estudiantes efectuado en Viena escribí varias crónicas, de las cuales se publicaron dos.

En 1961 aparecieron 10 artículos míos; 32, en 1962; 3, en 1963; 4, en 1964; 3, en 1965; 1, en 1966; 1, en 1967; 6, en 1968; 2, en 1969; 13, en 1970; 40, en 1972.

Durante la UP, El Siglo tenía una tirada de 29.000 ejemplares diarios, ocupando el segundo lugar entre la prensa pro allendista, muy por detrás de El Clarín (220.000) y por delante de Puro Chile (25.000), La Nación (21.000) y última Hora (17.000).

La tercera etapa corresponde a la época de clandestinidad, en la que el órgano del PC circuló esporádicamente y con gran dificultad, debido a la persecución que ejerció la dictadura. En ese tiempo el lema del diario era “el primer activista de la revolución chilena”.
La cuarta etapa se extiende desde septiembre de 1989, cuando se convierte nuevamente en una publicación de circulación legal, hasta enero de 2018, cuando dejó de publicarse como periódico de papel, a raíz del incendio de la imprenta en que se editaba.

En esa etapa volví a colaborar. De vuelta del exilio, apareció un artículo mío en 1990; 26, en 1991; 7, en 1992; 4, en 1993; 3, en 1994; 1, en 1995; 5, en 1997.

Prohíben que aparezcan mis artículos

Después de ese año, fui vetado, como es (era) el órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Chile, el hecho que manifestara mis posiciones contrarias a las de algunos miembros de la Dirección Central en materias tácticas, significó que se cerraran a machote las puertas de El Siglo a un militante que durante 40 años colaboró en él sin remuneración alguna.

El 27 de septiembre de 2002, el compañero Guillermo Teillier a propósito de mi libro “Historia del Partido Comunista de Chile. La Crisis que se comenzó en los años ochenta”, me dedicó un artículo de dos páginas con el título de “La crisis de Iván”, donde me trató muy mal, inventando que yo estaba al frente de una fracción (cosa que nunca se aclaró). Entonces, basándome en mi derecho a réplica, escribí una respuesta y la llevé a “El Siglo”. Allí me dijeron que por orden de la Dirección del Partido no se publicaba nada mío. Pero, a pesar del veto del CC, nada ni nadie me quita el derecho de sentirme muy junto a El Siglo. Cuarenta años son más que algo.

Vitrina en la esquina roja de Ñuñoa

En el año 2008, por iniciativa y gracias al impulso del compañero Moisés González, surgió la idea de las Vitrinas. La central y la que se mantuvo durante años fue la ubicada en Irarrázaval esquina Pedro de Valdivia, que llamamos la esquina roja de Ñuñoa. Fue iniciada con los miembros del secretariado del Comité Comunal y más tarde quedó bajo la responsabilidad de la célula Teresa Flores. Funcionó, salvo excepciones, todos los sábados desde el 8 de marzo de 2008.

En su desarrollo participaron, además de miembros de la Teresa Flores, compañeros de las células Américo Zorrilla, Julieta Campusano, Aurora, Santiago Aguilar, Lelia Garreaud, Mario Zamorano y María Marchant.

En muchas ocasiones vendimos veinte ejemplares de “El Siglo”. Y no en pocas, participé voceando y vendiendo nuestro semanario.

En la Vitrina, en la esquina roja de Ñuñoa, sábado 31 de mayo de 2014

No puede desaparecer “El Siglo” de papel

Los que están por decretar la muerte del periódico de papel, argumentan que basta con el periódico digital. Qué poco conocen al pueblo, a los trabajadores. Una vez más esos dirigentes muestran su ignorancia de la importancia de la lucha ideológica. Si fuera verdad lo que ellos sostienen, ¿por qué se mantienen los periódicos de COPESA y de El Mercurio? ¿Por qué, incluso, regalan periódicos gratis?

Ellos comprenden mejor el legado de Recabarren que algunos debieran ser sus herederos.

Recordemos lo ocurrido en 1957, en la llamada “Batalla de Santiago”. En la madrugada del 3 de abril de 1957, matones de la entonces policía política asaltaron, destruyeron la Imprenta Horizonte, que era del Partido Comunista. Rufianes como eran incluso se robaron máquinas de escribir y otros elementos. Simultáneamente realizaron idéntico operativo en las oficinas de “EL Siglo”. Entonces los dirigentes comunistas no buscaron el camino más cómodo.

Actuaron siguiendo el ejemplo de Recabarren y 28 días después de los asaltos volvió a publicarse “El Siglo”.

Ahora, en enero de 2018 un incendio afectó a la imprenta (que tengo entendido no es el Partido) en que se editaba el semanario. Han pasado mucho más de 28 días y lo único que hemos conocido al respecto de la Dirección del Partido es solicitar ayuda solidaria para el compañero dueño de la imprenta siniestrada (lo que es muy justo hacerlo) y tratar de convencernos que basta con la edición digital a la que no tienen acceso la inmensa mayoría de los trabajadores.

La voz de la militancia es la voz del Partido

Lenin en su obra “La socialdemocracia y las elecciones a la Duma”, escribió:

“Todos los asuntos del Partido deben ser manejados –directamente por medio de representantes- por todos los miembros del Partido en un plano de igualdad de derechos, sin excepción”. (Lenin: Obras Completas, tomo 14, p. 253, citado por Otto Kussiner y otros en “Comunismo Científico. Diccionario”, Editorial Progreso. Moscú, 1981, p. 122).

Si bien es cierto que “El Siglo” es el órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Chile, la militancia –según las normas leninistas- tiene derecho a manejar todos los asuntos el Partido.
He recibido numerosos correos de compañeras y compañeros que están incluso desconsolados por la eliminación de “El Siglo” de papel. Es bueno que esa expresión se haga pública.

Exijamos, por ejemplo, que el objetivo principal de la Campaña de Finanzas 2018, que lleva el nombre de la gran compañera Julieta Campusano, sea dotar al Partido y al pueblo chileno de un periódico que sea ojalá sea diario o, por lo menos aparezca tres veces a la semana.

Así nuestro Partido será digno heredero del creador de la prensa obrera chilena, Luis Emilio Recabarren.

Queremos ver al heroico pionero de “EL Siglo” recorriendo las calles de la ciudad.

El germen genial de la nueva teoría

De la concepción materialista dialéctica de la historia, el marxismo.

David Mc Conell

 

Karl Marx

En 1845 Marx escribe las “Tesis sobre Feuerbach”, once notas resumidas en dos páginas. Engels, 41 años después, las califica de “germen genial de la nueva concepción del mundo”, en la nota preliminar de su libro “Ludwig Feurbach y el fin de la filosofía clásica alemana”. (1) Las notas servirían a Marx de borradores para el libro “La ideología alemana”, escrito con su amigo de toda la vida Federico Engels entre Noviembre de 1845 y Agosto de 1846, en Bruselas, y realizado para liquidar cuentas “con nuestra conciencia filosófica anterior”, según las propias palabras de Marx en el “Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política”.(2) En el libro, exponen Marx y Engels por primera vez la concepción materialista de la historia, base filosófica del comunismo científico.

Poco antes, a los 23 años, en 1841, Marx había escrito su tesis doctoral “Diferencias entre la filosofía de Demócrito y la filosofía natural de Epicuro” conservando todavía el punto de vista de Hegel en el sentido que la fuerza propulsora de la historia de la humanidad es el desarrollo de la autoconciencia del hombre.

A fines de agosto de 1844 se ponen de acuerdo Marx y Engels en Paris para escribir una crítica a las opiniones de Bruno Bauer (B. Bauer Pertenecía a los “hegelianos de izquierda”) y se plasma en el libro “La sagrada familia”, apareciendo en febrero de 1845. La finalidad de la obra fue expuesta por sus autores en el prólogo “-La Literatur Zeitung- nos brinda un material a la luz del cual es posible hacer ver incluso al gran público las ilusiones de la filosofía especulativa”. (3) En ambas obras critican la filosofía de Hegel y a sus seguidores los jóvenes hegelianos y ponen de manifiesto no solo las limitaciones burguesas de Hegel sino también las de Kant al hacer interpretaciones idealistas de la historia. Reconocen en ellos a la vez la gran contribución en la elaboración del método dialéctico. A Feuerbach, quien también había sido hegeliano en sus inicios y luego materialista en el modo de concebir la naturaleza, le critican su idealismo al concebir la sociedad y por considerar al hombre solo como un ser fisiológico, biológico, no como un ser social, activo.

La ideología Alemana y La Sagrada Familia son obras importantísimas en el desarrollo de la nueva concepción del mundo del Materialismo Histórico si bien es cierto con fuerte influencia de Feuerbach al caracterizar las relaciones capitalistas como deformación de la naturaleza humana.

En 1847 se constituye la Liga de los comunistas y Marx y Engels redactan su Programa en enero de 1848, conocido como “Manifiesto del Partido Comunista” y la consigna “Proletarios de todos los países, uníos” se transforma en consigna del proletariado mundial. Gigantesca obra de solo 30 páginas en donde se expone… “con una claridad y brillantes geniales, la nueva concepción del mundo, el materialismo consecuente, aplicado también al campo de la vida social, la dialéctica como la más completa y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases y del papel revolucionario histórico mundial del proletariado como creador de una sociedad nueva, de la sociedad comunista”. (4)
Las obras mencionadas y las Tesis son fundamentales en la nueva concepción de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, concepción que Marx y Engels denominarían “Concepción materialista de la historia”. (5) Importante es recordar que tanto Marx como Engels habían llegado ya en 1844 a conclusiones parecidas con respecto al movimiento político de la clase obrera en el sentido que la situación económica en que se encuentran obliga a los obreros a la lucha por su emancipación definitiva.

Tesis sobre Feuerbach

En la nota preliminar de “Ludwig Feuerbach” escrita en 1888 Engels escribe: “en ciertos aspectos (La filosofía de Feuerbach) representa un eslabón intermedio entre la filosofía hegeliana y nuestra concepción,” y continúa … “antes de mandar estas líneas a la imprenta, he vuelto a buscar y repasar el viejo manuscrito de 1845-46. La parte dedicada a Feuerbach no esta terminada. La parte acabada se reduce a una exposición de la concepción materialista de la historia, que solo demuestra cuan incompletos eran todavía por aquel entonces, nuestros conocimientos de historia económica. En el manuscrito no figura la crítica de la doctrina feuerbachiana; no servía, pues, para el objeto deseado. En cambio, he encontrado en un viejo cuaderno de Marx las once tesis sobre Feuerbach” … “Tratase de notas tomadas para desarrollar más tarde, notas escritas a vuelapluma y no destinadas en modo alguno a la publicación, pero de un valor inapreciable, por ser el primer documento en que se contiene el germen genial de la nueva concepción del mundo”. (6)

¿A que se refiere Engels con el germen genial de esta nueva concepción, expresada en las notas “escritas a vuelapluma”?
En la primera tesis de 15 líneas, la más larga de todas, Marx expone su reclamo en contra de todo el materialismo anterior… “que solo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo” y recuerda que el lado activo lo desarrolla el idealismo, pero de un modo abstracto porque “no conoce la actividad real, sensorial, como tal”. (7) Marx entonces está rechazando un tipo de filosofía contemplativa instalada en las nubes y a un tipo de filósofos que no ven y hasta rechazan la práctica humana como transformadora de la realidad.

En la tesis 1 es donde se percibe claramente el nuevo aporte teórico hecho por Marx, permitiendo superar a todo el materialismo e idealismo anterior, por primera vez se establece la importancia de la actividad sensorial humana, la práctica humana, la subjetividad práctica. Hasta ese momento se había tenido en cuenta la subjetividad teórica, la subjetividad cognoscitiva abstracta, pero no se había tenido en cuenta la subjetividad práctica que es también parte de la realidad objetiva.

En estricto rigor Marx se había referido a la “sensoriedad” en los “Manuscritos Económicos y filosóficos de 1844”, o sea con anterioridad a las tesis sobre Feuerbach, al poner de relieve las limitaciones de la filosofía de Hegel en particular en su “Crítica de la Dialéctica hegeliana y de su filosofía en general”.

La actividad humana es actividad subjetiva, subjetividad práctica del sujeto, es el sujeto (hombre dotado de conciencia y voluntad que obra y conoce activamente) por tanto con su actividad, con su práctica, el que influye sobre la realidad objetiva modificándola y acelerando o retardando el propio desarrollo objetivo. La palabra práctica viene del griego y significa ejecutar, cumplir, obrar.

La actividad que realiza el hombre sobre el objeto (lo dado en el conocimiento o aquello hacia lo que esta orientado la actividad cognoscitiva del sujeto) puede ser captada por los sentidos, pero no son los sentidos los que realizan dicha actividad.
La actividad práctica subjetiva es todo lo que los hombres hacen objetivamente para asegurar la existencia y el desarrollo de la sociedad. El hombre actúa con todos sus medios, con instrumentos naturales y artificiales en los fenómenos, en las cosas y en general en la naturaleza y en la sociedad, y al hacerlo transforma la naturaleza, la sociedad y a él mismo. Marx lo dice de la siguiente manera en sus tesis 3; “La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado” (8).

Los hombres por tanto han sido formados por la práctica y todas sus facultades, incluido el pensamiento, surgen como sujeto de la historia y de la sociedad. Pero, aunque el hombre es una fuerza activa en la relación del sujeto con el objeto, está limitado por el propio objeto, por el conocimiento de dicho objeto. Para superar esos límites se hace necesario conocer las leyes que rigen el objeto y hacer concordar con él la actividad práctica del conocimiento, puesto que los objetivos del sujeto se forman de acuerdo con el desarrollo lógico del mundo exterior, condicionado por las necesidades del propio sujeto en sociedad y de acuerdo al grado desarrollo de esa sociedad.

Los materialistas anteriores a Marx sabían que el pensamiento, la conciencia, surgió como un proceso natural y al final de cuentas estaba explicado su origen por causas biológicas. Marx demostró que sólo se puede comprender la esencia del pensamiento, de la conciencia, si se tiene en cuenta su carácter social. Evidentemente sin la base biológica, el cerebro no funciona, pero solo se origina y se desarrolla en sociedad. Fuera de la sociedad no hay pensamiento humano. En relaciones con otros hombres el hombre adquiere conciencia y en la actividad laboral productiva conoce y refleja la naturaleza. Desde la infancia se forma la conciencia en base a palabras y con ellas se expresan ideas. Sólo revestido de palabras el pensamiento se hace real. El lenguaje es la realidad directa del pensamiento. El pensamiento no existe de otro modo que en la envoltura material de la palabra. No se puede separar el pensamiento del lenguaje. Pensamiento y lenguaje conforman una unidad.

El pensamiento, para que surja y funcione hacen falta no solo la base natural biológica, el cerebro y el sistema nervioso, sino fundamentalmente las condiciones sociales. La conciencia humana tiene carácter social y existirá hasta que existan hombres en sociedad.

La práctica abarca todas las formas materiales de la actividad humana en el proceso de la cual se crea la cultura material y espiritual del hombre. En la práctica ligada a la producción de medios de subsistencia, el trabajo, es la primera condición de vida de los hombres. El trabajo… “Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre”. (9)

“Práctica”, es también la lucha revolucionaria de la clase obrera y de todas las clases oprimidas bajo el capitalismo por mejorar las condiciones de vida y crear las condiciones para la construcción de una sociedad sin explotación del hombre por el hombre.

Marx reconoce en Feuerbach el mérito de haber establecido la primacía de la realidad material por sobre cualquier otra consideración y en la disputa de si está primero la materia o la conciencia, haber establecido la primacía de la materia. Marx hace suya la idea de Feuerbach de concebir la realidad bajo la forma de las relaciones del hombre con la naturaleza y con los otros hombres. Pero para Feuerbach la realidad era objeto de contemplación y no de acción y de esa forma dejaba fuera en sus consideraciones el desarrollo económico y social y por tanto la dialéctica de la propia historia, puesto que es el desarrollo de la producción (Marx utiliza con frecuencia en sus primeros escritos el término industria para referirse a la producción) el que determina en última instancia el desarrollo de la sociedad y a su vez dicho desarrollo el curso de la historia.
Marx le critica a Feuerbach en la tesis 5 que… “no contento con el pensamiento abstracto, apela a la contemplación sensorial; pero no concibe la sensoriedad como una actividad sensorial humana práctica”. (10)

Para Feuerbach el hombre era un ser abstracto, un individuo puramente biológico, el carácter contemplativo de su filosofía se percibe en la tendencia al antropologismo o sea explicar todas las características y peculiaridades del hombre como producto supremo de la naturaleza. No alcanza a comprender que es el mismo hombre el que crea su segunda naturaleza, la social, la cultura, la civilización. Al margen de la sociedad no existe el hombre.

El materialismo premarxista no podía resolver correctamente la correlación entre sujeto y objeto porque el sujeto era concebido como algo pasivo cuyas facultades se transformaban a partir de su propia naturaleza, de su origen natural, mientras que para Marx la esencia del hombre había que buscarla en el “conjunto de las relaciones sociales” … (11) materiales e ideológicas, siendo las relaciones de producción las más importantes.

Observando el mundo en el que estamos inmersos nos damos cuenta de la actividad práctica de quienes nos antecedieron, de lo que nos dejaron en herencia, no partimos de cero. Desde la diferenciación del hombre con el resto de los animales, el hombre debió trabajar para conseguir sus medios de vida, en ese proceso se enfrentó y fue conociendo la naturaleza. Todo ese conocimiento y logros materiales es el que hemos heredado.

“La vida social es, en esencia, práctica” dice Marx en la tesis 8, y agrega “Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esta práctica”. (12)

La actividad cognoscitiva, también subjetiva, es antecedida por la actividad práctica subjetiva, la actividad práctica por tanto tiene primacía. Cuando se dice que la subjetividad práctica es parte de la realidad objetiva y que la modifica, significa también que puede ser captada por los sentidos, pero la modificación realizada en la realidad objetiva como más arriba dijimos no es una actividad de los propios sentidos.
Al insistir Marx en el desarrollo del lado activo que no esta en los sentidos sino en lo que ellos captan, no esta en contra de la actividad teórica en general sino en contra de una forma teórica abstracta desligada de la realidad.

Marx reconoce a la teoría como elemento necesario de la práctica y establece la prioridad de la realidad objetiva, sin ella no hay subjetividad como reflexión de esa realidad.

En la relación objetividad-subjetividad, la subjetividad aparece como actividad creadora del sujeto dirigida siempre al objeto, al conocimiento del mundo real eternamente en movimiento y desarrollo. Puesto que el conocimiento, cuando el conocimiento coincide con el objeto, cuando lo reproduce, aparece como conjunto de formas subjetivas o de imágenes subjetivas del mundo objetivo por parte del sujeto, se hace necesario analizar el vínculo entre lo subjetivo y objetivo o la dialéctica de lo objetivo y subjetivo en el concepto de verdad objetiva.

Las verdades corroboradas por la práctica histórica son verdades objetivas por tanto no dependen del sujeto y no significa que dicha verdad no pueda seguir desarrollándose. En ese sentido conserva el significado determinante, independiente de la diversidad de formas en que se exprese.

El hombre alcanza la verdad cuando en las formas del conocimiento por él creadas refleja el verdadero contenido de los objetos y fenómenos del mundo objetivo. Sólo en este caso las formas subjetivas se convierten en la expresión del contenido objetivo de la realidad objetiva independiente del sujeto en su existencia. Cuando se dice: independiente del sujeto, se refiere a los conocimientos ya logrados con anterioridad, en este sentido no dependen del hombre. Por un lado, los conocimientos son creados
por el hombre y por otro lado existen independientemente del hombre, estos dos rasgos de la verdad objetiva corroborados por la práctica son inseparables.
Al respecto Marx expresa lo siguiente en su tesis 2: “El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico. Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un problema puramente escolástico” (13).

La práctica constituye la base objetiva del conocimiento y es a su vez lo bastante movible, indeterminada y mutable para no permitir que el conocimiento deje de desarrollarse, pero también es lo bastante determinada como para poder separar los conocimientos correctos de los incorrectos. Las acciones de los hombres repetidas varias veces y hasta centenares de veces, conducen a resultados más o menos idénticos y eso lo sabe cualquier persona.

Engels recuerda los argumentos de Hegel al referirse a las extravagancias de algunos filósofos que niegan la posibilidad de conocer el mundo como Hume y Kant y expone… “La refutación más contundente de estas extravagancias, como todas las extravagancias filosóficas, es la práctica, o sea, el experimento y la industria”. (14)
La idea de “práctica” como criterio de la verdad la había tomado Marx de Hegel, lo repite Lenin en “Cuadernos filosóficos” al comentar el libro “Ciencia de la Lógica” de Hegel… “sin duda, en Hegel la práctica sirve como eslabón en el análisis del proceso del conocimiento y por cierto que como transición hacia la verdad objetiva (“absoluta”, según Hegel)” y Lenin recomienda: “véase las Tesis sobre Feuerbach”. (15)

Nada hay de absoluto en todas las afirmaciones anteriores y en “Materialismo y Empirocriticismo” Lenin aporta una explicación aclaratoria contundente, la cita es larga pero bien vale la pena releer una y mil veces: “Naturalmente no hay que olvidar aquí que el criterio de la práctica no puede nunca, en el fondo, confirmar o refutar completamente, una representación humana, cualquiera que sea. Este criterio también es lo bastante “impreciso” para impedir que los conocimientos del hombre se conviertan en algo “absoluto”; al mismo tiempo, es lo bastante preciso para sostener una lucha implacable contra todas las variedades de idealismo y agnosticismo. Si lo que confirma nuestra práctica es la verdad única, última y objetiva, de ello se desprende el reconocimiento de que el único camino conducente a esta verdad es el camino, que se mantiene en el punto de vista materialista”. (16)

La subjetividad de la verdad científica es la expresión de la actividad creadora del hombre, del sujeto, que no se puede desligar de cualquiera proposición verdadera, de cualquier idea, pensamiento, concepto o categoría que refleje la realidad correctamente, científicamente.

La relación objetividad-subjetividad tiene un carácter histórico concreto, o sea depende de circunstancias referidas a un período determinado de la historia.
Marx exige al materialismo y en especial al de Feuerbach, con el que junto a Engels se sintieron interpretados en sus comienzos, tener en cuenta el lado activo, la actividad práctica humana, tener en cuenta al sujeto práctico, la subjetividad práctica que es diferente a la actividad teórica, a la actividad cognoscitiva, pero que se condicionan mutuamente.

Marx no reduce todo a una forma de práctica, solo hace la diferenciación entre la “actividad humana sensible”, práctica transformadora, de la actividad teórica contemplativa. La actividad humana puede ser comprobada empíricamente en la experiencia sensible, práctica. Lo conocido y expresado en pensamientos, ideas, conceptos, categorías (actividad cognoscitiva) son el reflejo del mundo material en imágenes subjetivas. Con ayuda de las imágenes subjetivas (de lo ideal) el hombre en sociedad puede reflejar la esencia de las cosas reales. Las imágenes subjetivas naturalmente no pueden ser separadas de la práctica humana, de la subjetividad práctica que tiene primacía sobre las imágenes subjetivas. Pero son las imágenes subjetivas las que permiten al hombre en sociedad conocer la esencia de las cosas y a través de la práctica confirmar si las imágenes subjetivas corresponden o no a la realidad, a los fenómenos, a las cosas, a los hechos, a la materia.

El conocimiento es un tipo de actividad de los hombres en sociedad y corresponde a su actividad teórica, pero la teoría por sí sola no esta en condiciones de transformar la realidad, cosa que la distingue de la práctica.

La práctica se transforma en objeto del conocimiento y no es solo su base, puesto que el hombre al conocer el mundo en que se desenvuelve conoce de las leyes de su desarrollo y ese conocimiento lo pone a disposición del mejoramiento de su propia práctica. La práctica plantea a su vez problemas a la teoría, al conocimiento y exige su solución.

La práctica subjetiva es más amplia que el trabajo o la producción material y al recordarlo no se pone en segundo lugar el trabajo o la producción material, ni se le subestima pues el trabajo y la producción material son el fundamento, la base de todo desarrollo. De igual manera en la relación teoría-práctica, la práctica tiene primacía por sobre la teoría o sea somos primero sujetos prácticos y después somos sujetos teóricos.

“En un principio era la acción”. (17) y no el verbo, dice Goethe por boca de Fausto.
En la tesis ocho Marx escribe: “La vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esa práctica”. (18)
Un alcance necesario en la relación teoría-práctica es el de no separar mecánicamente la teoría de la práctica, error cometido por muchos teóricos al leer superficialmente la 11 Tesis de Marx: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. (19), pues al confrontar Marx el término “interpretar” con “transformar” está planteando más bien una nueva concepción de la relación entre filosofía y práctica, entre teoría y práctica.
En la tesis 11 Marx tampoco niega los esfuerzos de muchos filósofos en la historia por cambiar la realidad, pero lo nuevo en su filosofía es que encuentra su fundamento en la actividad práctica humana y su capacidad de transformar la realidad. De allí la denominación de filosofía de la práctica o de la praxis (Palabra griega) para denominar la filosofía del marxismo. Marx no desecha las interpretaciones solo confirma que la filosofía es insuficiente como guía de la actividad práctica humana. Tampoco Marx hace apología de la práctica por la práctica de la que se consideraba un crítico, lo que hace es una correcta fusión de teoría y práctica. Se debe distinguir entre teoría y práctica, pero al mismo tiempo, teoría y práctica son inseparables entre sí.

La teoría cuando es científica o sea cuando refleja correctamente el objeto y generaliza la práctica, contribuye a su vez al propio desarrollo de la práctica. Se produce una fusión entre teoría y práctica. “La teoría solo se realiza en un pueblo en la medida en que ella misma es la realización de las necesidades de ese pueblo”, escribe Marx en su “Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel” y a su vez en la misma introducción Marx agrega: “No basta con que el pensamiento impulse (acucie, desee, anhele, vaya, apresure) hacia la realización; la misma realidad debe acercarse al pensamiento”. (20). En ese sentido debe comprenderse la frase de Lenin “sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario” (práctica revolucionaria), (21) en el sentido que el conocimiento, la teoría, puede adelantarse a la práctica de un periodo histórico determinado, pero, y este pero es importantísimo, puede adelantarse solo en el sentido de mostrar las tendencias generales del posible desarrollo que nuevamente irá siendo transformado, cambiado, moldeado, por la propia práctica. O sea, la teoría no se adelanta de manera profética, no profetiza nada.

El término “práctica revolucionaria” lo utiliza Marx en su tercera tesis: “La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana solo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria”. (22)
La teoría puede realizarse en la vida, en la realidad, sólo cuando ella misma sea la realización de la realidad. El marxismo como teoría por tanto no inventa ideales sociales, sino que descubre, investigando en la realidad misma, las tendencias en su propio desarrollo.

Con otras palabras, sin teoría revolucionaria puede haber cualquier tipo de práctica menos una práctica que favorezca el desarrollo social, y genere las condiciones para la liberación definitiva de la clase obrera y todas las clases explotadas por la oligarquía financiera, en las condiciones del capitalismo.

La teoría sin práctica no tiene objeto y la práctica sin teoría es ciega.
“La teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas”. (23)

La concepción marxista de los procesos sociales, del movimiento y desarrollo de la sociedad, se expresa en la idea de que es el propio hombre quien hace su historia y que las leyes que rigen la sociedad, las fuerzas motrices que la determinan, se deben buscar en la práctica social, en el trabajo creador de millones de seres humanos, en la actividad creadora de las masas populares.

En 1844 Marx y Engels estudian la historia y las condiciones sociales de Inglaterra y Francia y llegan a la conclusión que es el proletariado la única clase que puede y debe asumir el rol dirigente en la transformación de la sociedad, solo le falta la conciencia de su misión, la ciencia y la filosofía. Esta idea expuesta en varios artículos la desarrollan Marx y Engels ya en 1844 en el libro “La Sagrada Familia” (Apareció en febrero de 1845) escrito conjuntamente. Al referirse a la necesidad de que el proletariado se libere porque se condensan en él todas las condiciones de la sociedad actual agudizadas del modo más inhumano, concluyen que no podrá liberarse a si mismo sin abolir sus propias condiciones de vida… “Su meta y su acción histórica se hallan clara e irrevocablemente predeterminadas por su propia situación de vida y por toda la organización de la sociedad burguesa actual”. (24)

En el libro de Engels “Ludwig Feuerbach” citado al inicio de este artículo y a propósito de lo que Marx y Engels entienden por sistema filosófico escribe: “El sistema es, cabalmente, lo efímero en todos los filósofos, y lo es precisamente porque brota de una necesidad imperecedera del espíritu humano: de superar todas las contradicciones. Pero superadas todas las contradicciones de una vez y para siempre, hemos llegado a la llamada verdad absoluta, la historia del mundo se ha terminado, y sin embargo, tiene que seguir existiendo, aunque ya no tenga nada que hacer, lo que representa, como se ve, una nueva e insoluble contradicción”. (25)

Había necesidad por tanto de oponer a la vieja filosofía, a todos los “sistemas filosóficos”, la filosofía dialéctica que no impone a la naturaleza y a la historia ideas inventadas o artificiosas y subjetivas, si no que descubre en las concatenaciones reales, materiales, entre las cosas, las leyes que rigen el movimiento de los fenómenos mismos, leyes que son tendenciales. La filosofía materialista-dialéctica ya no necesita de una filosofía superior a las demás ciencias y Engels lo explica en su libro Anti Dhüring: “Desde el momento en que cada ciencia tiene que poner en claro la posición que ocupa en la concatenación universal de las cosas y en el conocimiento de éstas, no hay ya margen para una ciencia especialmente consagrada a estudiar las concatenaciones universales. Todo lo que queda en pie de la anterior filosofía, con existencia propia es la teoría del pensar y de sus leyes: la lógica formal y la dialéctica. Lo demás se disuelve en la ciencia positiva de la naturaleza y de la historia” (26) de esta manera la filosofía tendrá por objeto ahora como ciencia, el pensamiento humano y el método de pensar; y en un sentido más amplio, la dialéctica como método universal de investigación.

La filosofía que criticaban Marx y Engels era la filosofía que se oponía a las ciencias positivas, a las ciencias particulares de la naturaleza y de la sociedad y que extraía sus conclusiones de la “razón” y no de los datos de las investigaciones científicas de las ciencias particulares. Ahora aparecía una filosofía que no se consideraba ella como una ciencia “absoluta” que pretende resolver todos los enigmas, sino que, como cualquier otro conocimiento de la realidad, se desarrolla y nunca llega a un punto o verdad definitiva. La nueva concepción no es una “ciencia de las ciencias” que se contrapone a las ciencias concretas que estudian formas determinadas del movimiento de la materia. La nueva concepción filosófica, se propone estudiar las leyes comunes a todas las formas del movimiento de la materia. La nueva filosofía no puede estar apartada de la vida, de la vida social y de los oprimidos, de los trabajadores y Marx lo expone de la siguiente forma: “Así como la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales, el proletariado encuentra en la filosofía sus armas espirituales” (27)
Lo más importante de la filosofía creada y elaborada por Marx y Engels se refiere al valor metodológico de la nueva concepción materialista de la historia. El método deberá ser medio de cognición y de reproducción en la mente del objeto estudiado.
La nueva filosofía dará importancia a la forma de abordar los problemas, dará importancia a los procedimientos para el descubrimiento de los fenómenos.
En una carta a Werner Sombart, Engels le escribe: “Pero toda la concepción de Marx no es una doctrina, sino un método. No ofrece dogmas hechos, sino puntos de partida para la ulterior investigación y el método para dicha investigación” (28)

Al definir la dialéctica como método universal de conocimiento de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento se debe recordar que los procesos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento discurren dialécticamente o sea se rigen por las leyes de la dialéctica, podemos concluir por tanto que la dialéctica subjetiva (pensamiento dialéctico) es posible por la dialéctica objetiva de la propia naturaleza. Debemos recordar que sería incorrecto considerar la dialéctica sólo como método y el materialismo sólo como teoría, pues el método no sólo es dialéctico sino también materialista y la teoría es no sólo materialista sino también dialéctica.

Desde los inicios del marxismo como teoría se han dicho y escrito muchas tonterías en su nombre y en la actualidad no dejan de escribirse. Al respecto Yuri Plejanov lo recuerda en su libro “Las cuestiones fundamentales del marxismo” citando a Miguel Ángel quien decía de si mismo: “mis conocimientos engendrarán gran número de ignorantes”. Esta predicción se ha cumplido, desgraciadamente, en cuanto se refiere al marxismo. Son las concepciones de Marx las que en la actualidad engendran tantos ignorantes. La culpa no es evidentemente de Marx sino de aquellos mismos que dicen tantas tonterías en su nombre. Para evitarlo es necesario comprender el valor metodológico del materialismo histórico”. (29)

El desprecio por la filosofía marxista es capitulación ideológica y la capitulación ideológica es el comienzo de la capitulación política.

Los aciertos en política dependen en un importantísimo porcentaje de la visión teórica, esto significa un correcto análisis de las necesidades objetivas de las condiciones sociales y de las experiencias de lucha de los trabajadores.

Al escribir acerca del “germen genial de la nueva teoría” nos hemos propuesto un solo objetivo: incentivar la lectura de los clásicos del marxismo. No pretendemos más. Si alguien solo memorizase las frases seleccionadas y las usare sin tener en cuenta las condiciones concretas de una investigación o discusión, significa que no ha comprendido nada del objetivo, menos del método de Marx.

Lenin quien fue implacable en contra del relativismo y el dogmatismo escribió: “El dogmatismo se aferra a las citas de los libros como eruditos que parecen tener un fichero de citas en la cabeza y las sacan a relucir cuando las necesitan; pero si se da una nueva situación, no descrita en los libros se desconciertan y sacan del fichero justamente la cita que no viene al caso” (30)

Lo expuesto ha sido posible por el “contacto amistoso y choque hostil” (31) de ideas con mis camaradas y amigos David Canales U. y Juan Cuenca B.

Bibliografía

1) F. Engels. “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana”. Editorial Progreso. 1974. Pág. 6
2) C. Marx, F. Engels. Editorial Progreso. OE en 3 t. t 1, Pág. 519.
3) F.E, C.M. Prólogo a “La Sagrada familia”. Editorial Grijalva 1958, Pág. 73.
4) V. I. Lenin. OC, t 26. Editorial Progreso 1984. Pág. 48.
5) C. Marx, F. Engels. Editorial Progreso. OE en 3 t. t 1, Pág. 523.
6) F. Engels. “Ludwig Feuerbach… Pág. 6.
7) Obra citada. Pág. 54.
8) Obra citada. Pág. 55.
9) C. Marx, F. Engels. Editorial Progreso. OE en 3 t. t 3, Pág. 66
10) Obra citada. Pág. 55.
11) Obra citada. Pág. 56.
12) Obra citada. Pág. 56.
13) Obra citada. Pág. 54-55
14) F. Engels. “Ludwig Feuerbach… Pág. 19.
15) V. I. Lenin. “Cuadernos filosóficos”. Editorial Ayuso. 1974. Pág. 198.
16) V. I. “Lenin. Materialismo y Empiriocriticismo” Editorial Progreso. 1974. Pág. 144.
1974. Pág. 19.
17) W. Goethe. “Fausto”. Editorial Sopena. 1976. Pág.33.
18) F. Engels. “Ludwig Feuerbach… Pág.56.
19) obra citada, Pág. 57.
20) C. Marx. “En torno a la critica de la filosofía del derecho, de Hegel, y otros ensayos”. Editorial Grijalbo. 1958. Pág. 11.
21) V. I. Lenin. Editorial Progreso. OE en 3 t. t 1, Pág. 137.
22) F. Engels. “Ludwig Feuerbach…Pág. 55.
23) C. Marx, F. Engels. “La Sagrada Familia”. Editorial Grijalbo 1958. Pág. 10.
24) Obra citada. Pág. 102.
25) F. Engels. “Ludwig Feuerbach… Pág.12.
26) F. Engels “El Anti-Dühring. Editorial claridad 1939. Pág. 33.
27) C. Marx. “En torno a la critica de la filosofía del derecho, de Hegel, y otros ensayos”. Editorial Grijalbo. 1958. Pág. 15.
28) C. Marx, F. Engels. Editorial Progreso. OE en 3 t. t 1, Pág. 534.
29) Yuri Plejánov. Editorial Fontanera. Barcelona. Pág. 53.
30) V. I. Lenin OC, tomo IX. Pág. 441. Editorial Progreso 1984.
31) F. Engels. “Ludwig Feuerbach…Pág. 24

David Mc Conell.

Emotivo homenaje a Karl Marx y Max Berrú

Sencillo, emotivo y combativo fue el homenaje a Karl Marx, con motivo del bicentenario de su nacimiento, y a Max Berrú, por su sentida partida, organizado por el Centro de Extensión e Investigación  Luis Emilio Recabarren, CEILER, el martes 8 de mayo de 2018 en el salón Camilo Guzmán Sandoval del ICHIL.
Bajo la dirección de la directora Irene Bravo, el Panel constó de dos partes. En la primera, luego de darse lectura a un saludo enviado desde Alemania por los comunistas chilenos que residen en ese país, Carlota Espina e Iván Ljubetic leyeron un trabajo sobre la vida y obras de Karl Marx y su esposa Jenny von Westphalen (que adjuntamos).

En la segunda parte el artista Víctor Seves hizo un hermoso recuerdo de lo vivido junto al que llamó su hermano, el querido compañero Max Berrú. Relato que conmovió, incluso vimos lágrimas en muchos rostros.

Luego, acompañado por otros dos artistas, interpretó canciones que Max siempre cantaba trayendo emocionantes recuerdos del que fuera el Presidente del CEILER.