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A 99 años de la fundación de la Internacional Comunista

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

ANTECEDENTES

En 1864 nació en Londres, fundada entre otros por Karl Marx y Friedrich Engels, la Asociación Internacional de los Trabajadores o Primera Internacional, que por primera vez en la historia agrupaba a los trabajadores de distintos países. Esta se disolvió en 1876.
En 1889, Friedrich Engels promovió la creación de la Segunda Internacional, creada en París. Agrupó a los partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas, formando un amplio bloque internacional de partidos de izquierda, adheridos todos en mayor o menor grado a las doctrinas del socialismo.

LA TRAICIÓN DE LOS REFORMISTAS

Al comenzar la Primera Guerra Mundial en 1914, los dirigentes de la Segunda Internacional –traicionando los principios del internacionalismo proletario- llamaron a los trabajadores a defender su patria, es decir a matarse entre ellos en aras de los intereses de los capitalistas de sus respectivos países.

Los sectores revolucionarios celebraron la Conferencia de Zimmerwald en septiembre de 1915 y la Conferencia de Kienthal en abril de 1916. Ambas en Suiza. En estas conferencias las organizaciones revolucionarias manifestaron su ruptura con la Internacional Socialista y se convirtieron en la base de la III Internacional, construida por los partidos socialistas que se habían opuesto a la guerra.

SE CREAN CONDICIONES PARA UNA NUEVA INTERNACIONAL

La Revolución Rusa abrió una nueva época de la humanidad. Tras el triunfo de los bolcheviques, se inició una guerra civil, en la cual el poder soviético se defendió de los ejércitos de 14 países que invadieron el país de los soviets para intentar frenar la revolución.
Los capitalistas del mundo entero estaban alarmados por el hecho que la clase obrera y los campesinos se hubieran tomado el poder político por vía violenta y estuvieran construyendo una nueva sociedad. En todo el mundo el proletariado celebró este hecho.
En muchos lugares se desarrollaba el movimiento obrero: La revolución comenzó a avanzar en Europa. En Austria, venía desarrollándose el movimiento revolucionario. En Hungría, fue proclamada la República de los Soviets. La oleada revolucionaria hizo aparecer a los Partidos Comunistas en Europa. Esto creó una base real para la unificación de los Partidos Comunistas en la Tercera Internacional, en la Internacional Comunista.

SURGE LA INTERNACIONAL COMUNISTA

Convocado por Lenin, tuvo lugar en Moscú, entre el 2 y el 6 de marzo de 1919 el Primer Congreso de los Partidos Comunistas de varios países. Durante su desarrollo, el 4 de marzo de 1919, a iniciativa de Lenin y de los bolcheviques, fue fundada la Internacional Comunista o Tercera Internacional, también llamada Comintern. Aunque el bloqueo y las persecuciones de los imperialistas impidieron a muchos delegados llegar a Moscú, tomaron parte en este primer Congreso representantes de los más importantes países de Europa y América. El Congreso fue dirigido por Lenin.

LOS CONGRESOS DE LA INTERNACIONAL

La Internacional Comunista celebró siete congresos mundiales. En el ya mencionado Primer Congreso Mundial de la Internacional Comunista, se abordó el tema la “democracia burguesa y la dictadura del proletariado” y la necesidad de difundir el sistema de soviets. Se nombró al dirigente bolchevique ruso Grigori Zinoviev presidente del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC), que era la máxima autoridad de la III Internacional durante el periodo entre los congresos. En este primer Congreso se determinó la tajante separación entre comunistas y socialistas, y se definió el programa de “expansión revolucionaria” por el cual los delegados comunistas trabajarían para obtener el poder en sus respectivos países siguiendo el modelo de la Revolución Rusa.

El Segundo Congreso Mundial de la Internacional Comunista se reunió en Moscú, entre el 19 de julio y el 7 de agosto de 1920. En este congreso se insistió en la necesidad de propagar el sistema de soviets entre el proletariado y así formar grupos de militantes aptos para tomar el poder y ejercer funciones administrativas, dejando de lado la sola política partidaria. Debido a las numerosas organizaciones socialdemócratas que solicitaban el ingreso a la Internacional, se acordaron las 21 condiciones previas que debía cumplir todo partido político para la adhesión a la Internacional, y se aprobaron los primeros estatutos.

El Tercer Congreso Mundial de la Internacional Comunista se celebró entre el 22 de junio y el 12 de julio de 1921 en Moscú. En él, se combatieron las posturas ultraizquierdistas de algunos partidos comunistas. También se trató acerca de la importancia de incorporar a las mujeres trabajadoras al movimiento comunista.

El Cuarto Congreso Mundial de la Internacional Comunista tuvo lugar en Moscú, entre el 30 de noviembre y el 5 de diciembre de 1922. En él, se profundizó en las tácticas del llamado “frente único”.

El Quinto Congreso Mundial de la Internacional Comunista se celebró en Moscú, entre junio y julio de 1924, después de la muerte de Lenin.

El Sexto Congreso Mundial de la Internacional Comunista tuvo lugar entre julio y septiembre de 1928 en Moscú. Se aprobó la consigna de “clase contra clase”, que marcó el comienzo del llamado “Tercer Periodo”.

En 1934 el comunista búlgaro Georgi Dimitrov, residente en la URSS, fue elegido para dirigir la Internacional Comunista hasta su disolución.

EL SÉPTIMO CONGRESO DE LA INTERNACIONAL

Del 25 de julio al 20 de agosto de 1935 se realizó en Moscú el VII Congreso de la Internacional Comunista. Concurrieron 513 delegados de 65 partidos comunistas y organizaciones afines. Estuvieron presentes personalidades como Dolores Ibarruri, Ho Chi Ming, Palmiro Togliatti, Jorge Dimitrov. También Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile.
Ese importante evento mundial llamó a constituir amplios frentes antifascistas en todos los países, los frentes populares, y crear gobiernos de frente único antifascista.

ASÍ LO RECORDABA CARLOS CONTRERAS LABARCA

“Yo era entonces el Secretario General del Partido Comunista de Chile y en tal carácter participé oficialmente en las sesiones del VII Congreso de la Internacional. Fue una distinción muy grande para nuestro Partido, que venía saliendo del período de la dictadura de Ibáñez, que nos había causado mucho daño. Éramos un partido pequeño, pero muy activo, muy combativo, y fue seguramente a la luz de esos antecedentes que la Internacional Comunista consideró conveniente dar a los comunistas chilenos la oportunidad de presenciar y participar en un torneo de tan extraordinaria importancia, en el que se trataba de diseñar la estrategia y la táctica a seguir en la lucha contra el fascismo y el peligro de la guerra. Fue debido a eso, seguramente, que se me hizo el honor, con gran sorpresa de mi parte, de participar en la Comisión de Mandatos, comisión que, como se sabe, es la llave de un congreso, y se me ofreció luego, en sesión de asamblea, la posibilidad de hablar cerca de una hora, lo que es realmente excepcional en eventos como ése.
En el VII Congreso participaron 76 partidos y organizaciones, de los cuales sólo 22 eran de carácter legal. Los delegados eran en total 513. La Presidencia honoraria le fue conferida al héroe del pueblo alemán, dirigente de su Partido Comunista, Ernesto Thaelmann, y otro alemán, Wilheim Pieck, miembro del Comité Ejecutivo, tuvo a su cargo el informe general del trabajo de la Internacional Comunista. Después apareció en la tribuna el compañero Dimitrov”.

AUTODISOLUCIÓN DE LA INTERNACIONAL

La autodisolución fue acordada el 15 de mayo de 1943 por el Presidium de la Internacional Comunista. En resolución de esa fecha se señaló: “Disolver la Internacional Comunista como centro dirigente del movimiento obrero internacional, liberar a las Secciones de la Internacional Comunista de las obligaciones derivadas de los Estatutos y resoluciones de los Congresos de la Internacional Comunista” (Citado en “Principios” Nº 24, junio de 1943, página 4).

Gladys Marín Millie (1942-2005)

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

El domingo 6 de marzo de 2005, dejó de latir el corazón de la única mujer que ha ocupado la máxima responsabilidad en el Partido Comunista de Chile, la compañera Gladys del Carmen Marín Millie.
Había nacido en Curepto, el 16 de julio de 1941. Su madre, Adriana Millie, era maestra primaria. Su padre, Heraclio Marín, campesino.
Pronto el padre abandonó la familia y doña Adriana debió hacerse cargo de sus cuatro hijas.

PRESIDENTA DE LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES NORMALISTAS

En 1945 la familia se trasladó a la localidad de Sarmiento; después a Talagante. En esa ciudad, Gladys asistió a la escuela primaria y participó en organizaciones cristianas, llegando a ser Presidenta de la Acción Católica. La enseñanza media la recibió en el Liceo Nº 5 de Santiago. Ingresó a la Escuela Normal Nº 2 de Santiago. Se distinguió entre el alumnado por sus cualidades de líder, siendo elegida Presidenta de la Federación de Estudiantes Normalistas.

SE INCORPORA A LAS JUVENTUDES COMUNISTAS

En 1957 se tituló como profesora. Ejerció como maestra en la Escuela Nº 130 para niños con deficiencias mentales, que funcionaba al interior del Hospital Psiquiátrico, en la avenida Santos Dumont.

En 1958 ingresó a las Juventudes Comunistas.

CUANDO LA CONOCÍ

Fue en el IV Congreso Nacional de las Juventudes Comunistas de Chile, realizado en Santiago entre el 20 y el 23 de febrero de febrero. El sábado 20 se inauguró con un gran acto en el Parque Bustamante, junto al monumento de Manuel Rodríguez. Este comenzó con un hermoso festival folklórico, cuya figura central fue Violeta Parra.

En la mañana del domingo 21, con gran despliegue y combatividad, cientos de jóvenes venidos de todas las provincias y muchos de la capital, nos congregamos en el Teatro Balmaceda para escuchar el Informe Central, rendido por el compañero Manuel Cantero.
Finalizado éste, se anunció que, en nombre del Partido, hablaría el miembro de su CC, Juan Vargas Puebla. Entonces, nos pusimos de pie y cantamos La Internacional.

El Congreso continuó por la tarde con una asamblea plenaria en la sede del CC del Partido, en Teatinos 416. Después los 134 delegados nos dividimos en cinco comisiones y nos fuimos a sesionar en el local de la FECH. Proseguimos el lunes 22 con el trabajo de comisiones.
En el último día, martes 23 de febrero, hubo votaciones para designar el Comité Central. Resulté reelegido. Éramos 25 miembros, entre ellos cuatro compañeras. Una de ellas era Gladys Marín, a quien conocí en ese, para mí, inolvidable evento juvenil. Al constituirse el nuevo CC, elegimos a Mario Zamorano como secretario general.

Finalizó el evento con la intervención de Juan Vargas Puebla en nombre del Comité Central del Partido Comunista de Chile.

SECRETARIA GENERAL DE LAS JJ CC

En 1963, se casó con Jorge Muñoz Poutays, entonces estudiante de Ingeniería, a quien había conocido en 1959 Tuvieron dos hijos: Rodrigo y Álvaro.

En 1965, tuvo lugar la VI Conferencia Nacional de las Juventudes Comunistas. El Secretario General Mario Zamorano fue promovido al Partido. Gladys Marín pasó a ser la máxima autoridad de las JJ CC.
En ese mismo año fue elegida diputada comunista por el Segundo Distrito de Santiago, que estaba formado por entonces por las comunas de Renca, Conchalí, Recoleta, Independencia, Colina. Tiltil, Talagante, Curacaví, Quinta Normal y Barrancas (actual Pudahuel). Gladys tenía por entonces 23 años de edad.

En 1966 se desarrolló el V Congreso Nacional de las JJ CC, y en 1969 el VI Congreso. En ambos, Gladys Marín fue reelegida Secretaria General.

REELEGIDA DIPUTADA COMUNISTA POR TERCERA VEZ

En las elecciones parlamentarias 1969 volvió a ser electa diputada por el Segundo Distrito.

En 1972 en el VII Congreso de las Juventudes Comunistas de Chile, nuevamente Gladys Marín resultó reelegida Secretaria General.

En marzo de 1973 se efectuaron importantes elecciones parlamentarias en las que la posición pretendía obtener una contundente victoria y poder derrocar constitucionalmente al Presidente Allende.

No lo lograron. Gladys Marín, por tercera vez postuló en el Segundo Distrito y salió elegida con una alta votación, ejerciendo ese cargo hasta el golpe fascista.

EXILIO Y RETORNO CLANDESTINO

Luego del golpe fascista del 11 de septiembre de 1973, contra su voluntad y acatando instrucciones de su Partido, se asiló en la Embajada de Holanda, donde permaneció ocho meses y luego salió al exilio. Jorge Muñoz, su compañero, quedó en Chile. En diciembre de 1976 fue detenido por agentes de Pinochet y hasta hoy forma parte de la lista de patriotas detenidos-desaparecidos.

En enero de 1978 tuvo lugar en Budapest (Hungría) un Pleno del Comité Central de las Juventudes Comunistas de Chile. Informó Gladys Marín, que ese mismo año retornó clandestinamente a la patria. Con audacia y valor luchó contra la dictadura. Encabezó la dirección interna del Partido hasta el XIX Congreso clandestino, realizado en San Sebastián en mayo de 1989. Fue uno de los combatientes que, de verdad, contribuyeron a que terminara la noche del terrorismo de Estado.

En marzo de 1990 finalizó la dictadura.

EN EL XVI CONGRESO METROPOLITANO

En Julio de 1994 se desarrolló el Congreso Regional Metropolitano. Tanto en la Comisión en que participé, como en la plenaria final, enfaticé en la necesidad de llevar la proposición de cambiar la enumeración de los Congresos Nacionales del Partido y que el XVI se convirtiera en el XX.

Ocurrió que, terminada la sesión plenaria, me encontré con los miembros de la Comisión redactora de las conclusiones del Congreso Regional, que me dijeron que no iba mi proposición, porque ello no había quedado claro como una resolución. Estábamos en esa discusión cuando pasó la compañera Gladys. Le expliqué de lo que se trataba y ella dijo: “Iván tiene razón, la proposición que él hizo fue aprobada. Debe ir en las resoluciones del Congreso Regional”.

EL CONGRESO QUE SE INICIÓ COMO EL XVI

Mi propuesta, apoyada por la compañera Gladys Marín, se incorporó al Informe entregado el 11 de agosto de 1994 por el compañero Volodia Teitelboim, secretario general del Partido, ante el XVI Congreso Nacional del Partido Comunista. En él planteó:
“Después del XV Congreso, tras el análisis de su historia, se resolvió establecer como fecha de fundación de nuestro Partido el 4 de junio de 1912. Tomando en cuenta los Congresos nacionales realizados por el Partido Obrero Socialista, queremos proponer a esta magna reunión que este XVI Congreso pase a llamarse el XX Congreso del Partido fundado por Recabarren, del Partido Comunista. Corresponde pronunciarse democráticamente sobre esta proposición”.

Fue aprobada por unanimidad. Así, este evento partidario, iniciado con el número XVI, finalizó como el XX Congreso del Partido Comunista de Chile.

SECRETARIA GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA

En ese Congreso, se eligió un nuevo Comité Central, que designó a Gladys Marín Secretaria General del Partido.

En las elecciones parlamentarias de 1997 fue presentada como candidata al Senado por la VII Circunscripción Santiago Oriente. Obtuvo 174.780 votos, el 15,69%, que correspondió a la cuarta mayoría nacional. Pero no fue elegida. Lo impidió la nueva ley maldita, el sistema binominal, impuesto por la dictadura.
En octubre de 1998 tuvo lugar el XXI Congreso del PC. Fue reelegida Secretaria General.

LA PRIMERA QUERELLA CONTRA PINOCHET

Gladys Marín fue una incansable luchadora por los derechos humanos. El 12 de enero de 1998 interpuso la primera querella contra el ex dictador Augusto Pinochet.

CANDIDATURA PRESIDENCIAL

En las elecciones presidenciales del domingo 12 de diciembre de 1999 el Partido Comunista llevó como candidata a Gladys Marín. Gladys obtuvo el 3.19% de los votos válidamente emitidos.

PRESIDENTA DEL PARTIDO COMUNISTA

En el XXII Congreso realizado en Santiago del 31 de octubre al 3 de noviembre de 2002 pasó a ocupar el cargo de Presidenta del Partido Comunista. La primera mujer en tener ese honor.

SU ENFERMEDAD

El 25 de septiembre de 2003 fue internada en una clínica de Santiago. Se le diagnosticó cáncer cerebral. El 1 de octubre viajó a Estocolmo (Suecia) para ser intervenida en la Clínica Karoliska. El 19 de octubre llegó a La Habana (Cuba) para iniciar un proceso de rehabilitación dispuesto por su amigo personal, Fidel Castro. En el 2004, aún permaneciendo en ese país, fue nuevamente operada de una necrosis de tejidos.

En octubre de 2004 volvió a Chile. El 7 de noviembre regresó a Cuba para retornar a Chile un mes después.

Condecorada por Fidel Castro con la Orden José Martí en La Habana el viernes 12 de marzo de 2004.

EMOTIVO RECIBIMIENTO EN SANTIAGO

A las seis de la mañana del domingo 14 de marzo de 2004 aterrizó en el Aeropuerto Arturo Merino Benitez de Santiago el avión en venía desde Cuba, Gladys Marín, luego de permanecer cinco meses de tratamiento en la Isla. Llegó con un ramo de flores en sus manos y un rojo pañuelo cubriéndole la cabeza. Feliz se dirigió a los cientos de personas que la esperaban y dijo: “Estoy muy emocionada con el apoyo que me ha dado mi pueblo”.

UN DOMINGO EN QUE NO BRILLÓ EL SOL

Con su proverbial valor, Gladys libró la batalla contra el cáncer hasta sus últimas fuerzas, rodeada del cariño de millones de demócratas de toda la tierra.

Falleció a la una de la mañana del domingo 6 de marzo de 2005 en su casa de Lo Cañas ubicada en la comuna de La Florida, Santiago. Sus restos fueron trasladados, entre una impresionante cadena humana que se extendió desde su hogar al ex Congreso Nacional. Allí tuvo lugar un multitudinario velatorio. Miles y miles de personas llegaron a rendirle homenaje. El Gobierno decreto dos días de duelo oficial. Un periódico la llamó “la roja de todos”.

Hacen guardia de honor, entre otros, el músico Lalo Parra, la actriz Rosa Ramírez y el escritor Pedro Lemebel.

LA MÁS MULTITUDINARIA DESPEDIDA HASTA HOY

Miles y miles de chilenos la sintieron suya. Por eso, esa multitud de gente sencilla y de personalidades, que le tributaron el 8 de marzo de 2005 la más masiva despedida conocida hasta hoy en Chile.
Gladys Marín Millie, maestra primaria, entregó sus lecciones de valor, heroísmo, consecuencia y claridad política, a una escuela multitudinaria, cuyos alumnos son aquellos que, siguiendo su ejemplo, construirán el Chile del mañana.

EL PUEBLO NO OLVIDA A SU HEROÍNA

Entre más transcurre el tiempo en vez del olvido, aumenta el cariño, la admiración y el respeto para la maestra normalista, que entregó su vida entera a la causa de los más humildes, de los explotados.
El recuerdo de esa mujer valiente y combativa está sembrado en la consciencia y el corazón de quienes luchan, como ella lo hizo, por construir la primavera de los pueblos. Por el derecho de todos a vivir en paz; a compartir el pan, la felicidad y la poesía.

¡Gladys, presente! ¡Ahora y siempre!

Ernst Thälmann

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

“Ser soldado de la revolución significa: guardar fidelidad infrangible a la causa, una fidelidad que se comprueba tanto en la vida, como en la muerte; significa demostrar absoluta fiabilidad, confianza, audacia y energía en cualquier situación.” Ernst Thälmann

El 3 de marzo de 1933, la Gestapo arrestó a Ernst Thälmann en Berlín. No. fue juzgado. Los nazis no quisieron correr el riesgo que se repitiera lo ocurrido en el juicio de Dimitrov, cuando éste dirigente comunista búlgaro demostró que los cargos en su contra por haber incendiado el Reichstag eran falsos.

Para su cumpleaños número 50, el 16 de abril de 1936, estando en prisión, Thälmann recibió saludos de todo el mundo, incluyendo los de Máximo Gorki y Heinrich Mann. Ese mismo año estalló la Guerra Civil Española, y dos batallones de las Brigadas Internacionales se nombraron en honor de Ernst Thälmann.

SUS INICIOS

Ernst Thälmann nació en Hamburgo, Alemania, el 16 de abril de 1886. Desde los 8 años de edad trabajó en un barco carguero. Cuando realizó su servicio militar, le dieron de baja pronto, pues ya lo veían como un peligroso agitador político.
El 14 de enero de 1915, se casó con Rosa Koch. Hacia finales de 1917 se hizo miembro del Partido Socialdemócrata Independiente, de Alemania (USPD).

SE INCORPORA AL PARTIDO COMUNISTA

En noviembre de 1920 se incorporó al KPD (Kommunistische Partei Deutschlands). Un mes más tarde fue elegido miembro de su comité central. En marzo de 1921 lo despidieron de su trabajo debido a sus actividades políticas. Ese mismo año, Thälmann participó en el Tercer Congreso de la Internacional Comunista, realizado en Moscú, representando al KPD.

LA FRACASADA SUBLEVACIÓN DE 1923

El 18 de junio de 1922 miembros nacionalistas de extrema derecha intentaron asesinarlo, lanzándole una granada de mano. Su esposa e hija resultaron heridas.
Thälmann ayudó a organizar la Sublevación de Hamburgo del 23 al 25 de octubre de 1923. Ésta fracasó. Thälmann debió permanecer clandestino durante un tiempo.
En febrero de 1924 fue nombrado vicepresidente del KPD y, en mayo, del Reichstag (Parlamento alemán).

DIRIGENTE DE LA INTERNACIONAL

Thälmann participó en el Quinto Congreso de la Internacional Comunista, realizado en Moscú entre el 17 de junio al 8 de julio de 1924. En ese evento fue elegido miembro de su Comité Ejecutivo.
El 30 de octubre de ese año fue nombrado presidente del KPD y candidato a la presidencia de Alemania.
En octubre de 1926 apoyó la huelga de obreros de Hamburgo. El 22 de marzo de 1927 Thälmann participó en una manifestación en Berlín, en donde fue herido.

“CLASE CONTRA CLASE”

Entre el 9 de junio e el 14 de junio de 1929, tuvo lugar en Berlín el XII Congreso del KPD. En esa ocasión, Thälmann pronunció un discurso de clara confrontación con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), que estaba en el gobierno. Ello por la represión llevada a cabo en las jornadas del “mayo sangriento”, en los cuales la policía asesinó a 32 personas, reprimiendo las manifestaciones prohibidas por el Ministro del Interior, Carl Severing, militante del SPD.

Eran los tiempos en que Thälmann y el KPD luchaban contra el SPD como su enemigo político principal, siguiendo la pauta de la Internacional Comunista que declaró a los socialdemócratas “social-fascistas”, en base a la línea ultraizquierdista de “clase contra clase”. (Esta posición se mantuvo hasta 1935, año en que el VII Congreso de la Internacional Comunista, acordó la línea de los amplios frentes populares contra la guerra y el fascismo).

CANDIDATO A LA PRESIDENCIA

En las elecciones presidenciales del 13 de marzo de 1932 se presentaron tres candidatos: Paul von Hindenburg, Adolfo Hitler y Ernst Thälmann. El KPD realizó su campaña con el lema: “un voto para Hindenburg es un voto para Hitler; un voto para Hitler es un voto para la guerra”. Thälmann quedó tercero, obteniendo un 10.2% de los votos. Poco después, Thälmann propuso al SPD la formación de una coalición antifascista, un frente unido contra los nazis.

El KPD en campaña en elecciones presidenciales

Posteriormente, el 30 de enero de 1933, los nazis ganaron las elecciones parlamentarias. Entonces, Thälmann propuso que el SPD y KPD debían organizar una huelga general para derribar Hitler. Pero esto no se logró.

El 7 de febrero de 1933, en una reunión del Comité Central del KPD, ya prohibido por las autoridades, Thälmann planteó la necesidad de un derrocamiento violento del gobierno de Hitler.

FUSILADO EN BUCHENWALD

Buchenwald

El 17 de agosto de 1944, luego de más de 11 años de prisión, Thälmann fue trasladado de la prisión de Bautzen al campo de concentración de Buchenwald.

El 18 de agosto por órdenes de Hitler fue fusilado y su cuerpo quemado inmediatamente. Poco después, las autoridades nazis cínicamente anunciaron que Thälmann había muerto en un ataque aéreo el 23 de agosto.

UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO

Ernst Thälmann fue un consecuente luchador antifascista. En su homenaje, dos batallones de las Brigadas Internacionales que combatieron en España contra el fascismo encabezado por Francisco Franco, llevaron su nombre. Los combatientes por un mundo mejor lo llevamos en nuestras banderas. Es uno de los líderes que marcaron la senda hacia la luz de un futuro esplendoroso.

Papa Pío XII: Su criminal silencio ante los crímenes del nazismo

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Eugenio María Giuseppe Giovanni Pacelli nació en Roma, Italia, el 2 de marzo de 1876. Fue elegido papa el 2 de marzo de 1939 con el nombre de Pío XII, cargo que desempeñó hasta su muerte ocurrida en Castel Gandolfo, Italia, el 9 de octubre de 1958.

EL CONCORDATO CON HITLER

Antes de su elección al papado, Pacelli se desenvolvió como secretario de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, nuncio papal y cardenal secretario de Estado, desde donde pudo alcanzar la conclusión de varios concordatos internacionales con estados europeos y americanos, entre los que destacó el Reichskonkordat con Hitler, firmado en 1933. Por la parte nazi lo hizo el vicecanciller Franz von Papen; por el Vaticano el Ministro de Relaciones Exteriores, cardenal Pacelli.

Su liderazgo del papa Pío XII al frente de la Iglesia católica durante la Segunda Guerra Mundial sigue siendo motivo de análisis y controversia, principalmente en lo que respecta a su reacción frente a los crímenes del régimen nazi en Europa.

PÍO XII NO SE CONMOVIÓ ANTE EL HOLOCAUSTO JUDÍO

Se conoce el siguiente caso: Jan Karski era un joven católico que fue utilizado como correo por la resistencia polaca para informar sobre la situación de los judíos en el gueto de Varsovia. Casi 60 años después, sus declaraciones resultan estremecedoras sobre la inhibición del Vaticano y de la jerarquía católica frente a las atrocidades que los nazis estaban cometiendo en la capital polaca. Tras jugarse la vida en aquella difícil misión, Karski informó al Gobierno polaco en el exilio del genocidio que se estaba cometiendo. La información llegó a Pío XII, que, según Karski, se negó a condenar los hechos y a protestar ante las autoridades nazis.
Cuando fue elegido Papa en 1939, archivó una carta contra el racismo y el antisemitismo que su predecesor había preparado. Aún tras la llegada al Vaticano de informes sobre el asesinato de judíos, el Papa no llevó a cabo ninguna protesta ni verbal ni por escrito. En diciembre de 1942, se abstuvo de firmar una declaración de los Aliados que condenaba la exterminación de judíos. Cuando los judíos fueron deportados de Roma a Aushwitz, el Papa tampoco intervino. El Papa mantuvo su posición neutral durante la Guerra, con la excepción de algunas apelaciones a los dignatarios de Hungría y Eslovaquia al final de la guerra. Su silencio y la falta de una guía obligaron a los hombres de la Iglesia en toda Europa a decidir por su propia cuenta cómo reaccionar.

TAMPOCO SOLIDARIZÓ CON CATÓLICOS PERSEGUIDOS

Tanto desde Polonia como desde Checoslovaquia, países con mayorías católicas, se lanzaron angustiosos llamamientos contra la represión. Porque si bien las dimensiones del genocidio de los judíos no tienen parangón, el nacionalsocialismo persiguió a todos aquellos católicos que, en nombre de su moral y de sus ideas democráticas, se opusieron al régimen de Hitler. De hecho, un grupo de sacerdotes católicos fue internado en Dachau, al sur de Alemania, en los comienzos de la época nazi.

LA IGLESIA CATÓLICA FRACASÓ

El premio nobel alemán Günter Grass escribió 1972: Creo que al Vaticano no le conviene aparentar hoy esa actitud antifascista que no tuvo en tiempos de Hitler y Mussolini. Por muchos que fueran los sacerdotes católicos y creyentes cristianos que combatieron el fascismo y el nacionalsocialismo, la Iglesia católica (como instancia moral) fracasó desde el punto de vista histórico, dejó a sus creyentes en la estacada, se sometió a otros poderes, más aún, se deshizo de la ética cristiana: mientras se asesinaba, ella se refugiaba en el papel de Pilatos, practicando el lavado de manos. Además fue oportunista; se quedó al margen, por interés táctico, cuando el judío Jesucristo volvía a ser crucificado en la figura de seis millones de judíos, esta vez con modernas herramientas.

CON LA BANDERA PIRATA DEL ANTICOMUNISMO

Las actitudes anticomunistas del papa Pío XII se volvieron más fuertes después de la guerra. En 1948, Pío XII declaró que cualquier italiano católico que apoyara a los candidatos comunistas en las elecciones parlamentarias de ese año sería excomulgado e instó a la Acción Católica para que apoyara a la Democracia Cristiana.
En 1949, autorizó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al Partido Comunista.

PAPA PÍO XII, EL PAPA DE LA GUERRA FRÍA

Le tocó ser el papa de la Guerra Fría, y en este contexto su opción fue clara: ferviente anticomunismo y aproximación a la nueva potencia emergente, los Estados Unidos de América. En este sentido resultó determinante su amistad personal con Francis J. Spellman, arzobispo de Nueva York y vicario militar de las fuerzas norteamericanas, al cual nombró cardenal del título de Ss. Giovanni e Paolo (1946).

PERDÓN PARA LOS CRIMINALES DE GUERRA

Terminada la guerra, Pío XII también fue el vocero para instar a la clemencia y al perdón de todas las personas que participaron en la guerra, incluyendo a los criminales de guerra. Así también intercedió, mediante el nuncio apostólico en Estados Unidos, para conmutar las sentencias de los alemanes convictos por las autoridades de ocupación. El Vaticano solicitó el perdón para todos aquellos que estaban condenados a muerte, una vez que se permitió la ejecución de criminales de guerra en 1948.

RECONOCIÓ DICTADURA DE FRANCO

Reconoció explícitamente el régimen surgido en España de la Guerra Civil(1936-1939) En 1953 firmó con el general Franco un concordato que daba base jurídica al llamado “Nacional-catolicismo” español: con notables ventajas para la Iglesia a cambio de la legitimación de aquel sistema.

CONCORDATO CON EL TIRANO RAFAEL TRUJILLO

Pío XII también realizó el concordato con Rafael Trujillo dictador de la República Dominicana en 1954.

FALLECIÓ

Pío XII falleció en Castel Gandolfo, Italia, el 9 de octubre de 1958.

Nace el Frente de Acción Popular

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

En medio del reflujo que vivían las fuerzas democráticas durante el segundo Gobierno de Carlos Ibáñez (1952-1958), como consecuencia de la política antinacional y antipopular que éste aplicaba, el Partido Comunista, junto a Salvador Allende y otros dirigentes revolucionarios, continuaban realizando incansables gestiones por ampliar el Frente del Pueblo.

Y sus esfuerzos dieron resultado. Fue así, como el 29 de febrero de 1956 se fundó el Frente de Acción Popular, FRAP, amplia coalición de la Izquierda. Lo formaron los partidos Comunista, Socialista de Chile, Socialista Popular, Democrático; el Partido del Pueblo, Partido del Trabajo, Partido Radical Doctrinario, la Alianza Nacional de Trabajadores, el Partido de Intransigencia Radical Antiimperialista y la Vanguardia Nacional del Pueblo.

SOBRE LAS BASE DE LA UNIDAD PC-PS

El FRAP se constituyó sobre la base de la unidad de los trabajadores y del entendimiento socialista-comunista. En su nacimiento jugó un papel determinante la unidad de los asalariados, lograda al fundarse la CUT en 1953, que constituyó un significativo aporte al encuentro de la izquierda.

El FRAP fue una coalición en la que participaron dos partidos que tenían líneas tácticas distintas. Por una parte, el Partido Socialista, sostenía la tesis del Frente de Trabajadores; por otra, el Partido Comunista levantaba la línea del Frente de Liberación Nacional.
Luis Corvalán explica al respecto:

Luis Corvalán Lépez

“Nosotros levantamos la política del Frente de Liberación Nacional, concibiendo la necesidad de agrupar a muchas fuerzas, al proletariado, a amplios sectores de las capas medias e incluso a la burguesía nacional, a sectores que, perteneciendo a la burguesía están interesados objetivamente, aunque esto no fuera del todo consciente, en cambios sociales, cambios estructurales, en cambios democráticos en la sociedad chilena…
El Partido Socialista, por su lado, levantaba la política del Frente de Trabajadores, que implicaba una negativa al entendimiento con sectores de la burguesía”.

A PESAR DE LAS DIVERSAS APRECIACIONES

Alonso Daire, en su trabajo “La Política del Partido Comunista desde la Post-Guerra a la Unidad Popular”, publicado en “El Partido Comunista en Chile”, sostiene que las distintas estrategias de los dos partidos obreros “surge de la diferente apreciación que se tiene de la alianza política con la burguesía; de la diferente apreciación de la burguesía nacional y, por tanto, la diferente apreciación también del centro político chileno.

“El proyecto del Frente de Trabajadores del Partido Socialista asumía a la burguesía chilena como una burguesía reaccionaria e incapaz de asumir un rol democrático, y por lo tanto la necesidad de la unidad obrera de realizar cambios revolucionarios que aspiraran al socialismo…” El PS concluye –escribe Alonso Daire- que “no se requiere para realizar las tareas que conducen al socialismo de las fuerzas de centro”. Agrega que “el Partido Socialista no tenía intenciones de atraer a la Democracia Cristiana ni a los Radicales ni al Partido Nacional Popular”

SIMILITUD CON PROGRAMA DEL FRENTE DEL PUEBLO

Resulta interesante constatar que el Programa del FRAP no tenía grandes diferencias con el del Frente del Pueblo. En lo esencial planteaba:

1. Contribuir a alcanzar la unidad obrero-campesina;
2. Realizar una profunda reforma agraria, que expropie los latifundios y entregue la tierra al que la trabaja.
3. Nacionalización de empresas en manos de monopolios extranjeros.
4. Democratización del país, derogación de la Ley de Defensa de la Democracia y otras leyes represivas. Mayor participación política del pueblo; y
5. Política exterior independiente y solidaria con los países que luchan por su independencia.

Este era un programa antiimperialista y antifeudal. Representaba los objetivos del la Revolución Democrático-Burguesa, planteada por el PC. “Pero –como afirma Alonso Daire- el programa del FRAP tampoco es la estrategia ideal del Partido Comunista de Chile. Si consideramos las fuerzas que lo apoyan, constataremos que no había presencia de ningún partido de centro que representara a fracciones de la burguesía nacional de tipo progresista, que era la alianza que exigía el Partido Comunista de Chile para desarrollar y llevar adelante tales cambios”.

UNIDAD DE PARTIDOS OBREROS

La fundación del FRAP fue posible gracias a la actitud unitaria de los partidos obreros. Por una parte, para el PC la unidad con el PS estaba –como lo afirma Leopoldo Benavides en su trabajo “Comentarios en torno a un período de la Historia del Partido Comunista chileno (1950-1970)”, en “El Partido Comunista en Chile”- “por sobre cualquier otra consideración teórica o práctica. Por ello la conformación del FRAP cumple, desde esa perspectiva, en el sentido de la creación de una base popular, sólida y hegemónica, sobre la cual debía constituirse cualquier otra alianza política; de allí que el Partido Comunista acepte en este caso, restringir el carácter del FRAP a una alianza circunscrita a los partidos populares, expresando mucho más la línea del Frente de Trabajadores, preconizada por el Partido Socialista”.

Por otro lado, el Partido Socialista aceptó un programa que correspondía mucho más a la propuesta de la Revolución Democrático-Burguesa expresada por la tesis del Frente de Liberación Nacional del PC. Con plena razón pudo sostener, tiempo después, Carlos Altamirano en una entrevista publicada en “Informa” Nº 7, marzo –abril de 1975:

“En los años en que los partidos socialistas del mundo agitaban un anticomunismo estrecho y consignista y desgarraban a la clase obrera en estériles enfrentamientos internos, nosotros (el Partido Socialista de Chile. Nota del autor) promovíamos la unidad de la clase en una central obrera única y postulábamos la necesidad estratégica del entendimiento de los partidos obreros, reclamando para éstos la hegemonía y conducción del movimiento popular. Este aporte consecuente con la unidad superior de la clase define a nuestro Partido y constituye su principal contribución a las luchas de liberación de nuestro pueblo”

UN BLOQUE ANTIMPERIALISTA

El surgimiento del FRAP creó una nueva correlación de fuerzas en el país. Fue un bloque antiimperialista, que enfrentó a la alianza reaccionaria constituida por conservadores, liberales y radicales. Aunque se debe dejar constancia, que el ala izquierdista del PR participó activamente en el movimiento sindical antiimperialista, formando parte de la directiva nacional de la CUT.
Por otro lado, a partir de ese año, la Falange Nacional –transformada luego en Partido Demócrata Cristiano- comenzó a jugar el papel de contrapeso de la coalición popular.

PARTICIPA EN DOS CAMPAÑAS PRESIDENCIALES

Tanto en las elecciones presidenciales de 1958, como en las de 1964, el Frente de Acción Popular presentó la candidatura de Salvador Allende Gossens. En ambas ocasiones, a pesar de alcanzar altas votaciones, fue derrotada.

En 1958, triunfó el abanderado de la derecha Jorge Alessandri Rodríguez. En 1964, el candidato democratacristiano Eduardo Frei Montalva, que contó con el apoyo de la derecha y del imperialismo estadounidense.
Ambas derrotas, y las lecciones de ellas extraídas, resultaron básicas para forjar la necesaria unidad popular que condujera al triunfo del 4 de septiembre de 1970 y a la primavera de los mil días del Gobierno de Salvador Allende.
Así como el Frente del Pueblo fue el paso previo para el FRAP, éste se constituyó en la base de la Unidad Popular.

El incendio del Reichstag

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

El 27 de febrero de 1933 estalló en llamas el Reichstag (parlamento alemán) en Berlín. Fue una gran provocación planeada por los jerarcas nazis. Era la señal para empezar la más bárbara represión contra el movimiento obrero y popular de Alemania. El 9 de marzo fueron detenidos los dirigentes comunistas búlgaros Jorge Dimitrov, Vasil Tanev y Blagoi Popov. Se les acusó de haber participado en el incendio el Reichstag.

LA MADRE

Al conocer esta falsa acusación la madre de Dimitrov, Paraskeva Doseva, a pesar de su avanzada edad, se lanzó con todas sus energías a promover la campaña solidaria. Se trasladó a Lepzig y Berlín para presenciar el juicio. Después se dirigió a París, donde participó en una gran concentración exigiendo la libertad de los dirigentes comunistas búlgaros encarcelados en Alemania. Pronunció en esa ocasión un encendido y conmovedor discurso.
Y esa ejemplar mujer búlgara pudo comprobar que sus esfuerzos, unidos a los de millones de hombres de toda la tierra no fueron inútiles. Presenció cómo su hijo, de acusado se transformó en acusador, demolió los argumentos fascistas y puso a la hiena parda en el sillón de los acusados.

DE ACUSADO SE TRANSFORMA EN ACUSADOR

Jorge Dimitrov

El juicio del incendio del Reichstag, contra Jorge Dimitrov, fue conocido como el proceso de Leipzig, recogiendo el nombre de la ciudad en la que se desarrolló el juzgamiento.
En el proceso el camarada Dimitrov jugó un rol destacado, demostró la firmeza de las convicciones comunistas, la astucia y la inteligencia de los revolucionarios, el heroísmo y la rebeldía de los marxista leninistas, a la vez, convirtió al juicio en una tribuna en donde desenmascaró al fascismo y las intensiones políticas de Hitler, logró convertir al acusado en acusador y demostró la naturaleza de clase del gobierno alemán.
Jorge Dimitrov dijo en su discurso ante el Tribunal, pronunciado el 16 de diciembre de 1933: “Me defiendo a mí mismo, como comunista acusado. Defiendo mi honor personal de comunista, mi honor de revolucionario. Defiendo mis ideas, mis convicciones comunistas. Defiendo el sentido y el contenido de mi vida. Por esta razón, cada palabra pronunciada por mí ante el tribunal es, por decirlo así, sangre de mi sangre y carne de mi carne. Cada palabra mía es la expresión de mi indignación más profunda contra esta injusta acusación, contra el hecho de que se impute a los comunistas un crimen tan anticomunista.”

DERROTÓ A LOS FASCISTAS EN SU PROPIA CANCHA

Una tras otra fueron las artimañas de los nazis para doblegar el acero comunista, por meses Dimitrov fue aislado de sus familiares y camaradas, en varias ocasiones fue puesto grilletes en las manos y los pies, le impusieron abogados seguidores de Hitler, razón por la cual decidió impulsar su propia defensa señalando que “…decidí defenderme yo mismo. Puesto que no necesito de la miel, ni el veneno de la elocuencia del defensor que se me impuso, me he defendido todo el tiempo sin la ayuda del abogado”.
El 23 de diciembre de 1933, al terminar el juicio, Jorge Dimitrov, fue declarado inocente. Convirtiéndose este acontecimiento en la primera victoria de los comunistas contra el fascismo, a la vez, Jorge Dimitrov constituyó un ejemplo de temple y convicción para muchos revolucionarios.
Fue dejado en libertad, junto a Tanev y Popov el 27 de febrero de 1934. Ello ocurrió bajo la presión de la solidaridad de la Unión Soviética, quien les otorgó, estando en manos nazis, la ciudadanía soviética.

DIRIGENTE DE LA III INTERNACIONAL

Dimitrov permaneció en la URSS. Fue elegido para el Presídium de la Internacional Comunista. En su VII Congreso, inaugurado en Moscú el 23 de julio de 1935, Dimitrov fue elegido su Secretario General y el 2 de agosto leyó su histórico Informe “La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista”. Allí planteó que ante los peligros del fascismo y de la guerra, los comunistas debían organizar en todos los países los amplios frentes populares antifascistas.
Entre los 513 delegados en representación 65 partidos comunistas, estuvo Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile. Este país fue uno de las tres naciones de la tierra que no sólo constituyeron los frentes populares, sino que conquistaron con ellos el Gobierno. Los otros dos: España y Francia.
En el VII Congreso de la Internacional Comunista, Dimitrov fue elegido Secretario General
En 1937 fue electo diputado al Soviet Supremo de la URSS.
Escribió numerosos trabajos contra el fascismo y sus métodos. Por ejemplo, ‘El fascismo es la guerra’.

PRESIDENTE DE BULGARIA

Tras la Segunda Guerra Mundial y con el apoyo del Ejército Rojo los nazis fueron barridos de Bulgaria. Jorge Dimitrov retornó a su país. Resultó elegido diputado por el Frente Democrático, que ganó las elecciones por mayoría absoluta. En 1946 los búlgaros declararon en referéndum su deseo de establecer la república, poniendo fin a la monarquía de Simeón II. Al año siguiente el Partido Comunista Búlgaro (BKP) conquistó el poder, nacionalizando la economía.
Dimitrov fue elegido secretario general del PC Búlgaro y Presidente de Bulgaria.

Dimitrov en el Segundo Congreso del Frente de la Patria, Bulgaria, febrero de 1948

Tras una larga enfermedad, fue enviado a un hospital a la Unión Soviética, donde falleció el 2 de julio de 1949. En su honor fue construido un Mausoleo en Sofía, donde permaneció con todos los honores hasta la caída de la República Popular de Bulgaria en 1990.

SOFÍA, OCTUBRE DE 1986

Era a comienzos de octubre de 1986. Marcia y yo, culminábamos una visita a Bulgaria, invitados por el Partido de Dimitrov. Habíamos pasado unos días maravillosos en el balneario de Varna, a orillas del tranquilo Mar Negro. Después volamos a Sofía, la capital de ese hermoso país. Allí tuvimos la oportunidad de conocer la casa donde vivió Jorge Dimitrov, convertida en museo. Pero lo más emocionante e inolvidable de esa visita fue el momento en que depositamos una ofrenda floral en nombre de los combatientes antifascistas chilenos, en el mausoleo en homenaje a quien derrotó a los nazis en sus propios tribunales.

Mausoleo de Jorge Dimitrov, Sofía, Bulgaria

El asesinato de Tucapel Jiménez Alfaro

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Cínica portada de La Tercera, que durante la dictadura de Pinochet fue cómplice de los crímenes del terrorismo de Estado fascista.

En la noche del 25 de febrero de 1982 fue encontrado en el camino Noviciado a Lampa, a 40 kilómetros de Santiago, el taxi en que trabajaba Tucapel Jiménez Alfaro. En su interior, estaba el dirigente sindical cruelmente degollado. La dictadura, en comunicado oficial y los órganos de prensa a su servicio se apresuraron en calificar el crimen como un asalto para robarle.

¿QUÉ OCURRIÓ EN REALIDAD?

En la mañana de ese día 25 de febrero de 1982, Tucapel Jiménez Alfaro salió a trabajar en su taxi como lo hacía todos los días. Un individuo subió al vehículo como pasajero. Era Luis Pino Moreno, carabinero en retiro, casado con una prima de Tucapel Jiménez. Posteriormente, otros tres hombres abordaron el vehículo. Obligaron a Tucapel Jiménez Alfaro a conducir hasta un lugar aislado en el camino a Lampa. Allí le dispararon cinco balazos en la cabeza y luego lo degollaron salvajemente. Tras esto, los sujetos, que eran miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE), sustrajeron algunas de sus pertenencias para simular un robo.

¿QUIÉN ERA LA NUEVA VÍCTIMA DE LA DICTADURA?

Tucapel Francisco Alfaro Jiménez había nacido en Santiago el 4 de agosto de 1921. Sindicalista chileno, militante del Partido Radical. Se inició como líder sindical en 1938, siendo presidente del Club Deportivo Lavaderos de Oro. En 1942 fue elegido presidente de la Asociación de Trabajadores de la Dirección de Abastecimiento y Petróleo. Luego, en 1951, fue presidente de la Asociación de Almacenes Reguladores del Comisariato, cargo que lo vinculó al frente gremial de los empleados del Estado, que habría de ser el principal escenario de su liderazgo social.

En 1953, ocupó el cargo de director de la Asociación de Empleados de la Superintendencia de Abastecimientos y Precios. En 1954 fue delegado ante la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), incorporándose en 1957 a la directiva nacional de esta organización.

Tucapel Jiménez Alfaro

En 1960 asumió la vicepresidencia de la Asociación Nacional de Empleados de DIRINCO. En 1963, asumió la presidencia nacional de la ANEF, siendo reelegido para ese cargo en 1967 y 1970.
Durante el Gobierno de la Unidad Popular, fue opositor al Presidente Allende.

BAJO LA DICTADURA DE PINOCHET

En 1975 Tucapel Jiménez Alfaro fundó el Grupo de los Diez. Desde el puesto de vicepresidente desplegó una intensa actividad. En 1981 creó la Unión Democrática de Trabajadores, ocupando también la vicepresidencia. Sus esfuerzos estaban dirigidos a reunificar el movimiento sindical chileno.

En 1982 el movimiento opositor a la dictadura de Augusto Pinochet crecía y estaba a punto de lograrse una amplia unidad político-sindical. Entonces la dictadura, a través de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), armó un operativo con participación de la Central Nacional de Inteligencia, CNI. Su objetivo, eliminar al presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, Tucapel Jiménez Alfaro, uno de los principales impulsores de esa buscada unidad.

Poco antes de su asesinato, Jiménez había alcanzado a dar un gran paso en ese camino: logró armar un encuentro en el que participaron varios dirigentes políticos de diferentes partidos opositores. Entre ellos, estaba el ex Presidente Eduardo Frei Montalva, quien ya era abiertamente contrario al régimen militar.

EL PROCESO

El asesinato de Tucapel Jiménez Alfaro impactó al país. Se levantó una ola de protestas. El dictador se vio obligado a designar ese mismo año, a través del Ministerio del Interior, a Sergio Valenzuela Patiño como ministro en visita, con el fin que investigara el caso. Pasaron 17 años y el proceso en manos de este ministro no arribó a nada. En 1999 fue reemplazado por Sergio Muñoz Gajardo, quien tomó con responsabilidad el caso. A pesar que el ejército entregó información falsa y se negó a prestar colaboración alguna, logró descubrir que el crimen había sido perpetrado por miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE)

LOS CRIMINALES

El año 2002, el Ministro Sergio Muñoz Gajardo condenó a 12 personas por el crimen de Tucapel Jiménez Alfaro, entre autores, cómplices y encubridores. En calidad de autores fueron condenados el general Ramsés Álvarez Sgolia (director de DINE, quien trasmitió la orden de Pinochet), el brigadier Víctor Pinto Pérez (comandante del Cuerpo de Inteligencia del Ejército, que supervisó la operación asesinato de Tucapel Jiménez), el teniente coronel Francisco Ferrer Lima, el mayor Carlos Herrera Jiménez (que asesinó al dirigente sindical), los suboficiales Manuel Contreras Donaire y Miguel Letelier (coautores del crimen). Como cómplices fueron condenados Juan Carlos Arriagada y Jorge León Alessandrini por haber facilitado la obtención del arma homicida. Detrás de todos ellos estaba Pinochet.

El 29 de enero de 12008, la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó pagar $ 1.200 millones de pesos a la familia de Tucapel Jiménez. El tribunal de alzada instruyó al Fisco a pagar una indemnización a los tres hijos y dos nietos del dirigente sindical, a 25 años de su asesinato.

FOTO INÉDITA

HOMENAJE CADA AÑO

En el año 2017, el Cementerio General se realizó la romería en conmemoración de los 35 años del asesinato del dirigente sindical, Tucapel Jiménez, actividad que fue encabezada por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet Jeria.

La Ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Claudia Pascual Grau, participó en el acto en el que estuvieron presentes los familiares de Tucapel Jiménez, representados en la ceremonia por su hijo, el Diputado del mismo nombre.

También estuvieron presentes el Ministro (s) de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros; la Ministra de Trabajo y Previsión Social, Jimena Krauss; el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Campos; el Ministro del Deporte, Pablo Squella; la Ministra de Bienes Nacionales, Nivia Palma, además de Subsecretarios y parlamentarios.

Monumento en el lugar que Tucapel Jiménez fue asesinado. Camino a Lampa.

EL INFORME DE LA COMISIÓN DE VERDAD Y RECONCILIACIÓN (INFORME RETTIG) SEÑALÓ:

Tucapel Francisco JIMENEZ ALFARO, dirigente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales de Chile y figura de gran relevancia dentro del sindicalismo nacional de oposición al Gobierno de la época, fue interceptado el 25 de febrero de 1982 en el taxi que conducía y llevado a un camino vecinal a 40 Km. de Santiago hacia el Poniente. En ese lugar se le dio muerte mediante disparos en el cráneo y posterior degollamiento.

El móvil de estos hechos no fue el robo ya que se encontraron en su poder especies de valor. La víctima sufría seguimientos previos, en los que aparecen comprometidos agentes de los servicios de seguridad, específicamente miembros de la Secretaría Nacional de los Gremios y la CNI.

Con posterioridad a los hechos se realizaron diversas maniobras destinadas a encubrir el crimen y entorpecer la labor de los investigadores. Incluso un individuo confesó por escrito ser el autor del crimen para luego suicidarse, demostrándose posteriormente en el proceso que había sido asesinado y que la confesión era falsa.
La Comisión ha adquirido la convicción de que se trató de un crimen cometido por motivaciones políticas en violación de los derechos humanos de Tucapel JIMENEZ. Aunque no puede afirmar 24categóricamente que la ejecución de este crimen fue obra de agentes del Estado, ponderados todos los antecedentes estima en conciencia que está comprometida en su muerte la responsabilidad del Estado por cuanto, si no fueron agentes del Estado los hechores, éstos contaron al menos con el amparo del Estado.

Recordando al hijo del salitre: Elías Lafertte

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

“Fue recto, fue grande, fue claro,
fue puro como una vertiente:
del pueblo y de su desamparo
salió su fuerza combatiente.
Así la lucha fue su gloria
y entregó al pueblo su conquista.
Su epitafio será su historia:
“Aquí descansa un comunista”.
Porque esta lucha no termina
con una vida ni una muerte,
esta bandera no se inclina.
Y tu corazón que germina
no tiene fin, Elías Lafertte”.

(Pablo Neruda: “Corona para mi Maestro”)

Es viernes 17 de febrero de 1961. Estamos en plena campaña parlamentaria. Conociendo la crítica salud del compañero Lafertte, estamos reunidos en Temuco, en la sede de la Dirección Regional Cautín del Partido Comunista, ubicado en la esquina de las calles Bulnes y Miraflores Escuchamos radio. El informativo de las 21 horas trajo el comunicado que tanto temíamos:

-Ha muerto Elías Lafertte Gaviño, presidente del Partido Comunista de Chile.

Un compañero apaga la radio. Se hace un silencio impresionante. Por muchas mejillas corren lágrimas. De pronto una voz enronquecida rompe el silencio:

– Compañero Elías Lafertte…
– ¡Presente, ahora y siempre!, respondemos.

¿Quién era ese obrero cuya muerte estremeció a sus camaradas?

Elías Lafertte Gaviño fue uno de los grandes de Chile. Un líder, un combatiente y un gran compañero.

Lo conocí hace 67 años, cuando yo era militante de las Juventudes Comunistas. Recuerdo que en una primaveral mañana de octubre de 1950, llegué al viejo edificio donde estaba nuestra pensión en Santiago. Encontré a Jaraquemada, uno de los cuatro estudiantes de Llo-Lleo que allí vivíamos. Me dijo que en “Democracia”, periódico que había reemplazado al clausurado “El Siglo”, se informaba que ese día, daba una charla el compañero Elías Lafertte. Era a las 19,30 en el teatro Sicchel.

CUÁNDO Y CÓMO CONOCÍ A ELÍAS LAFERTTE

Decidimos concurrir. Eran las 7 y 10 de la tarde cuando llegamos al Teatro del Sindicato de la Compañía Chilena de Electricidad, ubicado en Catedral esquina Sotomayor. Ninguno de los dos conocíamos físicamente al camarada Lafertte.  Había gente esperando. La mayoría formaba un grupo, que conversaba animadamente. Nos acercamos. Un compañero, ya de edad, comentó:

– Ahora con el famoso aceite adulterado, andamos todos como aviones a chorro…

Risas.

El camarada que habló, seguramente un obrero, se refería al escándalo que había estallado por esos días. Los empresarios distribuidores del aceite comestible, en complicidad con las autoridades, lo habían adulterado para obtener mayores ganancias. Esto produjo serios trastornos digestivos a buena parte de la población. Miré el reloj. Eran casi las 19:30 y el conferencista – pensé- aún no llega. En ese momento alguien levantó la voz:

– Compañeros, propongo que pasemos a la sala y comencemos. Compañero Elías, dijo dirigiéndose al que había estado hablando del aceite, pase usted, por favor.

Nos miramos con Jaraquemada.

Habíamos imaginado que el presidente del Partido Comunista llegaría cuando todo estuviera listo, para entrar en medio de los aplausos. Pero el camarada Lafertte rompió nuestros prejuicios. El presidente y uno de los fundadores del Partido, senador de la República, ex dirigente de la FOCH, una de las grandes personalidades del país, había llegado de los primeros, con la modestia de un obrero consecuente.

Su charla fue sencilla, amena, plena de sabiduría. Aprendimos mucho.

Esa noche de octubre de 1950, Elías Lafertte nos dio una clase magistral de cómo deber ser un dirigente comunista: tener profundos conocimientos, ser modesto, fraternal, alegre, optimista.

EL AMANECER DE UN LÍDER

Por entonces, Elías Lafertte tenía 64 años de edad, pues había nacido en Salamanca, un 19 de diciembre de 1886. Pudo estudiar sólo dos cursos en una escuela. Desde los 11 años debió trabajar. Fue monaguillo y obrero del salitre.  En 1911 conoció a Luis Emilio Recabarren: El 4 de junio de 1912 participó en Iquique en la fundación del Partido Comunista de Chile. Fue candidato a la Presidencia de la República en tres ocasiones: en 1927, 1931 y 1932. En 1937, estando desterrado en México, resultó elegido senador por las provincias de Tarapacá y Antofagasta. Siendo reelegido en 1945.

EN EL PUERTO ROJO

Lo vi por segunda vez en San Antonio. Fue en una tarde de febrero de 1952.

Después de desfilar por calle Centenario, con cantos y consignas, con rojas banderas agitadas por la brisa marina, llegamos a la plaza del puerto. Allí proclamaríamos al candidato del Frente del Pueblo, al compañero Salvador Allende Gossens.

Abrió el mitin el presidente del Comando Comunal Allendista. Luego se anunció al Presidente del Partido Comunista.

La mayoría de los asistentes cantamos La Internacional, levantando el puño derecho. Era nuestro saludo y homenaje al dirigente obrero; pero también un desafío al traidor.

Habló el camarada Lafertte, arrancando aplausos cuando se lanzó contra el “Judas de La Moneda”, Gabriel González Videla que, luego de llegar a La Moneda en brazos del pueblo, traicionó el Programa que había prometido e inició, en octubre de 1947, la persecución contra los comunistas, los que más trabajaron por su candidatura.
La emoción nos embargó cuando Lafertte afirmó:

– Parafraseando al escritor español, podemos decirle al traidor: ¡los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud!

– Entonces la plaza de San Antonio estalló con la consigna tantas veces repetida:

¡Y que fue… y que fue, aquí estamos otra vez!

Cerró el acto, el compañero Salvador Allende, un verdadero educador de masas.

EN LA QUINTA CONFERENCIA DE LAS JJ CC DE CHILE

Entre el 26 y 29 de marzo de 1959 tuvo lugar la Quinta Conferencia Nacional de las Juventudes Comunistas. Se realizó en la sede del Comité Central del Partido, ubicada en Teatinos 416. Se inició con el Informe leído por Manuel Cantero, dirigente máximo de los jóvenes comunistas. Al día siguiente, y con la presencia del compañero Elías Lafertte, se entregaron los informes de los Secretarios de los Comités Regionales. Me correspondió intervenir en segundo lugar. Relaté el trabajo de los jóvenes comunistas de la provincia de Cautín. Le di a mi informe un tono ligeramente poético. En octavo lugar intervino la secretaria del Comité Regional de Atacama. Habló, entre otras cosas, del excelente trabajo que realizan hacia los jóvenes del mineral de Huantemé.

En la tarde de ese viernes 27 de marzo, me correspondió presidir la sesión plenaria. Ofrezco la palabra al camarada Lafertte.  En su intervención valoró los avances de los jóvenes comunistas. Puso varios ejemplos. Se refirió en especial al trabajo hacia los jóvenes mineros de Huantemé. De improviso se volvió hacia mí y me dijo:

-Compañero Iván, usted que nos habló tan bellamente de su provincia y que es profesor de Historia y Geografía, ¿nos puede decir dónde está Huantemé?

Me tomó de sorpresa. No alcancé a responder, cuando surgieron de la sala los gritos de:

-No sabe… no sabe … no sabe… (Comenzaron los de Valparaíso “picados” con nosotros los de Cautín. Luego los siguieron otros).

Estallaron las risas. Yo muerto de vergüenza, deseaba enterrarme ahí mismo. Pero, debía seguir presidiendo.

ME TIENDE SU MANO PROLETARIA

El domingo 29 de marzo de 1959 se clausuró la Quinta Conferencia con un almuerzo en el Parque Rosedal. En un momento se acercó a mí el camarada Lafertte:

-Compañero Iván, me dice, he observado que usted no se siente bien. ¿Qué le pasa? Si son mis palabras del viernes la causa de su problema, le ruego que me disculpe. No tuve la menor intención de herirlo. Todo lo contrario. Me tiende su mano proletaria. La estrecho con respeto, agradeciéndole sus palabras.

Así era el camarada Lafertte. Con una natural picardía y un especial sentido del humor. Firme en sus principios. Sensible. Muy humano. Super tierno, como decimos ahora. En esa Quinta Conferencia recibí una nueva lección de este comunista ejemplar.

EN EL CUARTO CONGRESO DE LAS JJ CC

Entre el 20 y el 23 de febrero de 1960 tuvo lugar el Cuarto Congreso Nacional de las Juventudes Comunistas de Chile.  En una de sus sesiones asistió el compañero Elías Lafertte. Intervino con el entusiasmo y pasión de siempre. Nos habló de la importancia de los métodos juveniles, que los jóvenes deben cantar.

– A propósito de esto – dijo- estoy seguro que en esta sala hay jóvenes comunistas con inquietudes artísticas, músicos y poetas. A ver, camaradas, les ruego ponerse de pie los que cultivan estas artes.
Algunos compañeros se miraron sorprendidos, indecisos. Les hicimos señas, animándolos, con cierta picardía. Luego de titubear brevemente, unos diez compañeros se pusieron de pie. Estaban algo cohibidos, pero no podían disimular un poquitín de orgullo. Artistas, al fin y al cabo. Lafertte enfatizó lo importante que es para las Juventudes Comunistas y el Partido contar con esos valiosos militantes. Luego disparó: ¡Cómo es posible que, habiendo tantos creadores entre nosotros, no se compongan nuevas creaciones y se sigan cantando las viejas canciones de la Guerra Civil española!
Los “artistas” se sentaron un tanto acholados. Algunos no pudimos contener la risa.

A SANTIAGO LOS BOLETOS

Esa aciaga noche del 17 de febrero de 1961 nos reunimos como Directiva Regional del Partido, a la cual pertenecía por ser Secretario Político de las Juventudes Comunistas de Cautín. Se designó una delegación para asistir a los funerales. Viajamos en el tren nocturno del día siguiente, para llegar a la capital el 19 de febrero de 1961. Nos dirigimos a la sede del Comité Central del Partido, ubicada en Teatinos casi esquina Compañía.
En el salón principal está la capilla ardiente. A pesar de ser muy temprano, hay mucha gente.

HOMENAJE AL CAMARADA ELÍAS

Junto a la urna, que contenía los restos del compañero Lafertte, vimos hacer solemne guardia de honor a ocho dirigentes sindicales. Y se sucedieron las guardias. Cientos de hombres, mujeres y jóvenes militantes, amigos, de otras colectividades políticas y organizaciones sociales, independientes, rinden homenaje al hijo del salitre. Los comunistas de Cautín, también tenemos ese honor.

En la tarde, parte desde la sede del Comité Central una multitudinaria, triste, pero combativa columna hacia el Cementerio General. Somos miles.  Caminamos, con banderas del Partido y de las Juventudes Comunistas, cantando, gritando sin cesar:

– Compañero Elías Lafertte…

– ¡Presente, ahora y siempre!

LO DESPEDIMOS CON LA INTERNACIONAL Y EL CANTO A LA PAMPA

En la Plazoleta del Cementerio General, en avenida La Paz, un mitin de despedida, en la que intervinieron varios oradores. Luego, una delegación de 100 militantes, designados por el Comité Central, -entre los cuales tuve el honor de estar, por entonces era miembro del Comité Central de las Juventudes Comunistas- acompañamos los restos del camarada Lafertte, al interior del cementerio, hasta su tumba. Ahí le dimos el último adiós al inolvidable y querido compañero.  Entonamos La Internacional. También el Canto a la Pampa, canción en recuerdo de la masacre perpetrada por soldados del ejército y de la marina, en la Escuela Santa María de Iquique, el sábado 21 de diciembre de 1907. Allí, donde 54 años atrás, el entonces joven Elías había recibido su bautizo de fuego.

La Guerra del Salitre

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

“La Guerra de 1879 en que la clase gobernante de Chile anexó la región del salitre” (Luis Emilio Recabarren: “Pobres y ricos”.  Rengo, 1910).

Los historiadores burgueses llaman Guerra del Pacífico al conflicto bélico que, entre 1879 y 1883, desangró a Chile, Bolivia y Perú. Ello para ocultar la verdadera causa de la conflagración: el salitre.

El océano Pacífico es la mayor masa marítima del planeta. Su superficie abarca 180 millones de kilómetros cuadrados y sus aguas bañan tres continentes: América, Asia y Australia.

La guerra que nos preocupa se desarrolló en un mínimo rincón de ese océano y en su transcurso hubo sólo dos combates navales: el de Iquique, el 21 de mayo de 1879, y el de Punta de Angamos, el 8 de octubre del mismo año. Ambos duraron unas pocas horas y participaron seis naves. Dos peruanas, el Huáscar y la Independencia; cuatro chilenas, la Esmeralda, la Covadonga, el Cochrane y el Blanco Encalada. Posteriormente, la flota chilena surcó el Pacífico en tres ocasiones y sólo para transportar tropas. El escenario naval de ese conflicto abarcó desde Antofagasta a Pisco, unos 2 mil kilómetros.

CAUSAS DEL CONFLICTO

Historiadores alemanes denominan a esta conflagración Salpeterkrieg (Guerra del Salitre). Y es el nombre adecuado.
Durante años, el desierto de Atacama –al sur de Bolivia y al norte de Chile- fue despreciado por ambos países. Pero todo cambió al descubrirse el valor del salitre y que, en el desolado de Atacama, como también se le llamaba, existían importantes yacimientos de nitrato.

Comenzaron las discusiones sobre la frontera. El primer tratado de límites entre Chile y Bolivia, firmado en 1866, fijó como frontera el paralelo 24º latitud sur y dejó una zona compartida entre ambos países, el territorio comprendido entre los paralelos 23 y 25. Chile y Bolivia se repartirían por partes iguales las riquezas que se produjeran en esa franja.

En 1874 se suscribió un segundo tratado, que mantuvo la frontera en el paralelo 24, eliminándose la zona compartida. En compensación, Bolivia se comprometió a no alzar durante 25 años los impuestos “a las personas, industrias y capitales chilenos”.

CHILENOS EXPLOTAN SALITRE BOLIVIANO

En Antofagasta, territorio boliviano, se instaló la Compañía de Salitre de Antofagasta, de capitales chilenos, que el 1º de mayo de 1872 inició las exportaciones del “oro blanco” a Europa.
Más al norte, Perú puso en vigencia, con fecha 28 de marzo de 1875, una ley mediante la cual expropió las oficinas salitreras de Tarapacá, pagando a sus antiguos propietarios con certificados.

En 1879 el Presidente de Bolivia Tomás Frías fue derrocado por un golpe militar, encabezado por el general patriota Hilarión Daza. Este gravó con un impuesto de 10 centavos cada quintal de salitre exportado desde territorio boliviano. La Compañía de Salitre de Antofagasta se negó a cancelarlo. Entonces Daza ordenó el embargo y el remate de esa empresa.

DEFENDIENDO A CAPITALISTAS

El Gobierno chileno salió en defensa de los capitalistas connacionales. Rompió relaciones con Bolivia y el 14 de febrero de 1879, día señalado para el remate, 200 soldados al mando del coronel Emilio Sotomayor, invadieron suelo boliviano, ocuparon Antofagasta, impidiendo la subasta.

Ante este atropello a su soberanía, Bolivia declaró la guerra a Chile el 1º de marzo. Otro tanto hizo Perú, que había firmado un pacto con Bolivia.

El 5 de abril, Chile declaró la guerra a los aliados. Comenzó la conflagración con triunfos de las tropas chilenas, que hacia fines de 1879 tenían en sus manos la región de Tarapacá.

LA OTRA GUERRA

Pero en la región se libraba otra guerra secreta. Los protagonistas eran dos ingleses que no usaban fusiles ni cañones. Sus armas consistían en la especulación y la falta de escrúpulos.

Uno era Robert Harvey, que había llegado a Tarapacá en 1874.
Poco antes de la ocupación de esa provincia por los chilenos, el gobierno peruano lo había designado Inspector General de Salitreras. En 1880, fue confirmado en ese cargo por el gobierno de Chile, otorgándole amplias atribuciones. Recibía sueldo de los dos países y a ambos entregaba informes falsos.

John Thomas North, el “rey del salitre”

El otro británico, John Thomas North, llegó a Chile en 1866 con 10 libras esterlinas en los bolsillos. Trabajó como mecánico en la maestranza ferroviaria de Caldera. Después se trasladó a Tarapacá, donde se asoció con su compatriota Harvey.

Ambos aprovecharon la caótica situación producida por la guerra y, con triquiñuelas y engaños, compraron certificados que el gobierno peruano emitió al expropiar las salitreras, cuando se cotizaban a un 11% de su valor nominal. Pudieron hacer esas compras gracias a los generosos créditos que les otorgaron los bancos chilenos Edwards y Valparaíso.

EL SALITRE A MANOS IMPERIALISTAS

Aún no finalizaba la guerra cuando el gobierno chileno de Domingo Santa María decretó, el 28 de marzo de 1882, la entrega de títulos de propiedad definitiva a quienes tuviesen certificados salitreros. De esta forma fueron entregadas a particulares más de 80 oficinas salitreras. Otras 71 quedaron provisoriamente en manos del Estado chileno.

Algunos tenedores de certificados como John Thomas North, Robert Harvey y la Casa Gibbs, pasaron a ser propietarios de las más importantes y ricas oficinas salitreras, controlando la industria del nitrato y transformando el Norte Grande chileno en una factoría británica.

John Thomas North se convirtió en el “rey del salitre”, uno de los hombres más ricos del mundo. Fue dueño de numerosas oficinas salitreras, de los ferrocarriles y de una serie de otras empresas; monopolizó la distribución del agua potable y del comercio en la pampa, desde la harina y carbón hasta la carne y verduras. Fundó el Bank of Tarapacá and London Ltda. Tuvo a su servicio a abogados y parlamentarios liberales, conservadores y radicales. Hizo importantes inversiones en Inglaterra, Francia, Bélgica, Egipto, Australia y Brasil.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

El 10 de julio de 1883 se libró en Huamachuco, el último combate de una guerra en que murieron 23 mil soldados bolivianos, chilenos y peruanos. Chile conquistó dos provincias, Tarapacá y Antofagasta, pero el salitre, razón y motivo del conflicto, pasó en su mayor parte a manos de capitalistas británicos. Fue así como el imperialismo inglés clavó su lanza en Chile.

Con esta guerra de conquista, el territorio chileno se extendió al norte del río Copiapó, límite que tenía desde fines del siglo XVI. Creció en 180 mil kilómetros cuadrados, con una población que sumaba algo más 100 mil habitantes, de los cuales el 40% constituía la población activa. Hacia 1885 los obreros salitreros eran 4.571; en 1895 alcanzaban a 22.500 y en 1912, más de 40.000.
La guerra del salitre significó un aumento en cantidad y calidad del proletariado chileno.

A SEGUIR EL EJEMPLO DE RECABARREN

El historiador boliviano Guillermo Lora en su obra “Historia del Movimiento Obrero Boliviano”, escribió: “En 1919 la Federación Obrera de Chile, se dirigió a las organizaciones obreras bolivianas para estrechar relaciones y procurar una actuación coordinada:

“Debemos considerar, queridos compañeros, que todos los que pertenecemos a la clase trabajadora no podemos contar con más apoyo que el que puedan proporcionarnos nuestros hermanos y que jamás podremos conseguir el triunfo de nuestros ideales si no formamos un bloque único y sólido, capaz de oponer formal resistencia a ese monstruo fatídico y avasallador: la explotación capitalista… Por esto creo, estimadísimos compañeros, que sería de gran conveniencia para todos consolidar fuertemente el cariño que mutuamente se profesan las clases trabajadoras de Bolivia y Chile”.

Esta nota, redactada por Luis Emilio Recabarren, a sólo 26 años de haber finalizado la Guerra del Salitre, es una cabal expresión del internacionalismo proletario, que Marx y Engels proclamaron en el “Manifiesto del Partido Comunista”, cuando finalizaron este inmortal documento con la frase: “Proletarios de todos los países, uníos”.

LER

En nuestros días, ser consecuentes herederos de Recabarren es proclamar “Mar para Bolivia”. Devolver a ese país, parte de una región, que –al decir de Recabarren- la clase gobernante de Chile anexó.

Cap. XXV y final: Párrafos de la intervención del compañero Luis Corvalán en el Congreso clandestino de mayo de 1989

Reflexiones de un militante comunista de base en torno a la derrota de diciembre de 2017

Iván Ljubetic Vargas, historiador

CAPÍTULO XXV: PÁRRAFOS DE LA INTERVENCIÓN DEL COMPAÑERO LUIS CORVALÁN EN EL CONGRESO CLANDESTINO DE MAYO DE 1989

DE LA CRÍTICA Y LA AUTOCRÍTICA

“El rasgo más sobresaliente de este Congreso es su acentuado espíritu crítico y autocrítico, el afán renovador y de cambio de todo aquello que entrabe de algún modo el avance del Partido y la aplicación de su política.

La crítica y la autocrítica refuerzan la renovación. Esta es y debe ser una constante del Partido. Renovarse o morir escribía José Ingenieros en los años de la Revolución de Octubre…”

LA LUCHA PERMANENTE ENTRE LO NUEVO Y LO VIEJO

“Hay que dejar atrás viejas ideas que el tiempo ha demostrado son falaces. Entre las concepciones obsoletas está en la exaltación de la llamada pureza de la línea, en custodia de la cual más de algún compañero ha creído, buenamente, tener una misión predestinada. La línea del Partido está en constante confrontación con la práctica y, por tanto, no es nunca pura ni exacta; está sujeta a rectificaciones y perfecciones de uno u otro volumen y, como se ha remarcado en el Congreso, el Partido es una organización viva que tiene sus propias contradicciones y es campo de lucha permanente entre lo nuevo y lo viejo.

No puede extrañarnos, entonces, que hayan surgido discrepancias en el seno del Partido, incluso en su Comisión Política, y principalmente entre dirigentes que luchaban en el interior y dirigentes que lo hacían desde el exilio…”

LA LABOR DEL PARTIDO EN EL EXILIO

“Yo estuve seis años y medio en el exilio. El mayor tiempo del trabajo del Partido estuvo encabezado afuera por el compañero Volodia. Quiero expresar que, a mi juicio, tanto él como los compañeros Américo Zorrilla, Orlando Millas y otros hicieron un gran trabajo en varios aspectos, preocupados por ayudar al Partido del Interior…”

LA COMISIÓN POLÍTICA HA TENIDO UN PODER MUY GRANDE

“Los errores hay que analizarlos buscando no sólo ni tanto los responsables individuales de los mismos, sino ante todo las causas y condiciones en que fue posible que se dieran. Esto es lo que permite una corrección a fondo. Tengo la profunda convicción que hay que revisar también no pocas concepciones que tienen que ver con el funcionamiento del Partido y particularmente con sus órganos dirigentes. La Comisión Política ha tenido de hecho, desde hace por lo menos 50 años, un poder político tan grande que niega en la práctica el papel de máxima autoridad que tiene el Comité Central entre uno y otro Congreso. Así se explica el hecho de que no hayamos informado de las discrepancias.

En los últimos años el Comité Central se reúne con mayor frecuencia. Se le consulta y opina más a menudo. Es un paso positivo pero insuficiente porque no resuelve el problema de la concentración del poder en órganos reducidos. De la concentración del mismo en pocas manos, incluso en una, no hay muchos pasos. Es en este marco en que se pueden manifestar y se manifiestan más fácilmente los rasgos personales negativos, los métodos administrativos, el autoritarismo y la prepotencia…”

UN DESATINO IMPERDONABLE

“Es indiscutible que si hay responsabilidades colectivas e individuales, éstas últimas corresponden, en primer término, al que ha encabezado el Partido, aunque otros hayan sido los protagonistas directos de los hechos que tienen que ver con los errores. De otra parte, la responsabilidad de los errores, como las palmas que acompañan a los éxitos, son en alguna medida compartidas. Cito un hecho. Ha sido un desatino, una muestra de conservadurismo imperdonable que una misma persona haya estado en la Secretaría General del Partido durante 31 años. Ya en 1970 planteé en la Comisión Política la necesidad de que se analizara si debía o no continuar en el puesto, en consideración al hecho de que entonces entrábamos a ser un partido de gobierno y bien yo podría no tener dedos para el piano en esa nueva etapa de nuestras vidas. De nuevo, hace casi dos años, en 1987, expuse ante la Comisión Política la necesidad de mi relevo y lo ratifiqué por escrito en junio del año pasado.

HÁBITOS INSANOS

Digo todo esto no para relevarme de responsabilidades por la anomalía que comento, ni para descargarla sobre mis compañeros de Dirección, sino para señalar cuán arraigados están entre nosotros algunos hábitos insanos que hacen que el cambio de Secretario deje de ser un acto normal y aparezca como algo muy complicado. Hemos tenido que incorporar –y espero que se apruebe- a los estatutos una norma a este respecto para corregir estas deficiencias. Ahora viene el relevo. A esta altura sólo cabe decir que más vale tarde que nunca. Por mi parte, estoy dispuesto a seguir colaborando con la Dirección del Partido y trabajando allí donde más pueda ser útil a la causa. Para mis compañeros de la Dirección de ayer y de hoy tengo mis mejores sentimientos.”

(Ediciones, Impresora y Distribuidora de Publicaciones El Siglo: “Intervenciones de Delegados al XV Congreso Nacional del Partido Comunista de Chile realizado en mayo de 1989”. Santiago, Enero de 1990. Páginas 19, 20 21, 22 y 23. Los subtítulos son nuestros)

HAN TRASCURRIDO 29 AÑOS

Pasaron 29 años desde que tuvo lugar el Congreso de 1989. Nos preguntamos ¿cuáles de las falencias señaladas por el compañero Corvalán aún subsisten? ¿Cuáles han sido superadas?

Desde luego, hoy echamos de menos una valiente autocrítica como la realizada por el compañero Corvalán.