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Día Internacional de la Mujer

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

8 de marzo de 1857. La fábrica textil “Cotton” de Nueva York, estaba ocupada por sus trabajadoras, que habían declarado una huelga. Todas ellas, 129, murieron horriblemente quemadas. Jamás la “Justicia” estadounidense aclaró el origen del siniestro.

Los días 26 y 27 de agosto de 1910 se realizó en Copenhague (Dinamarca) el Primer Congreso Mundial de Mujeres Socialistas. En ese evento la dirigente revolucionaria Clara Zetkin, una maestra alemana que dedicó toda su vida al movimiento femenino, propuso que el 8 de marzo fuese declarado Día Internacional de la Mujer, como una forma de que cada año las mujeres de todo el mundo rindieran homenaje a las 129 obreras mártires, que murieron defendiendo sus derechos.

Los actos del Día Internacional de la Mujer se generalizaron en toda la tierra a partir de 1921.

En Chile se conmemoró por primera vez el 8 de marzo de 1936. El homenaje fue organizado por el Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena, MENCH, que se había fundado el 11 de mayo de 1935. En el MENCH participaban, entre otras, María Marchant, profesora de inglés, dirigente del magisterio y regidora de la Comuna de Ñuñoa, Olga Poblete, catedrática de historia, dirigente del profesorado y una personalidad mundial de la lucha por la Paz. También destacaron en el MENCH, Elena Caffarena, Marta Vergara, Armanda Peroti, Aída Yávar.

El 29 de octubre de 1944, bajo la presidencia de la educadora Amanda Labarca, se inauguró en Santiago el Primer Congreso Nacional de Mujeres en el salón de honor de la Universidad de Chile. En él surgió la Federación Chilena de Instituciones Femeninas, FECHIF.

Los actos del Día Internacional de la Mujer siempre han sido importantes. Pero hubo uno que tuvo especial significado. Fue el caupolicanazo de las mujeres del 8 de marzo de 1978, en plena dictadura de Pinochet. Fue un acto unitario y combativo. El más grande efectuado por mujeres hasta esa fecha en Chile. Y en él hubo una nota emotiva: actuó por primera vez el conjunto folklórico de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. A última hora la dictadura intentó impedir su realización, pero la decisión y firmeza de las mujeres que estaban a su cabeza sacaron la concentración adelante.

Rosa Luxemburgo, la “rosa roja”

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Nació en la ciudad de Zamosc, Polonia, el 5 de marzo de 1870. Era muy pequeña cuando su familia se trasladó desde la localidad campesina de Zamosc hacia Varsovia. Allí transcurrió su niñez. Rosa sufrió una enfermedad de la cadera, mal diagnosticada, que la dejó convaleciente durante un año y le produjo una leve cojera que duró toda su vida. Perteneciente a una familia de comerciantes, siente en carne propia el peso de la discriminación, como judía y como polaca en la Polonia parte del imperio zarista.

JOVEN REVOLUCIONARIA

La actividad militante de Rosa comienza a los 15 años, cuando se integra al movimiento socialista. Tenía esa edad cuando varios dirigentes socialistas fueron condenados a morir en la horca, algo que impactó profundamente en la joven estudiante. Cuando cursaba su último año de escuela era ya conocida como políticamente activa. Fue la alumna más sobresaliente en los exámenes finales. Para entonces era militante regular de las células clandestinas del Partido Revolucionario del Proletariado.

Conocedora que la policía la tenía detectada, Rosa salió clandestinamente hacia Zúrich, donde se convirtió en dirigente del movimiento socialista polaco en el exilio. Allí conoció a Leo Jogiches, quien será su amante y compañero personal durante muchos años, y su camarada hasta al final de sus días.

BRILLANTE TEÓRICA MARXISTA

En Zurich, Suiza, estudió economía y derecho. En Basilea contrajo matrimonio con un exiliado socialista alemán y adquirió la nacionalidad alemana. Brillante teórica marxista y polemista aguda, como agitadora de masas lograba conmover a grandes auditorios obreros. Uno de sus lemas favoritos era “primero, la acción”, estaba dotada de una fuerza de voluntad arrolladora. Una mujer que rompió con todos los estereotipos que en la época se esperaban de ella, vivió intensamente su vida personal y política.
Trabajó como periodista y continuó con las actividades políticas. Sobresalió rápidamente por su inteligencia, sus conocimientos y su capacidad. Hablaba once idiomas. Jugó un destacado papel como dirigente de la socialdemocracia, como se denominaban entonces las organizaciones revolucionarias.

CONTRA EL REVISIONISMO DE BERNSTEIN

Después de graduarse como Doctora en Ciencias Políticas -algo inusual para una mujer en ese entonces-, finalmente decidió trasladarse a Alemania para integrarse en el SPD, el centro político de la Segunda Internacional. Allí conoció a Clara Zetkin, con quien selló una amistad que dura toda la vida.

En Berlín desde 1898, Rosa se propuso medir sus armas teóricas con uno de los integrantes de la vieja guardia socialista, Eduard Bernstein, quien había comenzado una revisión profunda del marxismo. Según él, el capitalismo había logrado superar sus crisis y la socialdemocracia podía cosechar victorias en el marco de una democracia parlamentaria que parecía ensancharse crecientemente, sin revoluciones ni lucha de clases. El “debate Bernstein” sumó muchas plumas, sin embargo, fue Rosa Luxemburgo quien desplegó la refutación más aguda en el folleto “Reforma o Revolución”.

EL IMPACTO DE LA REVOLUCIÓN DE 1905

La revolución rusa de 1905, la primera gran explosión social en Europa después de la derrota de la Comuna de París, fue sentida como una bocanada de aire fresco por Rosa Luxemburgo. Escribió artículos y recorrió mítines como vocera de la experiencia rusa en Alemania, hasta que logra introducirse de forma clandestina en Varsovia para participar de forma directa en los acontecimientos. Es el “momento en que la evolución se transforma en revolución”, escribe Rosa. “Estamos viendo la revolución rusa, y seríamos unos asnos si no aprendiéramos de ella.”

La revolución de 1905 abrió importantes debates que dividieron a la socialdemocracia. En esta cuestión, Rosa Luxemburgo coincidía con Lenin, frente a los mencheviques, defendiendo que la clase trabajadora tenía que jugar un papel protagónico en la futura revolución rusa, enfrentada a la burguesía liberal.

CONTRA LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Fue una decida opositora a la Primera Mundial. Planteaba, a diferencia de los dirigentes de la Segunda Internacional, que los obreros no debían participar en una guerra llevada a cabo por los gobiernos oligárquicos capitalistas, porque la verdadera lucha estaba entre el capitalismo y el proletariado.

EL GRUPO SPARTAKUS

Karl Liebknecht, Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin y otros revolucionarios fundaron hacia 1916 el movimiento Spartakus. Este grupo, durante la Revolución de 1918 realizó enorme actividad intentando conducir ese movimiento en forma similar a la revolución bolchevique de Rusia. Para ello hizo circular publicaciones marxistas.

En diciembre de 1918, la Liga decidió adherirse a la Internacional Comunista y adoptó el nombre departido Comunista de Alemania (KPD, Kommunistische Partei Deutschlands).

FRENTE A LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE

La revolución rusa de 1917 encontró en Rosa Luxemburgo una firme defensora. Sin dejar de plantear sus diferencias y críticas, sobre el derecho a la autodeterminación o acerca de la relación entre la asamblea constituyente y los mecanismos de la democracia obrera -sobre esta última cuestión cambia de posición después de salir de la cárcel en 1918-, Rosa Luxemburgo escribe que “los bolcheviques representaron todo el honor y la capacidad revolucionaria de que carecía a social democracia occidental. Su Insurrección de Octubre no sólo salvó realmente la Revolución Rusa; también salvó el honor del socialismo internacional.”

Cuando la sacudida de la revolución rusa impacta directamente en Alemania en 1918 con el surgimiento de consejos obreros, la caída del káiser y la proclamación de la República, Rosa aguarda impaciente la posibilidad de participar directamente de ese gran momento de la historia.

COBÁRDEMENTE ASESINADOS

Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo

La noche del 15 de enero de 1919 en Berlín, fue detenida Rosa Luxemburgo: una mujer indefensa con cabellos grises, demacrada y exhausta. Una mujer mayor, que aparentaba mucho más de los 48 años que tenía. Uno de los soldados que la rodeaban, le obligó a seguir a empujones, y la multitud burlona y llena de odio que se agolpaba en el vestíbulo del Hotel Eden, la recibió con insultos. Ella alzó su frente ante la multitud y miró a los soldados y a los huéspedes del hotel que se mofaban de ella con sus ojos negros y orgullosos. Y aquellos hombres en sus uniformes desiguales, soldados de la nueva unidad de las tropas de asalto, se sintieron ofendidos por la mirada desdeñosa y casi compasiva de Rosa Luxemburgo.

La insultaron: “Rosita, ahí viene la vieja puta”. Ellos odiaban todo lo que esta mujer había representado en Alemania durante dos décadas: la firme creencia en la idea del socialismo, el feminismo, el antimilitarismo y la oposición a la guerra, que ellos habían perdido en noviembre de 1918. En los días previos los soldados habían aplastado el levantamiento de trabajadores en Berlín. Ahora ellos eran los amos. Y Rosa les había desafiado en su último artículo:

«¡El orden reina en Berlín! ¡Ah! ¡Estúpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden está levantado sobre arena. La revolución se erguirá mañana con su victoria y el terror asomará en vuestros rostros al oírle anunciar con todas sus trompetas: ¡Yo fui, yo soy, yo seré!».

La empujaron y golpearon. Rosa se levantó. Para entonces casi habían alcanzado la puerta trasera del hotel. Afuera esperaba un coche lleno de soldados, quienes, según le habían comunicado, la conducirían a la prisión. Uno de los soldados se fue hacia ella levantando su arma y le golpeó en la cabeza con la culata. Ella cayó al suelo. El soldado le propinó un segundo golpe en la sien. El hombre se llamaba Runge.

El rostro de Rosa Luxemburgo chorreaba sangre. Runge obedecía órdenes cuando golpeó a Rosa Luxemburgo. Poco antes él había derribado a Karl Liebknecht con la culata de su fusil. También a él lo habían arrastrado por el vestíbulo del Hotel Eden.

Los soldados levantaron el cuerpo de Rosa. La sangre brotaba de su boca y nariz. La llevaron al vehículo. Sentaron a Rosa entre los dos soldados en el asiento de atrás. Hacía poco que el coche había arrancado cuando le dispararon un tiro a quemarropa.

La noche del 15 de enero de 1919 los hombres del cuerpo de asalto asesinaron a Rosa Luxemburgo. Arrojaron su cadáver desde un puente al canal. Al día siguiente todo Berlín sabía ya que la mujer que en los últimos veinte años había desafiado a los poderosos y que había cautivado a los asistentes de innumerables asambleas, estaba muerta.

Meses después, el 31 de mayo de 1919, se encontró el cuerpo de una mujer junto a una esclusa del canal. Se podía reconocer los guantes de Rosa Luxemburgo, parte de su vestido, un pendiente de oro. Pero la cara era irreconocible, ya que el cuerpo hacía tiempo que estaba podrido. Fue identificada y se le enterró el 13 de junio de 1919.

EL PROFUNDO OPTIMISMO DE UNA REVOLUCIONARIA

Un año antes, en una carta desde la prisión dirigida a Sophie Liebknecht, en la víspera del 24 de diciembre de 1917, Rosa escribía con un profundo optimismo sobre la vida: “Es mi tercera navidad tras las rejas, pero no lo tome a tragedia. Yo estoy tan tranquila y serena como siempre. (…) Ahí estoy yo acostada, quieta y sola, envuelta en estos múltiples paños negros de las tinieblas, del aburrimiento, del cautiverio en invierno (…) y en ese momento late mi corazón con una felicidad interna indefinible y desconocida. (…) Yo creo que el secreto no es otra cosa más que la vida misma: la profunda penumbra de la noche es tan bella y suave como el terciopelo, si una sabe mirarla.”

ASÍ LA RECORDABA CLARA ZETKIN

Clara Zetkin, tal vez quien más la conocía, escribió sobre su gran amiga y camarada Rosa Luxemburgo, compartiendo ese optimismo después de su muerte:

“En el espíritu de Rosa Luxemburgo el ideal socialista era una pasión avasalladora que todo lo arrollaba; una pasión, a la par, del cerebro y del corazón, que la devoraba y la acuciaba a crear. La única ambición grande y pura de esta mujer sin par, la obra de toda su vida, fue la de preparar la revolución que había de dejar el paso franco al socialismo. El poder vivir la revolución y tomar parte en sus batallas, era para ella la suprema dicha (…) Rosa puso al servicio del socialismo todo lo que era, todo lo que valía, su persona y su vida. La ofrenda de su vida, a la idea, no la hizo tan sólo el día de su muerte; se la había dado ya trozo a trozo, en cada minuto de su existencia de lucha y de trabajo. Por esto podía legítimamente exigir también de los demás que lo entregaran todo, su vida incluso, en aras del socialismo. Rosa Luxemburgo simboliza la espada y la llama de la revolución, y su nombre quedará grabado en los siglos como el de una de las más grandiosas e insignes figuras del socialismo internacional.”

A 99 años de la fundación de la Internacional Comunista

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

ANTECEDENTES

En 1864 nació en Londres, fundada entre otros por Karl Marx y Friedrich Engels, la Asociación Internacional de los Trabajadores o Primera Internacional, que por primera vez en la historia agrupaba a los trabajadores de distintos países. Esta se disolvió en 1876.
En 1889, Friedrich Engels promovió la creación de la Segunda Internacional, creada en París. Agrupó a los partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas, formando un amplio bloque internacional de partidos de izquierda, adheridos todos en mayor o menor grado a las doctrinas del socialismo.

LA TRAICIÓN DE LOS REFORMISTAS

Al comenzar la Primera Guerra Mundial en 1914, los dirigentes de la Segunda Internacional –traicionando los principios del internacionalismo proletario- llamaron a los trabajadores a defender su patria, es decir a matarse entre ellos en aras de los intereses de los capitalistas de sus respectivos países.

Los sectores revolucionarios celebraron la Conferencia de Zimmerwald en septiembre de 1915 y la Conferencia de Kienthal en abril de 1916. Ambas en Suiza. En estas conferencias las organizaciones revolucionarias manifestaron su ruptura con la Internacional Socialista y se convirtieron en la base de la III Internacional, construida por los partidos socialistas que se habían opuesto a la guerra.

SE CREAN CONDICIONES PARA UNA NUEVA INTERNACIONAL

La Revolución Rusa abrió una nueva época de la humanidad. Tras el triunfo de los bolcheviques, se inició una guerra civil, en la cual el poder soviético se defendió de los ejércitos de 14 países que invadieron el país de los soviets para intentar frenar la revolución.
Los capitalistas del mundo entero estaban alarmados por el hecho que la clase obrera y los campesinos se hubieran tomado el poder político por vía violenta y estuvieran construyendo una nueva sociedad. En todo el mundo el proletariado celebró este hecho.
En muchos lugares se desarrollaba el movimiento obrero: La revolución comenzó a avanzar en Europa. En Austria, venía desarrollándose el movimiento revolucionario. En Hungría, fue proclamada la República de los Soviets. La oleada revolucionaria hizo aparecer a los Partidos Comunistas en Europa. Esto creó una base real para la unificación de los Partidos Comunistas en la Tercera Internacional, en la Internacional Comunista.

SURGE LA INTERNACIONAL COMUNISTA

Convocado por Lenin, tuvo lugar en Moscú, entre el 2 y el 6 de marzo de 1919 el Primer Congreso de los Partidos Comunistas de varios países. Durante su desarrollo, el 4 de marzo de 1919, a iniciativa de Lenin y de los bolcheviques, fue fundada la Internacional Comunista o Tercera Internacional, también llamada Comintern. Aunque el bloqueo y las persecuciones de los imperialistas impidieron a muchos delegados llegar a Moscú, tomaron parte en este primer Congreso representantes de los más importantes países de Europa y América. El Congreso fue dirigido por Lenin.

LOS CONGRESOS DE LA INTERNACIONAL

La Internacional Comunista celebró siete congresos mundiales. En el ya mencionado Primer Congreso Mundial de la Internacional Comunista, se abordó el tema la “democracia burguesa y la dictadura del proletariado” y la necesidad de difundir el sistema de soviets. Se nombró al dirigente bolchevique ruso Grigori Zinoviev presidente del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista (CEIC), que era la máxima autoridad de la III Internacional durante el periodo entre los congresos. En este primer Congreso se determinó la tajante separación entre comunistas y socialistas, y se definió el programa de “expansión revolucionaria” por el cual los delegados comunistas trabajarían para obtener el poder en sus respectivos países siguiendo el modelo de la Revolución Rusa.

El Segundo Congreso Mundial de la Internacional Comunista se reunió en Moscú, entre el 19 de julio y el 7 de agosto de 1920. En este congreso se insistió en la necesidad de propagar el sistema de soviets entre el proletariado y así formar grupos de militantes aptos para tomar el poder y ejercer funciones administrativas, dejando de lado la sola política partidaria. Debido a las numerosas organizaciones socialdemócratas que solicitaban el ingreso a la Internacional, se acordaron las 21 condiciones previas que debía cumplir todo partido político para la adhesión a la Internacional, y se aprobaron los primeros estatutos.

El Tercer Congreso Mundial de la Internacional Comunista se celebró entre el 22 de junio y el 12 de julio de 1921 en Moscú. En él, se combatieron las posturas ultraizquierdistas de algunos partidos comunistas. También se trató acerca de la importancia de incorporar a las mujeres trabajadoras al movimiento comunista.

El Cuarto Congreso Mundial de la Internacional Comunista tuvo lugar en Moscú, entre el 30 de noviembre y el 5 de diciembre de 1922. En él, se profundizó en las tácticas del llamado “frente único”.

El Quinto Congreso Mundial de la Internacional Comunista se celebró en Moscú, entre junio y julio de 1924, después de la muerte de Lenin.

El Sexto Congreso Mundial de la Internacional Comunista tuvo lugar entre julio y septiembre de 1928 en Moscú. Se aprobó la consigna de “clase contra clase”, que marcó el comienzo del llamado “Tercer Periodo”.

En 1934 el comunista búlgaro Georgi Dimitrov, residente en la URSS, fue elegido para dirigir la Internacional Comunista hasta su disolución.

EL SÉPTIMO CONGRESO DE LA INTERNACIONAL

Del 25 de julio al 20 de agosto de 1935 se realizó en Moscú el VII Congreso de la Internacional Comunista. Concurrieron 513 delegados de 65 partidos comunistas y organizaciones afines. Estuvieron presentes personalidades como Dolores Ibarruri, Ho Chi Ming, Palmiro Togliatti, Jorge Dimitrov. También Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile.
Ese importante evento mundial llamó a constituir amplios frentes antifascistas en todos los países, los frentes populares, y crear gobiernos de frente único antifascista.

ASÍ LO RECORDABA CARLOS CONTRERAS LABARCA

“Yo era entonces el Secretario General del Partido Comunista de Chile y en tal carácter participé oficialmente en las sesiones del VII Congreso de la Internacional. Fue una distinción muy grande para nuestro Partido, que venía saliendo del período de la dictadura de Ibáñez, que nos había causado mucho daño. Éramos un partido pequeño, pero muy activo, muy combativo, y fue seguramente a la luz de esos antecedentes que la Internacional Comunista consideró conveniente dar a los comunistas chilenos la oportunidad de presenciar y participar en un torneo de tan extraordinaria importancia, en el que se trataba de diseñar la estrategia y la táctica a seguir en la lucha contra el fascismo y el peligro de la guerra. Fue debido a eso, seguramente, que se me hizo el honor, con gran sorpresa de mi parte, de participar en la Comisión de Mandatos, comisión que, como se sabe, es la llave de un congreso, y se me ofreció luego, en sesión de asamblea, la posibilidad de hablar cerca de una hora, lo que es realmente excepcional en eventos como ése.
En el VII Congreso participaron 76 partidos y organizaciones, de los cuales sólo 22 eran de carácter legal. Los delegados eran en total 513. La Presidencia honoraria le fue conferida al héroe del pueblo alemán, dirigente de su Partido Comunista, Ernesto Thaelmann, y otro alemán, Wilheim Pieck, miembro del Comité Ejecutivo, tuvo a su cargo el informe general del trabajo de la Internacional Comunista. Después apareció en la tribuna el compañero Dimitrov”.

AUTODISOLUCIÓN DE LA INTERNACIONAL

La autodisolución fue acordada el 15 de mayo de 1943 por el Presidium de la Internacional Comunista. En resolución de esa fecha se señaló: “Disolver la Internacional Comunista como centro dirigente del movimiento obrero internacional, liberar a las Secciones de la Internacional Comunista de las obligaciones derivadas de los Estatutos y resoluciones de los Congresos de la Internacional Comunista” (Citado en “Principios” Nº 24, junio de 1943, página 4).

Gladys Marín Millie (1942-2005)

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

El domingo 6 de marzo de 2005, dejó de latir el corazón de la única mujer que ha ocupado la máxima responsabilidad en el Partido Comunista de Chile, la compañera Gladys del Carmen Marín Millie.
Había nacido en Curepto, el 16 de julio de 1941. Su madre, Adriana Millie, era maestra primaria. Su padre, Heraclio Marín, campesino.
Pronto el padre abandonó la familia y doña Adriana debió hacerse cargo de sus cuatro hijas.

PRESIDENTA DE LA FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES NORMALISTAS

En 1945 la familia se trasladó a la localidad de Sarmiento; después a Talagante. En esa ciudad, Gladys asistió a la escuela primaria y participó en organizaciones cristianas, llegando a ser Presidenta de la Acción Católica. La enseñanza media la recibió en el Liceo Nº 5 de Santiago. Ingresó a la Escuela Normal Nº 2 de Santiago. Se distinguió entre el alumnado por sus cualidades de líder, siendo elegida Presidenta de la Federación de Estudiantes Normalistas.

SE INCORPORA A LAS JUVENTUDES COMUNISTAS

En 1957 se tituló como profesora. Ejerció como maestra en la Escuela Nº 130 para niños con deficiencias mentales, que funcionaba al interior del Hospital Psiquiátrico, en la avenida Santos Dumont.

En 1958 ingresó a las Juventudes Comunistas.

CUANDO LA CONOCÍ

Fue en el IV Congreso Nacional de las Juventudes Comunistas de Chile, realizado en Santiago entre el 20 y el 23 de febrero de febrero. El sábado 20 se inauguró con un gran acto en el Parque Bustamante, junto al monumento de Manuel Rodríguez. Este comenzó con un hermoso festival folklórico, cuya figura central fue Violeta Parra.

En la mañana del domingo 21, con gran despliegue y combatividad, cientos de jóvenes venidos de todas las provincias y muchos de la capital, nos congregamos en el Teatro Balmaceda para escuchar el Informe Central, rendido por el compañero Manuel Cantero.
Finalizado éste, se anunció que, en nombre del Partido, hablaría el miembro de su CC, Juan Vargas Puebla. Entonces, nos pusimos de pie y cantamos La Internacional.

El Congreso continuó por la tarde con una asamblea plenaria en la sede del CC del Partido, en Teatinos 416. Después los 134 delegados nos dividimos en cinco comisiones y nos fuimos a sesionar en el local de la FECH. Proseguimos el lunes 22 con el trabajo de comisiones.
En el último día, martes 23 de febrero, hubo votaciones para designar el Comité Central. Resulté reelegido. Éramos 25 miembros, entre ellos cuatro compañeras. Una de ellas era Gladys Marín, a quien conocí en ese, para mí, inolvidable evento juvenil. Al constituirse el nuevo CC, elegimos a Mario Zamorano como secretario general.

Finalizó el evento con la intervención de Juan Vargas Puebla en nombre del Comité Central del Partido Comunista de Chile.

SECRETARIA GENERAL DE LAS JJ CC

En 1963, se casó con Jorge Muñoz Poutays, entonces estudiante de Ingeniería, a quien había conocido en 1959 Tuvieron dos hijos: Rodrigo y Álvaro.

En 1965, tuvo lugar la VI Conferencia Nacional de las Juventudes Comunistas. El Secretario General Mario Zamorano fue promovido al Partido. Gladys Marín pasó a ser la máxima autoridad de las JJ CC.
En ese mismo año fue elegida diputada comunista por el Segundo Distrito de Santiago, que estaba formado por entonces por las comunas de Renca, Conchalí, Recoleta, Independencia, Colina. Tiltil, Talagante, Curacaví, Quinta Normal y Barrancas (actual Pudahuel). Gladys tenía por entonces 23 años de edad.

En 1966 se desarrolló el V Congreso Nacional de las JJ CC, y en 1969 el VI Congreso. En ambos, Gladys Marín fue reelegida Secretaria General.

REELEGIDA DIPUTADA COMUNISTA POR TERCERA VEZ

En las elecciones parlamentarias 1969 volvió a ser electa diputada por el Segundo Distrito.

En 1972 en el VII Congreso de las Juventudes Comunistas de Chile, nuevamente Gladys Marín resultó reelegida Secretaria General.

En marzo de 1973 se efectuaron importantes elecciones parlamentarias en las que la posición pretendía obtener una contundente victoria y poder derrocar constitucionalmente al Presidente Allende.

No lo lograron. Gladys Marín, por tercera vez postuló en el Segundo Distrito y salió elegida con una alta votación, ejerciendo ese cargo hasta el golpe fascista.

EXILIO Y RETORNO CLANDESTINO

Luego del golpe fascista del 11 de septiembre de 1973, contra su voluntad y acatando instrucciones de su Partido, se asiló en la Embajada de Holanda, donde permaneció ocho meses y luego salió al exilio. Jorge Muñoz, su compañero, quedó en Chile. En diciembre de 1976 fue detenido por agentes de Pinochet y hasta hoy forma parte de la lista de patriotas detenidos-desaparecidos.

En enero de 1978 tuvo lugar en Budapest (Hungría) un Pleno del Comité Central de las Juventudes Comunistas de Chile. Informó Gladys Marín, que ese mismo año retornó clandestinamente a la patria. Con audacia y valor luchó contra la dictadura. Encabezó la dirección interna del Partido hasta el XIX Congreso clandestino, realizado en San Sebastián en mayo de 1989. Fue uno de los combatientes que, de verdad, contribuyeron a que terminara la noche del terrorismo de Estado.

En marzo de 1990 finalizó la dictadura.

EN EL XVI CONGRESO METROPOLITANO

En Julio de 1994 se desarrolló el Congreso Regional Metropolitano. Tanto en la Comisión en que participé, como en la plenaria final, enfaticé en la necesidad de llevar la proposición de cambiar la enumeración de los Congresos Nacionales del Partido y que el XVI se convirtiera en el XX.

Ocurrió que, terminada la sesión plenaria, me encontré con los miembros de la Comisión redactora de las conclusiones del Congreso Regional, que me dijeron que no iba mi proposición, porque ello no había quedado claro como una resolución. Estábamos en esa discusión cuando pasó la compañera Gladys. Le expliqué de lo que se trataba y ella dijo: “Iván tiene razón, la proposición que él hizo fue aprobada. Debe ir en las resoluciones del Congreso Regional”.

EL CONGRESO QUE SE INICIÓ COMO EL XVI

Mi propuesta, apoyada por la compañera Gladys Marín, se incorporó al Informe entregado el 11 de agosto de 1994 por el compañero Volodia Teitelboim, secretario general del Partido, ante el XVI Congreso Nacional del Partido Comunista. En él planteó:
“Después del XV Congreso, tras el análisis de su historia, se resolvió establecer como fecha de fundación de nuestro Partido el 4 de junio de 1912. Tomando en cuenta los Congresos nacionales realizados por el Partido Obrero Socialista, queremos proponer a esta magna reunión que este XVI Congreso pase a llamarse el XX Congreso del Partido fundado por Recabarren, del Partido Comunista. Corresponde pronunciarse democráticamente sobre esta proposición”.

Fue aprobada por unanimidad. Así, este evento partidario, iniciado con el número XVI, finalizó como el XX Congreso del Partido Comunista de Chile.

SECRETARIA GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA

En ese Congreso, se eligió un nuevo Comité Central, que designó a Gladys Marín Secretaria General del Partido.

En las elecciones parlamentarias de 1997 fue presentada como candidata al Senado por la VII Circunscripción Santiago Oriente. Obtuvo 174.780 votos, el 15,69%, que correspondió a la cuarta mayoría nacional. Pero no fue elegida. Lo impidió la nueva ley maldita, el sistema binominal, impuesto por la dictadura.
En octubre de 1998 tuvo lugar el XXI Congreso del PC. Fue reelegida Secretaria General.

LA PRIMERA QUERELLA CONTRA PINOCHET

Gladys Marín fue una incansable luchadora por los derechos humanos. El 12 de enero de 1998 interpuso la primera querella contra el ex dictador Augusto Pinochet.

CANDIDATURA PRESIDENCIAL

En las elecciones presidenciales del domingo 12 de diciembre de 1999 el Partido Comunista llevó como candidata a Gladys Marín. Gladys obtuvo el 3.19% de los votos válidamente emitidos.

PRESIDENTA DEL PARTIDO COMUNISTA

En el XXII Congreso realizado en Santiago del 31 de octubre al 3 de noviembre de 2002 pasó a ocupar el cargo de Presidenta del Partido Comunista. La primera mujer en tener ese honor.

SU ENFERMEDAD

El 25 de septiembre de 2003 fue internada en una clínica de Santiago. Se le diagnosticó cáncer cerebral. El 1 de octubre viajó a Estocolmo (Suecia) para ser intervenida en la Clínica Karoliska. El 19 de octubre llegó a La Habana (Cuba) para iniciar un proceso de rehabilitación dispuesto por su amigo personal, Fidel Castro. En el 2004, aún permaneciendo en ese país, fue nuevamente operada de una necrosis de tejidos.

En octubre de 2004 volvió a Chile. El 7 de noviembre regresó a Cuba para retornar a Chile un mes después.

Condecorada por Fidel Castro con la Orden José Martí en La Habana el viernes 12 de marzo de 2004.

EMOTIVO RECIBIMIENTO EN SANTIAGO

A las seis de la mañana del domingo 14 de marzo de 2004 aterrizó en el Aeropuerto Arturo Merino Benitez de Santiago el avión en venía desde Cuba, Gladys Marín, luego de permanecer cinco meses de tratamiento en la Isla. Llegó con un ramo de flores en sus manos y un rojo pañuelo cubriéndole la cabeza. Feliz se dirigió a los cientos de personas que la esperaban y dijo: “Estoy muy emocionada con el apoyo que me ha dado mi pueblo”.

UN DOMINGO EN QUE NO BRILLÓ EL SOL

Con su proverbial valor, Gladys libró la batalla contra el cáncer hasta sus últimas fuerzas, rodeada del cariño de millones de demócratas de toda la tierra.

Falleció a la una de la mañana del domingo 6 de marzo de 2005 en su casa de Lo Cañas ubicada en la comuna de La Florida, Santiago. Sus restos fueron trasladados, entre una impresionante cadena humana que se extendió desde su hogar al ex Congreso Nacional. Allí tuvo lugar un multitudinario velatorio. Miles y miles de personas llegaron a rendirle homenaje. El Gobierno decreto dos días de duelo oficial. Un periódico la llamó “la roja de todos”.

Hacen guardia de honor, entre otros, el músico Lalo Parra, la actriz Rosa Ramírez y el escritor Pedro Lemebel.

LA MÁS MULTITUDINARIA DESPEDIDA HASTA HOY

Miles y miles de chilenos la sintieron suya. Por eso, esa multitud de gente sencilla y de personalidades, que le tributaron el 8 de marzo de 2005 la más masiva despedida conocida hasta hoy en Chile.
Gladys Marín Millie, maestra primaria, entregó sus lecciones de valor, heroísmo, consecuencia y claridad política, a una escuela multitudinaria, cuyos alumnos son aquellos que, siguiendo su ejemplo, construirán el Chile del mañana.

EL PUEBLO NO OLVIDA A SU HEROÍNA

Entre más transcurre el tiempo en vez del olvido, aumenta el cariño, la admiración y el respeto para la maestra normalista, que entregó su vida entera a la causa de los más humildes, de los explotados.
El recuerdo de esa mujer valiente y combativa está sembrado en la consciencia y el corazón de quienes luchan, como ella lo hizo, por construir la primavera de los pueblos. Por el derecho de todos a vivir en paz; a compartir el pan, la felicidad y la poesía.

¡Gladys, presente! ¡Ahora y siempre!

Ernst Thälmann

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

“Ser soldado de la revolución significa: guardar fidelidad infrangible a la causa, una fidelidad que se comprueba tanto en la vida, como en la muerte; significa demostrar absoluta fiabilidad, confianza, audacia y energía en cualquier situación.” Ernst Thälmann

El 3 de marzo de 1933, la Gestapo arrestó a Ernst Thälmann en Berlín. No. fue juzgado. Los nazis no quisieron correr el riesgo que se repitiera lo ocurrido en el juicio de Dimitrov, cuando éste dirigente comunista búlgaro demostró que los cargos en su contra por haber incendiado el Reichstag eran falsos.

Para su cumpleaños número 50, el 16 de abril de 1936, estando en prisión, Thälmann recibió saludos de todo el mundo, incluyendo los de Máximo Gorki y Heinrich Mann. Ese mismo año estalló la Guerra Civil Española, y dos batallones de las Brigadas Internacionales se nombraron en honor de Ernst Thälmann.

SUS INICIOS

Ernst Thälmann nació en Hamburgo, Alemania, el 16 de abril de 1886. Desde los 8 años de edad trabajó en un barco carguero. Cuando realizó su servicio militar, le dieron de baja pronto, pues ya lo veían como un peligroso agitador político.
El 14 de enero de 1915, se casó con Rosa Koch. Hacia finales de 1917 se hizo miembro del Partido Socialdemócrata Independiente, de Alemania (USPD).

SE INCORPORA AL PARTIDO COMUNISTA

En noviembre de 1920 se incorporó al KPD (Kommunistische Partei Deutschlands). Un mes más tarde fue elegido miembro de su comité central. En marzo de 1921 lo despidieron de su trabajo debido a sus actividades políticas. Ese mismo año, Thälmann participó en el Tercer Congreso de la Internacional Comunista, realizado en Moscú, representando al KPD.

LA FRACASADA SUBLEVACIÓN DE 1923

El 18 de junio de 1922 miembros nacionalistas de extrema derecha intentaron asesinarlo, lanzándole una granada de mano. Su esposa e hija resultaron heridas.
Thälmann ayudó a organizar la Sublevación de Hamburgo del 23 al 25 de octubre de 1923. Ésta fracasó. Thälmann debió permanecer clandestino durante un tiempo.
En febrero de 1924 fue nombrado vicepresidente del KPD y, en mayo, del Reichstag (Parlamento alemán).

DIRIGENTE DE LA INTERNACIONAL

Thälmann participó en el Quinto Congreso de la Internacional Comunista, realizado en Moscú entre el 17 de junio al 8 de julio de 1924. En ese evento fue elegido miembro de su Comité Ejecutivo.
El 30 de octubre de ese año fue nombrado presidente del KPD y candidato a la presidencia de Alemania.
En octubre de 1926 apoyó la huelga de obreros de Hamburgo. El 22 de marzo de 1927 Thälmann participó en una manifestación en Berlín, en donde fue herido.

“CLASE CONTRA CLASE”

Entre el 9 de junio e el 14 de junio de 1929, tuvo lugar en Berlín el XII Congreso del KPD. En esa ocasión, Thälmann pronunció un discurso de clara confrontación con el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), que estaba en el gobierno. Ello por la represión llevada a cabo en las jornadas del “mayo sangriento”, en los cuales la policía asesinó a 32 personas, reprimiendo las manifestaciones prohibidas por el Ministro del Interior, Carl Severing, militante del SPD.

Eran los tiempos en que Thälmann y el KPD luchaban contra el SPD como su enemigo político principal, siguiendo la pauta de la Internacional Comunista que declaró a los socialdemócratas “social-fascistas”, en base a la línea ultraizquierdista de “clase contra clase”. (Esta posición se mantuvo hasta 1935, año en que el VII Congreso de la Internacional Comunista, acordó la línea de los amplios frentes populares contra la guerra y el fascismo).

CANDIDATO A LA PRESIDENCIA

En las elecciones presidenciales del 13 de marzo de 1932 se presentaron tres candidatos: Paul von Hindenburg, Adolfo Hitler y Ernst Thälmann. El KPD realizó su campaña con el lema: “un voto para Hindenburg es un voto para Hitler; un voto para Hitler es un voto para la guerra”. Thälmann quedó tercero, obteniendo un 10.2% de los votos. Poco después, Thälmann propuso al SPD la formación de una coalición antifascista, un frente unido contra los nazis.

El KPD en campaña en elecciones presidenciales

Posteriormente, el 30 de enero de 1933, los nazis ganaron las elecciones parlamentarias. Entonces, Thälmann propuso que el SPD y KPD debían organizar una huelga general para derribar Hitler. Pero esto no se logró.

El 7 de febrero de 1933, en una reunión del Comité Central del KPD, ya prohibido por las autoridades, Thälmann planteó la necesidad de un derrocamiento violento del gobierno de Hitler.

FUSILADO EN BUCHENWALD

Buchenwald

El 17 de agosto de 1944, luego de más de 11 años de prisión, Thälmann fue trasladado de la prisión de Bautzen al campo de concentración de Buchenwald.

El 18 de agosto por órdenes de Hitler fue fusilado y su cuerpo quemado inmediatamente. Poco después, las autoridades nazis cínicamente anunciaron que Thälmann había muerto en un ataque aéreo el 23 de agosto.

UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO

Ernst Thälmann fue un consecuente luchador antifascista. En su homenaje, dos batallones de las Brigadas Internacionales que combatieron en España contra el fascismo encabezado por Francisco Franco, llevaron su nombre. Los combatientes por un mundo mejor lo llevamos en nuestras banderas. Es uno de los líderes que marcaron la senda hacia la luz de un futuro esplendoroso.

Papa Pío XII: Su criminal silencio ante los crímenes del nazismo

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Eugenio María Giuseppe Giovanni Pacelli nació en Roma, Italia, el 2 de marzo de 1876. Fue elegido papa el 2 de marzo de 1939 con el nombre de Pío XII, cargo que desempeñó hasta su muerte ocurrida en Castel Gandolfo, Italia, el 9 de octubre de 1958.

EL CONCORDATO CON HITLER

Antes de su elección al papado, Pacelli se desenvolvió como secretario de la Congregación de Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, nuncio papal y cardenal secretario de Estado, desde donde pudo alcanzar la conclusión de varios concordatos internacionales con estados europeos y americanos, entre los que destacó el Reichskonkordat con Hitler, firmado en 1933. Por la parte nazi lo hizo el vicecanciller Franz von Papen; por el Vaticano el Ministro de Relaciones Exteriores, cardenal Pacelli.

Su liderazgo del papa Pío XII al frente de la Iglesia católica durante la Segunda Guerra Mundial sigue siendo motivo de análisis y controversia, principalmente en lo que respecta a su reacción frente a los crímenes del régimen nazi en Europa.

PÍO XII NO SE CONMOVIÓ ANTE EL HOLOCAUSTO JUDÍO

Se conoce el siguiente caso: Jan Karski era un joven católico que fue utilizado como correo por la resistencia polaca para informar sobre la situación de los judíos en el gueto de Varsovia. Casi 60 años después, sus declaraciones resultan estremecedoras sobre la inhibición del Vaticano y de la jerarquía católica frente a las atrocidades que los nazis estaban cometiendo en la capital polaca. Tras jugarse la vida en aquella difícil misión, Karski informó al Gobierno polaco en el exilio del genocidio que se estaba cometiendo. La información llegó a Pío XII, que, según Karski, se negó a condenar los hechos y a protestar ante las autoridades nazis.
Cuando fue elegido Papa en 1939, archivó una carta contra el racismo y el antisemitismo que su predecesor había preparado. Aún tras la llegada al Vaticano de informes sobre el asesinato de judíos, el Papa no llevó a cabo ninguna protesta ni verbal ni por escrito. En diciembre de 1942, se abstuvo de firmar una declaración de los Aliados que condenaba la exterminación de judíos. Cuando los judíos fueron deportados de Roma a Aushwitz, el Papa tampoco intervino. El Papa mantuvo su posición neutral durante la Guerra, con la excepción de algunas apelaciones a los dignatarios de Hungría y Eslovaquia al final de la guerra. Su silencio y la falta de una guía obligaron a los hombres de la Iglesia en toda Europa a decidir por su propia cuenta cómo reaccionar.

TAMPOCO SOLIDARIZÓ CON CATÓLICOS PERSEGUIDOS

Tanto desde Polonia como desde Checoslovaquia, países con mayorías católicas, se lanzaron angustiosos llamamientos contra la represión. Porque si bien las dimensiones del genocidio de los judíos no tienen parangón, el nacionalsocialismo persiguió a todos aquellos católicos que, en nombre de su moral y de sus ideas democráticas, se opusieron al régimen de Hitler. De hecho, un grupo de sacerdotes católicos fue internado en Dachau, al sur de Alemania, en los comienzos de la época nazi.

LA IGLESIA CATÓLICA FRACASÓ

El premio nobel alemán Günter Grass escribió 1972: Creo que al Vaticano no le conviene aparentar hoy esa actitud antifascista que no tuvo en tiempos de Hitler y Mussolini. Por muchos que fueran los sacerdotes católicos y creyentes cristianos que combatieron el fascismo y el nacionalsocialismo, la Iglesia católica (como instancia moral) fracasó desde el punto de vista histórico, dejó a sus creyentes en la estacada, se sometió a otros poderes, más aún, se deshizo de la ética cristiana: mientras se asesinaba, ella se refugiaba en el papel de Pilatos, practicando el lavado de manos. Además fue oportunista; se quedó al margen, por interés táctico, cuando el judío Jesucristo volvía a ser crucificado en la figura de seis millones de judíos, esta vez con modernas herramientas.

CON LA BANDERA PIRATA DEL ANTICOMUNISMO

Las actitudes anticomunistas del papa Pío XII se volvieron más fuertes después de la guerra. En 1948, Pío XII declaró que cualquier italiano católico que apoyara a los candidatos comunistas en las elecciones parlamentarias de ese año sería excomulgado e instó a la Acción Católica para que apoyara a la Democracia Cristiana.
En 1949, autorizó a la Congregación para la Doctrina de la Fe a excomulgar a cualquier católico que militara o apoyara al Partido Comunista.

PAPA PÍO XII, EL PAPA DE LA GUERRA FRÍA

Le tocó ser el papa de la Guerra Fría, y en este contexto su opción fue clara: ferviente anticomunismo y aproximación a la nueva potencia emergente, los Estados Unidos de América. En este sentido resultó determinante su amistad personal con Francis J. Spellman, arzobispo de Nueva York y vicario militar de las fuerzas norteamericanas, al cual nombró cardenal del título de Ss. Giovanni e Paolo (1946).

PERDÓN PARA LOS CRIMINALES DE GUERRA

Terminada la guerra, Pío XII también fue el vocero para instar a la clemencia y al perdón de todas las personas que participaron en la guerra, incluyendo a los criminales de guerra. Así también intercedió, mediante el nuncio apostólico en Estados Unidos, para conmutar las sentencias de los alemanes convictos por las autoridades de ocupación. El Vaticano solicitó el perdón para todos aquellos que estaban condenados a muerte, una vez que se permitió la ejecución de criminales de guerra en 1948.

RECONOCIÓ DICTADURA DE FRANCO

Reconoció explícitamente el régimen surgido en España de la Guerra Civil(1936-1939) En 1953 firmó con el general Franco un concordato que daba base jurídica al llamado “Nacional-catolicismo” español: con notables ventajas para la Iglesia a cambio de la legitimación de aquel sistema.

CONCORDATO CON EL TIRANO RAFAEL TRUJILLO

Pío XII también realizó el concordato con Rafael Trujillo dictador de la República Dominicana en 1954.

FALLECIÓ

Pío XII falleció en Castel Gandolfo, Italia, el 9 de octubre de 1958.

Nace el Frente de Acción Popular

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

En medio del reflujo que vivían las fuerzas democráticas durante el segundo Gobierno de Carlos Ibáñez (1952-1958), como consecuencia de la política antinacional y antipopular que éste aplicaba, el Partido Comunista, junto a Salvador Allende y otros dirigentes revolucionarios, continuaban realizando incansables gestiones por ampliar el Frente del Pueblo.

Y sus esfuerzos dieron resultado. Fue así, como el 29 de febrero de 1956 se fundó el Frente de Acción Popular, FRAP, amplia coalición de la Izquierda. Lo formaron los partidos Comunista, Socialista de Chile, Socialista Popular, Democrático; el Partido del Pueblo, Partido del Trabajo, Partido Radical Doctrinario, la Alianza Nacional de Trabajadores, el Partido de Intransigencia Radical Antiimperialista y la Vanguardia Nacional del Pueblo.

SOBRE LAS BASE DE LA UNIDAD PC-PS

El FRAP se constituyó sobre la base de la unidad de los trabajadores y del entendimiento socialista-comunista. En su nacimiento jugó un papel determinante la unidad de los asalariados, lograda al fundarse la CUT en 1953, que constituyó un significativo aporte al encuentro de la izquierda.

El FRAP fue una coalición en la que participaron dos partidos que tenían líneas tácticas distintas. Por una parte, el Partido Socialista, sostenía la tesis del Frente de Trabajadores; por otra, el Partido Comunista levantaba la línea del Frente de Liberación Nacional.
Luis Corvalán explica al respecto:

Luis Corvalán Lépez

“Nosotros levantamos la política del Frente de Liberación Nacional, concibiendo la necesidad de agrupar a muchas fuerzas, al proletariado, a amplios sectores de las capas medias e incluso a la burguesía nacional, a sectores que, perteneciendo a la burguesía están interesados objetivamente, aunque esto no fuera del todo consciente, en cambios sociales, cambios estructurales, en cambios democráticos en la sociedad chilena…
El Partido Socialista, por su lado, levantaba la política del Frente de Trabajadores, que implicaba una negativa al entendimiento con sectores de la burguesía”.

A PESAR DE LAS DIVERSAS APRECIACIONES

Alonso Daire, en su trabajo “La Política del Partido Comunista desde la Post-Guerra a la Unidad Popular”, publicado en “El Partido Comunista en Chile”, sostiene que las distintas estrategias de los dos partidos obreros “surge de la diferente apreciación que se tiene de la alianza política con la burguesía; de la diferente apreciación de la burguesía nacional y, por tanto, la diferente apreciación también del centro político chileno.

“El proyecto del Frente de Trabajadores del Partido Socialista asumía a la burguesía chilena como una burguesía reaccionaria e incapaz de asumir un rol democrático, y por lo tanto la necesidad de la unidad obrera de realizar cambios revolucionarios que aspiraran al socialismo…” El PS concluye –escribe Alonso Daire- que “no se requiere para realizar las tareas que conducen al socialismo de las fuerzas de centro”. Agrega que “el Partido Socialista no tenía intenciones de atraer a la Democracia Cristiana ni a los Radicales ni al Partido Nacional Popular”

SIMILITUD CON PROGRAMA DEL FRENTE DEL PUEBLO

Resulta interesante constatar que el Programa del FRAP no tenía grandes diferencias con el del Frente del Pueblo. En lo esencial planteaba:

1. Contribuir a alcanzar la unidad obrero-campesina;
2. Realizar una profunda reforma agraria, que expropie los latifundios y entregue la tierra al que la trabaja.
3. Nacionalización de empresas en manos de monopolios extranjeros.
4. Democratización del país, derogación de la Ley de Defensa de la Democracia y otras leyes represivas. Mayor participación política del pueblo; y
5. Política exterior independiente y solidaria con los países que luchan por su independencia.

Este era un programa antiimperialista y antifeudal. Representaba los objetivos del la Revolución Democrático-Burguesa, planteada por el PC. “Pero –como afirma Alonso Daire- el programa del FRAP tampoco es la estrategia ideal del Partido Comunista de Chile. Si consideramos las fuerzas que lo apoyan, constataremos que no había presencia de ningún partido de centro que representara a fracciones de la burguesía nacional de tipo progresista, que era la alianza que exigía el Partido Comunista de Chile para desarrollar y llevar adelante tales cambios”.

UNIDAD DE PARTIDOS OBREROS

La fundación del FRAP fue posible gracias a la actitud unitaria de los partidos obreros. Por una parte, para el PC la unidad con el PS estaba –como lo afirma Leopoldo Benavides en su trabajo “Comentarios en torno a un período de la Historia del Partido Comunista chileno (1950-1970)”, en “El Partido Comunista en Chile”- “por sobre cualquier otra consideración teórica o práctica. Por ello la conformación del FRAP cumple, desde esa perspectiva, en el sentido de la creación de una base popular, sólida y hegemónica, sobre la cual debía constituirse cualquier otra alianza política; de allí que el Partido Comunista acepte en este caso, restringir el carácter del FRAP a una alianza circunscrita a los partidos populares, expresando mucho más la línea del Frente de Trabajadores, preconizada por el Partido Socialista”.

Por otro lado, el Partido Socialista aceptó un programa que correspondía mucho más a la propuesta de la Revolución Democrático-Burguesa expresada por la tesis del Frente de Liberación Nacional del PC. Con plena razón pudo sostener, tiempo después, Carlos Altamirano en una entrevista publicada en “Informa” Nº 7, marzo –abril de 1975:

“En los años en que los partidos socialistas del mundo agitaban un anticomunismo estrecho y consignista y desgarraban a la clase obrera en estériles enfrentamientos internos, nosotros (el Partido Socialista de Chile. Nota del autor) promovíamos la unidad de la clase en una central obrera única y postulábamos la necesidad estratégica del entendimiento de los partidos obreros, reclamando para éstos la hegemonía y conducción del movimiento popular. Este aporte consecuente con la unidad superior de la clase define a nuestro Partido y constituye su principal contribución a las luchas de liberación de nuestro pueblo”

UN BLOQUE ANTIMPERIALISTA

El surgimiento del FRAP creó una nueva correlación de fuerzas en el país. Fue un bloque antiimperialista, que enfrentó a la alianza reaccionaria constituida por conservadores, liberales y radicales. Aunque se debe dejar constancia, que el ala izquierdista del PR participó activamente en el movimiento sindical antiimperialista, formando parte de la directiva nacional de la CUT.
Por otro lado, a partir de ese año, la Falange Nacional –transformada luego en Partido Demócrata Cristiano- comenzó a jugar el papel de contrapeso de la coalición popular.

PARTICIPA EN DOS CAMPAÑAS PRESIDENCIALES

Tanto en las elecciones presidenciales de 1958, como en las de 1964, el Frente de Acción Popular presentó la candidatura de Salvador Allende Gossens. En ambas ocasiones, a pesar de alcanzar altas votaciones, fue derrotada.

En 1958, triunfó el abanderado de la derecha Jorge Alessandri Rodríguez. En 1964, el candidato democratacristiano Eduardo Frei Montalva, que contó con el apoyo de la derecha y del imperialismo estadounidense.
Ambas derrotas, y las lecciones de ellas extraídas, resultaron básicas para forjar la necesaria unidad popular que condujera al triunfo del 4 de septiembre de 1970 y a la primavera de los mil días del Gobierno de Salvador Allende.
Así como el Frente del Pueblo fue el paso previo para el FRAP, éste se constituyó en la base de la Unidad Popular.

El incendio del Reichstag

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

El 27 de febrero de 1933 estalló en llamas el Reichstag (parlamento alemán) en Berlín. Fue una gran provocación planeada por los jerarcas nazis. Era la señal para empezar la más bárbara represión contra el movimiento obrero y popular de Alemania. El 9 de marzo fueron detenidos los dirigentes comunistas búlgaros Jorge Dimitrov, Vasil Tanev y Blagoi Popov. Se les acusó de haber participado en el incendio el Reichstag.

LA MADRE

Al conocer esta falsa acusación la madre de Dimitrov, Paraskeva Doseva, a pesar de su avanzada edad, se lanzó con todas sus energías a promover la campaña solidaria. Se trasladó a Lepzig y Berlín para presenciar el juicio. Después se dirigió a París, donde participó en una gran concentración exigiendo la libertad de los dirigentes comunistas búlgaros encarcelados en Alemania. Pronunció en esa ocasión un encendido y conmovedor discurso.
Y esa ejemplar mujer búlgara pudo comprobar que sus esfuerzos, unidos a los de millones de hombres de toda la tierra no fueron inútiles. Presenció cómo su hijo, de acusado se transformó en acusador, demolió los argumentos fascistas y puso a la hiena parda en el sillón de los acusados.

DE ACUSADO SE TRANSFORMA EN ACUSADOR

Jorge Dimitrov

El juicio del incendio del Reichstag, contra Jorge Dimitrov, fue conocido como el proceso de Leipzig, recogiendo el nombre de la ciudad en la que se desarrolló el juzgamiento.
En el proceso el camarada Dimitrov jugó un rol destacado, demostró la firmeza de las convicciones comunistas, la astucia y la inteligencia de los revolucionarios, el heroísmo y la rebeldía de los marxista leninistas, a la vez, convirtió al juicio en una tribuna en donde desenmascaró al fascismo y las intensiones políticas de Hitler, logró convertir al acusado en acusador y demostró la naturaleza de clase del gobierno alemán.
Jorge Dimitrov dijo en su discurso ante el Tribunal, pronunciado el 16 de diciembre de 1933: “Me defiendo a mí mismo, como comunista acusado. Defiendo mi honor personal de comunista, mi honor de revolucionario. Defiendo mis ideas, mis convicciones comunistas. Defiendo el sentido y el contenido de mi vida. Por esta razón, cada palabra pronunciada por mí ante el tribunal es, por decirlo así, sangre de mi sangre y carne de mi carne. Cada palabra mía es la expresión de mi indignación más profunda contra esta injusta acusación, contra el hecho de que se impute a los comunistas un crimen tan anticomunista.”

DERROTÓ A LOS FASCISTAS EN SU PROPIA CANCHA

Una tras otra fueron las artimañas de los nazis para doblegar el acero comunista, por meses Dimitrov fue aislado de sus familiares y camaradas, en varias ocasiones fue puesto grilletes en las manos y los pies, le impusieron abogados seguidores de Hitler, razón por la cual decidió impulsar su propia defensa señalando que “…decidí defenderme yo mismo. Puesto que no necesito de la miel, ni el veneno de la elocuencia del defensor que se me impuso, me he defendido todo el tiempo sin la ayuda del abogado”.
El 23 de diciembre de 1933, al terminar el juicio, Jorge Dimitrov, fue declarado inocente. Convirtiéndose este acontecimiento en la primera victoria de los comunistas contra el fascismo, a la vez, Jorge Dimitrov constituyó un ejemplo de temple y convicción para muchos revolucionarios.
Fue dejado en libertad, junto a Tanev y Popov el 27 de febrero de 1934. Ello ocurrió bajo la presión de la solidaridad de la Unión Soviética, quien les otorgó, estando en manos nazis, la ciudadanía soviética.

DIRIGENTE DE LA III INTERNACIONAL

Dimitrov permaneció en la URSS. Fue elegido para el Presídium de la Internacional Comunista. En su VII Congreso, inaugurado en Moscú el 23 de julio de 1935, Dimitrov fue elegido su Secretario General y el 2 de agosto leyó su histórico Informe “La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional Comunista”. Allí planteó que ante los peligros del fascismo y de la guerra, los comunistas debían organizar en todos los países los amplios frentes populares antifascistas.
Entre los 513 delegados en representación 65 partidos comunistas, estuvo Carlos Contreras Labarca, Secretario General del Partido Comunista de Chile. Este país fue uno de las tres naciones de la tierra que no sólo constituyeron los frentes populares, sino que conquistaron con ellos el Gobierno. Los otros dos: España y Francia.
En el VII Congreso de la Internacional Comunista, Dimitrov fue elegido Secretario General
En 1937 fue electo diputado al Soviet Supremo de la URSS.
Escribió numerosos trabajos contra el fascismo y sus métodos. Por ejemplo, ‘El fascismo es la guerra’.

PRESIDENTE DE BULGARIA

Tras la Segunda Guerra Mundial y con el apoyo del Ejército Rojo los nazis fueron barridos de Bulgaria. Jorge Dimitrov retornó a su país. Resultó elegido diputado por el Frente Democrático, que ganó las elecciones por mayoría absoluta. En 1946 los búlgaros declararon en referéndum su deseo de establecer la república, poniendo fin a la monarquía de Simeón II. Al año siguiente el Partido Comunista Búlgaro (BKP) conquistó el poder, nacionalizando la economía.
Dimitrov fue elegido secretario general del PC Búlgaro y Presidente de Bulgaria.

Dimitrov en el Segundo Congreso del Frente de la Patria, Bulgaria, febrero de 1948

Tras una larga enfermedad, fue enviado a un hospital a la Unión Soviética, donde falleció el 2 de julio de 1949. En su honor fue construido un Mausoleo en Sofía, donde permaneció con todos los honores hasta la caída de la República Popular de Bulgaria en 1990.

SOFÍA, OCTUBRE DE 1986

Era a comienzos de octubre de 1986. Marcia y yo, culminábamos una visita a Bulgaria, invitados por el Partido de Dimitrov. Habíamos pasado unos días maravillosos en el balneario de Varna, a orillas del tranquilo Mar Negro. Después volamos a Sofía, la capital de ese hermoso país. Allí tuvimos la oportunidad de conocer la casa donde vivió Jorge Dimitrov, convertida en museo. Pero lo más emocionante e inolvidable de esa visita fue el momento en que depositamos una ofrenda floral en nombre de los combatientes antifascistas chilenos, en el mausoleo en homenaje a quien derrotó a los nazis en sus propios tribunales.

Mausoleo de Jorge Dimitrov, Sofía, Bulgaria

El asesinato de Tucapel Jiménez Alfaro

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

Cínica portada de La Tercera, que durante la dictadura de Pinochet fue cómplice de los crímenes del terrorismo de Estado fascista.

En la noche del 25 de febrero de 1982 fue encontrado en el camino Noviciado a Lampa, a 40 kilómetros de Santiago, el taxi en que trabajaba Tucapel Jiménez Alfaro. En su interior, estaba el dirigente sindical cruelmente degollado. La dictadura, en comunicado oficial y los órganos de prensa a su servicio se apresuraron en calificar el crimen como un asalto para robarle.

¿QUÉ OCURRIÓ EN REALIDAD?

En la mañana de ese día 25 de febrero de 1982, Tucapel Jiménez Alfaro salió a trabajar en su taxi como lo hacía todos los días. Un individuo subió al vehículo como pasajero. Era Luis Pino Moreno, carabinero en retiro, casado con una prima de Tucapel Jiménez. Posteriormente, otros tres hombres abordaron el vehículo. Obligaron a Tucapel Jiménez Alfaro a conducir hasta un lugar aislado en el camino a Lampa. Allí le dispararon cinco balazos en la cabeza y luego lo degollaron salvajemente. Tras esto, los sujetos, que eran miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE), sustrajeron algunas de sus pertenencias para simular un robo.

¿QUIÉN ERA LA NUEVA VÍCTIMA DE LA DICTADURA?

Tucapel Francisco Alfaro Jiménez había nacido en Santiago el 4 de agosto de 1921. Sindicalista chileno, militante del Partido Radical. Se inició como líder sindical en 1938, siendo presidente del Club Deportivo Lavaderos de Oro. En 1942 fue elegido presidente de la Asociación de Trabajadores de la Dirección de Abastecimiento y Petróleo. Luego, en 1951, fue presidente de la Asociación de Almacenes Reguladores del Comisariato, cargo que lo vinculó al frente gremial de los empleados del Estado, que habría de ser el principal escenario de su liderazgo social.

En 1953, ocupó el cargo de director de la Asociación de Empleados de la Superintendencia de Abastecimientos y Precios. En 1954 fue delegado ante la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), incorporándose en 1957 a la directiva nacional de esta organización.

Tucapel Jiménez Alfaro

En 1960 asumió la vicepresidencia de la Asociación Nacional de Empleados de DIRINCO. En 1963, asumió la presidencia nacional de la ANEF, siendo reelegido para ese cargo en 1967 y 1970.
Durante el Gobierno de la Unidad Popular, fue opositor al Presidente Allende.

BAJO LA DICTADURA DE PINOCHET

En 1975 Tucapel Jiménez Alfaro fundó el Grupo de los Diez. Desde el puesto de vicepresidente desplegó una intensa actividad. En 1981 creó la Unión Democrática de Trabajadores, ocupando también la vicepresidencia. Sus esfuerzos estaban dirigidos a reunificar el movimiento sindical chileno.

En 1982 el movimiento opositor a la dictadura de Augusto Pinochet crecía y estaba a punto de lograrse una amplia unidad político-sindical. Entonces la dictadura, a través de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), armó un operativo con participación de la Central Nacional de Inteligencia, CNI. Su objetivo, eliminar al presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, Tucapel Jiménez Alfaro, uno de los principales impulsores de esa buscada unidad.

Poco antes de su asesinato, Jiménez había alcanzado a dar un gran paso en ese camino: logró armar un encuentro en el que participaron varios dirigentes políticos de diferentes partidos opositores. Entre ellos, estaba el ex Presidente Eduardo Frei Montalva, quien ya era abiertamente contrario al régimen militar.

EL PROCESO

El asesinato de Tucapel Jiménez Alfaro impactó al país. Se levantó una ola de protestas. El dictador se vio obligado a designar ese mismo año, a través del Ministerio del Interior, a Sergio Valenzuela Patiño como ministro en visita, con el fin que investigara el caso. Pasaron 17 años y el proceso en manos de este ministro no arribó a nada. En 1999 fue reemplazado por Sergio Muñoz Gajardo, quien tomó con responsabilidad el caso. A pesar que el ejército entregó información falsa y se negó a prestar colaboración alguna, logró descubrir que el crimen había sido perpetrado por miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional del Ejército (DINE)

LOS CRIMINALES

El año 2002, el Ministro Sergio Muñoz Gajardo condenó a 12 personas por el crimen de Tucapel Jiménez Alfaro, entre autores, cómplices y encubridores. En calidad de autores fueron condenados el general Ramsés Álvarez Sgolia (director de DINE, quien trasmitió la orden de Pinochet), el brigadier Víctor Pinto Pérez (comandante del Cuerpo de Inteligencia del Ejército, que supervisó la operación asesinato de Tucapel Jiménez), el teniente coronel Francisco Ferrer Lima, el mayor Carlos Herrera Jiménez (que asesinó al dirigente sindical), los suboficiales Manuel Contreras Donaire y Miguel Letelier (coautores del crimen). Como cómplices fueron condenados Juan Carlos Arriagada y Jorge León Alessandrini por haber facilitado la obtención del arma homicida. Detrás de todos ellos estaba Pinochet.

El 29 de enero de 12008, la Corte de Apelaciones de Santiago ordenó pagar $ 1.200 millones de pesos a la familia de Tucapel Jiménez. El tribunal de alzada instruyó al Fisco a pagar una indemnización a los tres hijos y dos nietos del dirigente sindical, a 25 años de su asesinato.

FOTO INÉDITA

HOMENAJE CADA AÑO

En el año 2017, el Cementerio General se realizó la romería en conmemoración de los 35 años del asesinato del dirigente sindical, Tucapel Jiménez, actividad que fue encabezada por la Presidenta de la República, Michelle Bachelet Jeria.

La Ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Claudia Pascual Grau, participó en el acto en el que estuvieron presentes los familiares de Tucapel Jiménez, representados en la ceremonia por su hijo, el Diputado del mismo nombre.

También estuvieron presentes el Ministro (s) de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros; la Ministra de Trabajo y Previsión Social, Jimena Krauss; el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Campos; el Ministro del Deporte, Pablo Squella; la Ministra de Bienes Nacionales, Nivia Palma, además de Subsecretarios y parlamentarios.

Monumento en el lugar que Tucapel Jiménez fue asesinado. Camino a Lampa.

EL INFORME DE LA COMISIÓN DE VERDAD Y RECONCILIACIÓN (INFORME RETTIG) SEÑALÓ:

Tucapel Francisco JIMENEZ ALFARO, dirigente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales de Chile y figura de gran relevancia dentro del sindicalismo nacional de oposición al Gobierno de la época, fue interceptado el 25 de febrero de 1982 en el taxi que conducía y llevado a un camino vecinal a 40 Km. de Santiago hacia el Poniente. En ese lugar se le dio muerte mediante disparos en el cráneo y posterior degollamiento.

El móvil de estos hechos no fue el robo ya que se encontraron en su poder especies de valor. La víctima sufría seguimientos previos, en los que aparecen comprometidos agentes de los servicios de seguridad, específicamente miembros de la Secretaría Nacional de los Gremios y la CNI.

Con posterioridad a los hechos se realizaron diversas maniobras destinadas a encubrir el crimen y entorpecer la labor de los investigadores. Incluso un individuo confesó por escrito ser el autor del crimen para luego suicidarse, demostrándose posteriormente en el proceso que había sido asesinado y que la confesión era falsa.
La Comisión ha adquirido la convicción de que se trató de un crimen cometido por motivaciones políticas en violación de los derechos humanos de Tucapel JIMENEZ. Aunque no puede afirmar 24categóricamente que la ejecución de este crimen fue obra de agentes del Estado, ponderados todos los antecedentes estima en conciencia que está comprometida en su muerte la responsabilidad del Estado por cuanto, si no fueron agentes del Estado los hechores, éstos contaron al menos con el amparo del Estado.

El Manifiesto del Partido Comunista y su influencia en los orígenes del pensamiento revolucionario chileno

Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER

I.- ¿CUÁL FUE EL ORIGEN DEL “MANIFIESTO”?

Exiliados alemanes que vivían en París fundaron en 1834 la Liga de los Proscritos, una sociedad secreta democrático-republicana. En 1836, sus elementos más avanzados dieron vida a la Liga de los Justos. A mediados de 1847 esta asociación realizó en Londres su Primer Congreso, al que asistió Federico Engels. En este evento efectuado en la más estricta clandestinidad, se produjo el cambio de su nombre por el de Liga de los Comunistas.

Entre fines de noviembre y comienzos de diciembre de 1847, se celebró, también en Londres y clandestinamente, el Segundo Congreso de la Liga de los Comunistas. Concurrieron Carlos Marx y Federico Engels, que expusieron y defendieron la teoría que habían creado. Estos nuevos principios fueron aprobados por unanimidad. El viejo lema de “Todos los hombres son hermanos”, fue reemplazado por el de “Proletarios de todos los países, uníos”.

El Segundo Congreso de la Liga encargó a Marx y Engels la redacción de un programa.

Tal fue el origen del Manifiesto del Partido Comunista. El 24 de febrero de 1848 se publicó en Londres, en idioma alemán, la primera edición del Manifiesto del Partido Comunista, redactado por Marx y Engels.

II.- SOBRE EL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA

Es un texto breve. Su primera edición tenía sólo 23 páginas.
Esta obra –pequeño libro que vale por tomos enteros, al decir de Lenin- consta de una Introducción y cuatro partes. Se inicia con la famosa frase: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”.

Agregando: “Ya es hora que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus tendencias, que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto del propio partido”.

La primera parte tiene por título “Burgueses y Proletarios”. Y allí se expone de entrada su tesis central: “La historia de todas las sociedades hasta nuestros días, ha sido la historia de la lucha de clases”.

En esa parte Marx y Engels escribieron (atención, pues parece que no fue escrito hace ya 170 años) “Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía dio un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países… Ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continuamente… En lugar del antiguo aislamiento de las regiones y naciones que se bastaban a sí mismas, se establece un intercambio universal… Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas de China…”

La segunda parte: “Proletarios y Comunistas”, aplican a la práctica los enunciados de la Primera Parte.

La Tercera Parte: “Literatura Socialista y Comunista”, se realiza la crítica a los diferentes corrientes socialistas y comunistas existentes en esa época (mediados del siglo XIX).

La Cuarta Parte: “Actitud de los comunistas respecto de los diferentes partidos de oposición”, finaliza proclamando: ”Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente. Las clases dominantes pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los Proletarios no tienen nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!”

III.- EN CHILE, CATORCE AÑOS ANTES DEL MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA

En 1834, catorce años antes de que se publicara la primera edición del Manifiesto de Marx y Engels, los obreros del mineral de Plata de Chañarcillo, ubicado cerca de Copiapó llevaron a cabo la primera huelga obrera en nuestro país.

Según el investigador Roberto Hernández: “El alzamiento de peones de 1834 se repitió más tarde, causando con ello una enorme intranquilidad en Copiapó mismo, en donde la población llamada La Placilla era como un amenaza constante”. (Hernández, Roberto: “Juan Godoy o el descubrimiento de Chañarcillo”. Valparaíso, 1932. Tomo I, p. 69).

Lo de Chañarcillo fue una acción espontánea, una elemental reacción a la superexplotación. El trabajo en ese mineral era inhumano.

Ocho años después de esa explosión proletaria, el escritor José Joaquín Vallejo, que usaba el seudónimo de Jotabeche, escribió en “El Mercurio” sobre las labores en Chañarcillo: ”A la vista de un hombre medio desnudo que aparece en su bocamina, cargando a la espalda 8, 10 y 12 arrobas de piedras (una arroba equivale 11,5 kilos, por tanto, estamos hablando de 92, 115 y 138 kilos), después de subir con tan enorme peso por aquella larga sucesión de galerías, de piques y de frontones; al oír el alarido penoso que lanza cuando llega a respirar el aire libre, imaginamos que el minero pertenece a una raza más maldita que la del hombre, nos parece un habitante que sale del otro mundo menos feliz que el nuestro, y que el suspiro tan profundo que arroja al hallarse entre nosotros es una reconvención amarga dirigida al cielo por haberlo excluido de la especie humana”.

“El espacio que media entre la bocamina y la cancha, en donde deposita el minero los metales, lo baña con el sudor copioso que brota por todos sus poros; cada uno de sus acompasados pasos y acompañado de un violento quejido; su cuerpo encorvado, su marcha difícil, su respiración apresurada, todo en fin, demuestra lo mucho que sufre”. (“El Mercurio”, 5 de febrero de 1842).

IV.- ORÍGENES Y DESARROLLO DEL PROLETARIADO CHILENO

A partir de los años 20 del siglo XIX, Chile experimentó importantes cambios en su economía. Luego de haber roto la dependencia al rey español, nuestro país pudo vender cobre y plata a Inglaterra. Con los recursos recibidos, se ampliaron los minerales, se mejoraron y se construyeron caminos, puentes, puertos; se empleó el ferrocarril. En todas esas faenas, que eran formas capitalistas de producción, laboró un trabajador de nuevo tipo. Así surgió la clase obrera chilena. Los primeros destacamentos de ella, aparecieron en la región de Atacama.

Desde su nacimiento hasta comienzos del siglo XX, el proletariado chileno alcanzaba la categoría que Marx llamó “una clase en sí”. O sea, existía objetivamente, pero carecía de conciencia de clase y de organizaciones propias en lo social y en lo político. Tenía, eso sí, una capacidad de lucha por reivindicaciones económico-sociales, como lo demostró Chañarcillo y otras numerosas huelgas llevadas a cabo en el siglo XIX.

Al publicarse en Londres el Manifiesto Comunista, Chile contaba con una población de algo más de un millón de habitantes, de los cuales 30 mil eran obreros, estando la mitad de ellos ocupados en la minería.

V.- LA INFLUENCIA DEL SOCIALISMO UTÓPICO EN CHILE

Hacia mediados del siglo XIX, algunos núcleos obreros habían alcanzado la madurez suficiente para acoger ideas del socialismo utópico. Este había surgido en Europa en la primera mitad de ese siglo.

Sus representantes fueron los primeros en criticar en forma apasionada y convincente las injusticias del régimen capitalista.
Su doctrina era socialista, porque aspiraba a crear una sociedad nueva. A instaurar, según decían ellos, “el reino de la razón y de la justicia eterna”. Era utópico, porque resultaba incapaz de mostrar el camino para alcanzar la sociedad que proponían. Ello, debido a que sus exponentes no comprendían que el motor del desarrollo de la sociedad es la lucha de clases.

Los teóricos más destacados del socialismo utópico son los franceses Henri Saint-Simon y Charles Fourier, junto con el inglés Robert Owen. En Chile el escritor y periodista Martín Palma publicó en febrero de 1858 “El Cristianismo Político o Reflexiones sobre el Hombre y las Sociedades”. Es la primera obra que en nuestro país planteó las ideas del socialismo utópico.

En 1864 Ramón Picarte Mujica concibió una organización llamada “Sociedad Trabajo para Todos”, con el fin de ayudar a la gente necesitada. Para ello recurrió a la clase adinerada. No recibió apoyo alguno. Mayor efecto tuvieron las ideas del socialismo utópico en el espíritu de innumerables obreros y artesanos semiproletarizados, que iniciaron la crítica social y pusieron la base a los primeros anhelos reivindicativos.

El 18 de septiembre de 1853, surgió en Chile la primera Sociedad de Socorros Mutuos, llamada también Mutual. Las mutuales, sin ser una organización de la clase obrera, tuvieron entre sus socios a importantes sectores obreros. Era un grupo de personas, que reunían un fondo social, a través del pago de cuotas, que se utilizaba para ayudar a los socios enfermos y a los familiares de los fallecidos. No eran entidades para llevar adelante la lucha de clase del
Proletariado. Por el contrario, representaban la tendencia de conciliación de clases. En su seno podían coexistir patrones y obreros, pero sobre todo la constituían artesanos.

VI.- EL MARXISMO LLEGA A NUESTRO PAÍS

Después de la Guerra del Salitre (1879 – 1883) la clase obrera chilena experimentó un notable desarrollo. Ello, entre otras razones, por la incorporación al proletariado nacional de los pampinos que laboraban la industria del salitre, que hasta ese conflicto estuvo en manos del Perú (Tarapacá) y Bolivia (Antofagasta). Hacia 1883 eran unos 4.500.

Se inició el período del conocimiento del marxismo en Chile, que se prolongó hasta el primer decenio del siglo XX. Surgieron núcleos de obreros que conocían el movimiento sindical europeo, sus luchas, las ideas que sustentan. Es por entonces frecuente, que se mencionara a Marx y se citaran párrafos del Manifiesto Comunista.

Veamos algunos ejemplos:

El periódico “El Pueblo”, de Valparaíso, en su edición del 31 de agosto de 1892 publicó un Manifiesto de la Sociedad Marítima de Socorros Mutuos, donde se sostenía:

”No olvidéis las palabras del gran socialista Karl Marx: la gente de trabajo de todas partes del mundo debe ser hermana. Ellas deben hacer causa común con los demás. Ellas tienen un mundo que ganar y sólo las cadenas que perder”.

Ese mismo periódico, trae el 12 de agosto de 1893 un artículo titulado “La Sociedad del Futuro”, en el cual se hacen acertadas referencias a Karl Marx.

En febrero de 1896 se fundó en Santiago el Centro Social Obrero, que en noviembre de ese año comenzó a editar su órgano oficial “El Grito del Pueblo”, que difunde los principios del socialismo científico. Con fecha 6 de diciembre proclama: “Somos socialistas. ¡Ya no somos un pueblo ignorante!

El 29 de diciembre aparece en sus páginas el artículo “El Socialismo en Chile”. Lo firma alguien con el seudónimo Karl Marx, que sostiene:
“Las ideas para esparcirse no respetan nada… Atraviesan soberbias cordilleras como los Andes, para sentar sus reales en el indolente Chile y convertir en hijos del pueblo, acostumbrados a besar la mano del verdugo que los azota, en hombres libres que luchan sin miedo por emanciparse del yugo burgués”.

Hacia 1896, uno de los dirigentes de la Agrupación Fraternal Obrera, llamado Luis Olea se declara marxista. En una carta publicada en “El Proletario”, de Santiago, el 20 de septiembre de 1897 afirma:

”Diviso en esos temas al gladiador temerario que desafiando las fieras humanas esgrime con la seguridad del éxito las armas de la razón templadas en el yunque de las teorías de Marx… Tiemble ya la burguesía por su porvenir, que el día fatal de la vindicación llegará al fin, y entre los escombros de todo un régimen se alzará triunfante el sol del socialismo”.

El 10 de octubre de 1897, “El Proletario” trae un artículo firmado por una mujer, Úrsula Bello, donde se señala:

”Nosotras, las que hemos cifrado nuestro porvenir y bienestar en la ruda labor de los hombres de trabajo, las que soportamos las injusticias y desigualdades del actual régimen social, nos adherimos entusiastas a la falange de los nuevos redentores de la humanidad: los socialistas”.

En esa misma edición, A. Araya escribe: “Adelante compañeros de sufrimientos en la grande idea del socialismo; unámonos como un solo hombre para rechazar esta sociedad explotadora. ¡Viva el Socialismo! ¡Viva la Revolución Social!.”

“El Proletario” en su número del 17 de octubre de 1897 proclama:
”La lucha de clases, desconocida hasta ayer en Chile, se empeñará desde hoy, frente a frente proletarios y burgueses, artistas y profanos, reformadores y reaccionarios, víctimas y verdugos”.
En octubre de 1897 se funda en Santiago la Unión Socialista, que plantea tener por objeto “implantar el Socialismo en Chile”. Como respuesta al ataque realizado a una asamblea de socios por una turba de matones enviados por la Intendencia de Santiago, se transformó el 8 de diciembre de 1897 en el Partido Socialista. Este tendrá una existencia de no más de dos años.

En Punta Arenas se fundó en 1897 la Unión Obrera. En su periódico “El Obrero” proclamó con fecha 2 de enero de 1898: “La lucha de clases se desarrolla donde quiera que existan burgueses y proletarios”.

En febrero de 1898 se creó en Santiago el Partido Obrero Francisco Bilbao, que el 26 de ese mes afirmó en su periódico “El Trabajo”:
“El obrero no debe esperar nada de tantos falsos apóstoles. Su emancipación social, política y económica debe ser obra del obrero mismo y esto lo conseguirá mediante la unión que hace la fuerza, formando el partido de los explotados”.

En 1907 escribió Luis Emilio Recabarren: “La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos, ha dicho Karl Marx hace 60 años en Alemania y esta frase inmortal es el faro que nos guía y vivirá unida con otra del mismo autor: ¡Proletarios de todos los países, uníos!”.

VII.- SE INICIA EL PERÍODO DE LA APLICACIÓN DEL MARXISMO A CHILE

Hacia 1910 se inició el período de la aplicación del marxismo a la realidad chilena, con la aparición de obras marxistas en el propio país.

Luis Emilio Recabarren Serrano (1876 – 1924) es el primer autor marxista en nuestro país y uno de los tres primeros de América Latina, junto al cubano Julio Antonio Mella (1903 – 1929) y al peruano José Carlos Mariátegui (1894 – 1930).

Recabarren escribió en 1910 tres obras de carácter marxista:

“La huelga de Iquique en diciembre de 1907. La teoría de la Igualdad”;

“Pobres y ricos a través de un siglo de vida republicana” y

“Mi Juramento”.

Son éstas las primeras expresiones en el país de la doctrina elaborada por Marx y Engels. Por entonces el proletariado nacional vivía un momento muy importante de su historia. Las ideas del marxismo han sido acogidas por no pocos sectores obreros. La labor de educador de masas de Recabarren está dando sus frutos. Madura la conciencia de clase en importantes núcleos proletarios.

En 1900 habían surgido las Combinaciones Mancomunales Obreros, las primeras organizaciones de carácter sindical en el país, que desaparecieron con la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, perpetrada el 21 de diciembre de 1907. Pero, gracias a la tenaz labor de Recabarren y otros revolucionarios, el movimiento sindical de clase se ha ido reconstruyendo.

1912 es un año de trascendencia muy grande en la Historia de Chile. Entonces ya se han creado las condiciones objetivas y subjetivas para el surgimiento del Partido revolucionario de los trabajadores chilenos.

Y en ello, la influencia del Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels publicado en Londres el 24 de febrero de 1848, fue muy grande.

Bibliografía:

– Engels, Federico: “Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico” .

– Marx, Carlos y Engels, Federico: “Manifiesto del Partido Comunista”.

– Ramírez Necochea, Hernán: “Historia del Movimiento Obrero en Chile”.

– Ramírez Necochea, Hernán: “Origen y Formación del Partido Comunista de Chile”.

– Ljubetic Vargas, Iván: “Breve Historia del Partido Comunista de Chile”.

– Ljubetic Vargas, Iván: “Don Reca”.

– Ljubetic Vargas, Iván: “El Manifiesto cruza mares y cordilleras” en revista “Alternativa” Nº 7, ICAL, enero-febrero-marzo 1998, pp. 54 a 64.

INVITACIÓN

El Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, te invita al panel en homenaje al 170 Aniversario de la publicación de la primera edición del Manifiesto del Partido Comunista, a realizarse el jueves 22 de marzo de 2018, a las 19,30 horas, en el salón Camilo Guzmán Sandoval del ICHIL (avenida Brasil 153).